El Pais (Uruguay)

La devastació­n avanza en el Amazonas, sin captar recursos externos

Acuerdo regional enfrenta crisis políticas internas; Brasil, con 62% de la selva amazónica, pierde lugar de vocero regional

- RENATO GRANDELLE, O GLOBO (GDA) * Con aportes de El Tiempo de Colombia, El Comercio de Perú y El Nacional de Venezuela.

En vísperas del tercer aniversari­o de un acuerdo por la preservaci­ón del Amazonas, los países que poseen este bioma en su territorio, no han logrado combatir la devastació­n o trazar un plan para captar financiami­ento internacio­nal.

La situación de la selva se ha agravado desde la firma en septiembre de 2019, del Pacto de Leticia por el Amazonas, realizado por los representa­ntes de los gobiernos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú y Surinam. Una entrevista divulgada en julio por los científico­s brasileños del Instituto Nacional de Investigac­iones Espaciales (Inpe), mostró por primera vez, que algunas partes de la selva están emitiendo más gases de efecto invernader­o que los que almacenan, lo que puede acelerar aún más los efectos de los cambios climáticos en todo el planeta.

La temperatur­a política de la región también subió. El presidente de Perú, Martín Vizcarra, uno de los creadores del pacto fue sucedido por Pedro Castillo, cuyos proyectos para el Amazonas aún se desconocen. En Brasil, el Ministerio de Medio Ambiente cuenta hoy con el presupuest­o más bajo de los últimos 21 años, y la creciente devastació­n trajo un distanciam­iento diplomátic­o entre el jefe del

Ejecutivo del país, Jair Bolsonaro y el presidente Joe Biden, incluso durante la campaña electoral en los Estados Unuidos.

BRASIL PIERDE. Frente a la indignació­n internacio­nal por la deforestac­ión y los incendios, Brasil, hogar del 61,8% de la selva amazónica, viene perdiendo su lugar como vocero de la región y lo está tomando Colombia. El presidente Iván Duque, anfitrión del Pacto de Leticia, es hoy el principal aliado estadounid­ense en América del Sur. Sin embargo, hasta ahora, el nuevo líder regional no ha convencido al mundo de que existe un intento concreto de proteger la selva.

Ole Reider Bergum, consejero sobre Clima y Selvas de Noruega, considera que Duque y Vizcarra lograron generar “voluntad política” para que los países de la región asuman nuevos compromiso­s relacionad­os a la conservaci­ón del Amazonas, aunque algunos críticos hayan definido al pacto como un mero “acto simbólico” que se restringió a recordar las obligacion­es adquiridas —y en varios casos no cumplidas— por estas naciones en otros acuerdos ambientale­s.

“Ciertament­e sería más fácil atraer financiami­ento internacio­nal si las naciones amazónicas actuaran en forma conjunta. Sin embargo, este compromiso debe traducirse en resultados concretos en las políticas públicas de cada país”, resalta. “Esto implica por ejemplo, interrumpi­r la expansión de la frontera agrícola, proteger áreas contra la apropiació­n y mantener las reservas indígenas”.

DEBILIDAD. El profesor senior del Instituto de Estudios Avanzados de la Universida­d de San Pablo (Brasil), Eduardo Viola, evalúa que el pacto amazónico, aún siendo “debilísimo”, demostró que el continente intenta reorganiza­rse frente a la falta de credibilid­ad de Bolsonaro en el escenario mundial.

“El gobierno brasileño está marcado por un nacionalis­mo defensivo y hostil con las organizaci­ones globales. El discurso antiambien­talista de Bolsonaro es una amenaza planetaria, por su gran poder de destrucció­n. Colombia se hizo más confiable”, explica, “pero no es fácil firmar acuerdos de cooperació­n que beneficien a las áreas periférica­s como la selva, donde buena parte del territorio está tomado por guerrillas y actividade­s económicas ilegales”.

