Alertan por fiestas ilegales
Sin ley que limitaba reuniones, comunas ensayan soluciones y esperan respuesta del MSP
Varias intendencias advirtieron a El País que cada fin de semana hay más fiestas clandestinas. También han detectado que las “juntadas” de jóvenes en las plazas, pese al frío, se han vuelto incontrolables. Y que en los boliches cada vez es más difícil vigilar el uso de tapabocas, la distancia social y que se cumpla con la hora de cierre establecida.
Amedida que la vacunación aumenta —y los casos, internados y muertos por COVID-19 bajan—, también crecen las aglomeraciones, las fiestas clandestinas y las violaciones a los protocolos en locales habilitados, establecidos por la emergencia sanitaria.
Además, luego de que el gobierno decidiera el mes pasado no enviar al Parlamento un nuevo proyecto para extender el límite del derecho de reunión —ya no se prohíbe toda “concentración, permanencia o circulación de personas en espacios públicos o privados” y la Policía ya no tiene la potestad de dispersar, sino apenas de disuadir—, las herramientas de los agentes y de las autoridades municipales han vuelto a ser escasas.
Desde varias intendencias advirtieron, ante la consulta de El País, que cada fin de semana hay más fiestas clandestinas. También han detectado que las “juntadas” de grupos de jóvenes en las plazas, pese al frío, se han vuelto algo incontrolable. Y que en los boliches cada vez es más difícil vigilar el uso de tapabocas, la distancia social y que se cumpla con la hora de cierre establecida.
En Montevideo, por ejemplo, el Centro Coordinador de Emergencia Departamental (Cecoed) discutió en su último encuentro este martes acerca de la necesidad de extender el horario de cierre de bares y restaurantes debido a que es “frecuente” que las personas se queden en los alrededores pasadas las 2 AM.
“Con el tema de la aglomeración igual se va. Aunque no esté más la ley, los policías siguen disuadiendo en la medida de lo posible”, dijo a El País el director departamental de Salud de Montevideo, Horacio Vignoli.
Este lunes la comuna capitalina envió una carta al Ministerio de Salud Pública (MSP) solicitando que “en locales con capacidad de 100 o menos personas las mesas puedan estar a 1,5 metros de distancia” y no a dos, como sucede ahora. Al ser consultado acerca del pedido de Cosse, el ministro Salinas respondió irónicamente: “A mi correo no llegó”. Según supo El País, ese correo ahora sí llegó a la casilla del jefe de la cartera y el pedido de la IMM “será analizado en profundidad”.
Más allá de lo que sucede en los locales habilitados, las aglomeraciones en plazas y calles de Montevideo también se han vuelto más frecuentes en las últimas semanas. Este viernes concurrieron cerca de 600 personas al Parque Villa Biarritz. Además, allí se produjeron agresiones a policías y el hecho terminó con nueve detenidos, según dijo a El País el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Santiago González (ver más aparte).
En tanto, en Canelones, donde el Cecoed se reunió el jueves, se resolvió llevar adelante una extensión del horario de cierre de los locales nocturnos (pasando de las 2 de la mañana a las 5 los viernes y sábados), lo cual se implementará a partir del 24 de agosto. Una de las razones es que controlar que los boliches respeten la hora de cierre prevista se torna cada vez más difícil; pero, más allá de eso, creen que el camcomo bio puede ser positivo para quitarles público a la fiestas clandestinas.
“La situación hoy la estamos manejando con mucha dificultad. El territorio es grande y ya no contamos tanto con la posibilidad de que la Policía intervenga. Lo estamos manejando con la normativa departamental, (y las dependencias de) ruidos molestos y bromatología”, dijo a El País Luis Garrido, director de Agenda Metropolitana de la Intendencia de Canelones.
Es decir, la inspección se hace desde las direcciones que controlan ruidos molestos o violaciones bromatológicas, y una vez en los locales también se hace una inspección para ver si se está cumpliendo con el uso de tapabocas y la debida distancia social.
“Hoy la Policía no tiene facultades para el uso de la fuerza —continuó Garrido—, pero el criterio de aglomeración sigue estando vigente porque hay una emergencia sanitaria. Y del no uso de tapabocas surge un riesgo bromatológico también”.
El jerarca advirtió que “se ha notado mucho un incremento” de las fiestas clandestinas. El fin de semana pasado en Canelones se intervino en nueve de estos eventos prohibidos: siete el sábado y dos el viernes.
El plan de la comuna canaria es que de domingos a jueves se continúe hasta las dos de la mañana, pero que se puedan mantener los locales abiertos hasta las cinco los viernes y sábados, “que es cuando se generan las mayores dificultades”.
En cuanto a situaciones de aglomeraciones en plazas, Garrido contó que “no es lo más habitual”, salvo excepciones en Lagomar y San Jacinto. “Igual, son concentraciones al aire libre”, justificó.
Por su parte, intendente de Salto, Andrés Lima, sostuvo que “la cosa a veces se complica porque hoy las aglomeraciones no están prohibidas”. En tanto, de cara al 24, contó que la comuna viene trabajando con un grupo de empresarios vinculados a los boliches nocturnos, con la idea de que todos tengan el mismo protocolo y lo respeten.
“Nuestra idea es que cada local funcione con el 50% de su aforo real. También vamos a hacer un control muy estricto de las fiestas clandestinas, las que se dan sobre todo en las zonas de chacras, en locales que no tienen permiso”, dijo Lima, que añadió que también se suspendió para el 25 de agosto el habitual desfile cívico militar que se hace en el departamento.
Lima precisó que en los últimos días, por violaciones a protocolos, se tuvo que aumentar el número de funcionarios de la Intendencia de Salto dedicados a tareas de control. Y también, al igual que en Canelones, se empezó a prestarles más atención a las denuncias por ruidos molestos, pues allí también se suelen dar episodios en los que no se respetan las disposiciones sanitarias.
“El último fin de semana se incautaron nueve vehículos y seis motos en unas picadas. Ahí salen todos: inspectores de tránsito, policías y también el comité de emergencia para controlar lo del COVID-19”, contó el intendente.
En estos últimos días, además, se han clausurado locales y aplicado multas por el no cumplimiento de protocolos. “También crecieron las fiestas en chacras y estamos yendo cada fin de semana a desarticularlas. Somos estrictos: si dejás pasar una, no lo parás más”, añadió. El sábado pasado la intendencia intervino en tres fiestas de cientos de personas.
El problema de estos festejos descontrolados también se ha dado en Colonia. “Estamos en la misma, cada vez son más”, dijo el intendente Carlos Moreira. “Y nosotros no podemos disolver. Al no haber aumentado el plazo (para que la Policía pueda actuar), la cosa se complicó. Se complejizó”.
Moreira agregó que “las fiestas aumentan porque hay una sensación de que todo el mundo se está liberando”. Contó que días atrás se registró una “con mucha gente, que terminó con peleas y destrozos”.
Moreira dijo que en su departamento el cierre de los boliches continuará hasta las dos de la mañana, pues cree que en este momento de la pandemia “eso es suficiente”.
En tanto, en Maldonado, la intendencia de Enrique Antía se propone plantear el martes en el Cecoed la posibilidad de aumentar el tiempo de apertura de los boliches y las fiestas también un poco más. Desde la comuna no quisieron hacer más declaraciones, pues prefirieron esperar al encuentro de pasado mañana.