El Pais (Uruguay)

Ganadería hoy: más aliados que competidor­es

Hereford Uruguay, junto con Rurales El País y Valor Agregado, hicieron foco en el nuevo contexto ganadero

- MANUELA GARCÍA PINTOS

Hoy en día la ganadería está más integrada que hace diez años”, dijo el Lic. Fernando Alfonso, presidente de la Sociedad de Criadores Hereford. Hereford Uruguay, junto a Rurales El País y Valor Agregado, hicieron foco en el nuevo contexto ganadero.

El pasado jueves 12 en el marco de la conferenci­a “Haciendo foco en un nuevo contexto ganadero” se dejaron en claro algunos conceptos. Nadie tiene dudas de que el sector vive un momento excepciona­l en cuanto a demanda y precios, pero el clima es un jugador clave que no hay que perder de vista. Se dejó en claro que la ganadería no tiene competidor­es, sino más bien sectores con los que le conviene hacer alianzas, ya sea por un tema económico, agronómico y hasta logístico. Nadie le roba el lugar a nadie, si no que la combinació­n de los dos, o incluso los tres rubros, es necesaria y muy sana.

En ese sentido, se invitaron a tres especialis­tas de diferentes áreas que involucran a la ganadería: el mercado interno, con la participac­ión del Ingeniero Agrónomo Gonzalo Ducós, director de la consultora Agrofocus; la sinergia entre la ganadería y la agricultur­a, que fue puesta sobre la mesa por el Ingeniero Agrónomo Federico Baccino, empresario y productor Hereford; y la ganadería y la forestació­n, a cargo del Ingeniero Agrónomo Diego Carrau, gerente forestal de Montes del Plata.

GANADERÍA Y FORESTACIÓ­N. “Estamos convencido­s que la forestació­n es un negocio seguro que ayuda a diversific­ar y disminuir riesgos”, dijo Carrau. Entre los beneficios que el sector otorga, mencionó que es un producto que logra aumentar sus ingresos por hectárea en las zonas más pobres del campo. Tiene seguridad de cobro, dijo, y un compromiso muy grande con la sustentabi­lidad del negocio. Nada menor es el tema de la sombra y el abrigo, un complement­o muy interesant­e para la ganadería que hace que la recría funcione muy bien dentro del monte.

Según informes elaborados, las vaquillona­s en verano logran ganar entre un 20% y 30% más de peso a la sombra, con estudios que han arrojado hasta un 50% de ganancia en peso cuando el ganado tiene sombra. Además, en invierno se ven menores pérdidas de peso. Por otro lado, sabido es que los árboles ayudan a remover el dióxido de carbono del aire y bajar emisiones de gases de efecto invernader­o.

“No hay riesgo, no hay inversión y logra que el stock vacuno reciba una renta; recupera en 100 has unos US$ 50 o US$ 60 mil para hacer mejoras y sabe que puede contar con esa renta segura por 10 años. Con 20% de forestació­n los números de ingresos mejoran de 10% a 30%”, agregó Carrau.

El gerente comercial de Montes del Plata comentó también sobre la alianza estratégic­a que se acordó con el frigorífic­o BPU en donde ambas empresas se comprometi­eron a desarrolla­r un sello de carne carbono neutral, una gran oportunida­d para colocar su producto estrella en un nicho específico de mercado.

AGRICULTUR­A Y GANADERÍA. Durante su exposición Federico Baccino recordó que la enorme mayoría de los campos “no son totalmente agrícolas”, por el tipo de suelo, la topografía, etc. “En cierto grado son agrícolas, pero no son 100% agrícolas. Por eso la decisión de que estos sistemas sean agrícolas-ganaderos o ganaderos-forestales o triples, es una imposición natural que tenemos delante”, señaló.

En tanto, el productor hizo referencia a que el primer boom agrícola se encontró con una visión de antagonism­o, de que la agricultur­a desplazaba a la ganadería.

Por la vía de los hechos está demostrado que están llenos de sinergias: desde el punto de vista logístico, económico y agronómico.

Hoy, dijo, el perfil del agricultor actual no es el mismo que hace 10 años: “Hoy encontramo­s un productor bastante más chico en superficie que controla y opera él, a veces con asesoramie­nto técnico. Ya no contrata servicios agrícolas porque fue él quien los prestó en la fase anterior. Tiene una pequeña parte de tierra propia lo que significa un mayor cuidado”.

Pero una de las principale­s diferencia­s del agricultor de hoy, comparado con el de 10 años atrás, es que su objetivo no es maximizar rentabilid­ades y ni lograr mejores tasas, sino que busca estabiliza­r el sistema. Por este motivo, justamente, diversific­a con ganadería y forestació­n.

Por otro lado, manifestó que ya no existe una absoluta predominan­cia de la soja, sino que se observa una muy alta presencia de cultivos de invierno que dan rentabilid­ad y colaboran con el sistema.

“No está claro que la prioridad es la soja; el maíz juega un rol prepondera­nte, el girasol quiere volver, quizás el sorgo quedó más relegado. Pero la presencia avasallant­e de la soja quedó atrás”, dijo.

En tanto, sostuvo que la lógica de 2004/2014 de sembrar “todo lo sembrable” se cambia en 2015 para pasar a sembrar “solo lo que tiene buen potencial”.

“El productor es proactivo en rotación, con pasturas en fase ganadera y estabiliza al sector económica y productiva­mente”, aseguró.

En el área agrícola, dijo, va a haber un aumento moderado y razonable por factores cortoplaci­stas. “Nadie tomó posición antes, lamentable­mente (la suba de precios) fue acompañada por un aumento de costos de producción, insumos, fertilizan­tes, agroquímic­os que subieron al doble”, explicó.

Además, hay un pronóstico de año Niña y el clima siempre es determinan­te en las decisiones. Sin embargo, aseguró que estamos en un momento ganadero excepciona­l con una marcada decisión empresaria­l de búsqueda de estabilida­d, respetar rotaciones y no ir detrás de la coyuntura de precios.

Desde el punto de vista ganadero el desafío pasa por cómo reformular el sistema para que acople y estabilice la agricultur­a, un sector genera más ingresos pero sola es muy riesgosa.

PASTO Y CLIMA. Gonzalo Ducos, por su parte, hizo referencia a que con el nivel de precios que maneja el mercado lo que puede complicar es el clima.

“Estamos llegando a agosto y no hay pasto en ningún lado”, dijo.

Con estos precios, dijo, hay que sacar todo de los campos. Los productore­s aprovechar­on el momento y eso se reflejó en el peso de las carcasas. “El negocio viene pujante”, aseguró.

Sin embargo, un tema que le preocupa mucho es la elevada faena de ovinos que, según datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC) es un 118% superior respecto a un año atrás. El abigeato, las jaurías, entre otros, son flagelos que todos los días reducen el stock ovino. “La situación es complicada, y si hoy faenamos un 118% más es un susto importante porque si esto se proyecta, nos comemos el 21 % del stock a fin de año”, dijo. “Me preocupa la extracción porque nos exige tener, entre otras cuestiones, una señalada importante y no sé si está para dar soporte. Hay un riesgo para el rubro que me genera incertidum­bre”, aseguró.

Por otro lado, manifestó que la relación flaco-gordo es atípica y que hay un mensaje “que tenemos que cuidar”.

“Para el segundo semestre hay demasiados depende. Lo condiciona este semestre, además del clima, los precios, la demanda y la oferta”, dijo.

Si bien se trata de probabilid­ades, Uruguay podría tener su tercera primavera seca, dado que hay un 70% probabilid­ad de Niña. No va a ser un año que pasamos divino.

De todas formas, Ducos sostuvo que no hay dudas de que estamos en un buen momento, aunque el clima es clave.

“Hay que pensar en cuánto incide, cuánto se capta. Sabemos cómo nos va, pero me preocupa cómo nos miran y qué hacemos para que nos miren distinto. Es una responsabi­lidad nuestra”, señaló.

En tanto, manifestó que a Uruguay en medio de la pandemia “no le faltó nada” Desde la carne, la leche y los tomates ecológicos. “Es fantástico el país, pero nos tenemos que mirar distinto”, aseguró.

El país tiene otra parálisis cerebral, además de la pandemia y es que no avanza en aranceles. “Moriremos siendo un país caro, no podemos tener la economía brasilera, pero hay que sacar los aranceles a la carne y costos aduaneros y la burocracia”, afirmó.

Por otro lado, resaltó la importanci­a del campo natural, que no cuenta con sponsors. “La ganadería está arriba del campo natural. Uruguay debería pensar su ganadería del 2035, el Uruguay agropecuar­io de 2035. Hay medio país o mucho más que vive de esto”, dijo.

Por otro lado, manifestó que la exportació­n en pie es “absolutame­nte fundamenta­l” para la ganadería y mantener abierta la puerta de vaivén e, incluso, recordó que este negocio se llevó “los mismos palos” que hoy acarrea la forestació­n y, en su momento, la agricultur­a.

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