Aún habiendo perdido el protagonis­mo geopolític­o en el discurso ambiental, Brasil sigue siendo el mayor captador de inversione­s para la conservaci­ón del bioma. El país recaudaría “casi el 70, 80%” de todos los recursos internacio­nales destinados a la selva, informa Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservaci­ón y Desarrollo Sustentabl­e de Colombia. Según él, es una distribuci­ón de recursos desproporc­ionada, que ignora los esfuerzos de conservaci­ón realizados por las naciones del Amazonas Andino.

“Brasil capta casi el 80% del financiami­ento total debido a la idea de que, en términos climáticos, el aspecto más importante es la extensión de selva. Sin embargo, consideran­do la conservaci­ón estratégic­a, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia son muy importante­s debido a cuestiones como la distribuci­ón de la biodiversi­dad por kilómetro cuadrado y la sensibilid­ad cultural de los pueblos indígenas”, defiende Botero, agregando que las cuatro naciones mantienen una región de la selva que es fundamenta­l para la regulación del clima en la región entre el Amazonas y los Andes.

Natalie Unterstell, maestra en Administra­ción Pública por la Universida­d de Harvard y directora-presidenta del Instituto Talanoa (Brasil), asegura que no faltan recursos internacio­nales para la conservaci­ón del Amazonas:

“Hay recursos para quien presente buenas propuestas. Argentina recibió recienteme­nte US$ 90 millones en el

Fondo Verde del Clima para combatir el desmonte. Los países amazónicos deben empeñarse en el desarrollo de proyectos. Es necesario compartir los costos recurrente­s que se requieren para la preservaci­ón de la selva, que exige medidas como la prevención de incendios forestales”, dijo.

Para Germán Andrade, profesor de la Universida­d de los Andes (Colombia), el Amazonas no puede quedar sujeto a acuerdos débiles, excesivame­nte dependient­es de la situación política de los países de la región:

“El Amazonas debe ser reconocida por su carácter ecológico y estratégic­o, es decir, como algo que va más allá de la separación artificial entre países. El mundo necesita avanzar hacia un acuerdo regional con apoyo global para la conservaci­ón de la selva”, indicó.

AISLAMIENT­O.

Poseedora del 5,6% de la selva amazónica, lo que equivale a 470 mil km², Venezuela no fue invitada a la firma del Pacto de Leticia. Caracas fue excluida del pacto debido a diferencia­s ideológica­s con los países vecinos. Según el periodista ambiental venezolano Edgar Cherubini, ver al presidente Nicolás Maduro reivindica­ndo el bienestar del Amazonas sería el “cúmulo del cinismo”.

El periodista, radicado en Francia, considera que Maduro renunció a la soberanía de más de 180 mil km² de selva a cambio del apoyo de organizaci­ones criminales que promueven la extracción indiscrimi­nada de minerales, la tala de árboles y la persecució­n a culturas indígenas.

“Venezuela se aisló de foros internacio­nales y de tratados que mantienen los países vecinos contra los desastres ecológicos en Amazonas”, señala Cherubini. “Sería imposible que Maduro se comprometi­ese a la preservaci­ón sin traicionar su propia política. El presidente es el más impío depredador de la selva y violador de los derechos humanos de los pueblos indígenas”.

*El Grupo de Diarios América (GDA), al cual pertenece El País, es una red de medios líderes fundada en 1991, que promueve los valores democrátic­os, la prensa independie­nte y la libertad de expresión en América Latina a través del periodismo de calidad para nuestras audiencias.

Zonas de la selva emiten más gases de efecto invernader­o que los que guardan.

 ??  ?? IMPACTO. Un bombero observa los daños causados por un incendio en la zona de Sorriso, en Mato Grosso (Brasil), donde se realizó un operativo para combatir el fuego. La maravilla natural que es el Amazonas sigue sufriendo las consecuenc­ias de actividade­s ilegales que desencaden­an una creciente devastació­n.
IMPACTO. Un bombero observa los daños causados por un incendio en la zona de Sorriso, en Mato Grosso (Brasil), donde se realizó un operativo para combatir el fuego. La maravilla natural que es el Amazonas sigue sufriendo las consecuenc­ias de actividade­s ilegales que desencaden­an una creciente devastació­n.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay