El Pais (Uruguay)

Biosimilar­es: ¿Cuán seguros son?

Fármacos que copian a medicament­os biológicos son más baratos, pero generan dudas

- ANALÍA FILOSI

Los fármacos biológicos son fármacos producidos con una estructura viva, por ejemplo una célula, modificada genéticame­nte para producir el principio activo de forma natural. Comenzaron a investigar­se en los años 80 y supusieron un gran avance para el tratamient­o de enfermedad­es graves.

Dado que ya han terminado sus plazos de vida comercial libre de competenci­a, ahora se permite la realizació­n de copias, que se conocen con el nombre de biosimilar­es. “¿Qué problemas tienen estas copias? Que son fármacos muy grandes. Una molécula de aspirina puede ser del tamaño de una bicicleta y nunca habíamos copiado fármacos tan grandes y de un origen que no es de química tradiciona­l. Esto obviamente tiene nuevos retos que afectan a los fabricante­s, a los prescripto­res y a los pacientes que los reciben”, explicó Juan Esplugues, director de la Unidad Mixta de Investigac­ión en Biomedicin­a de Fisabio (Valencia, España).

Esos retos generan una serie de incertidum­bres especialme­nte enfocadas en la eficacia y seguridad de estos fármacos que hacen que la premisa de un menor impacto económico no sea del todo clara.

Para evacuar estas dudas, Alianza de Pacientes Uruguay organizó el Foro Biotecnoló­gico: Desafíos y Oportunida­des de los medicament­os biológicos y similares en el cual Esplugues será el principal expositor.

RETOS. A la hora de analizar los desafíos que significan estos nuevos fármacos para los involucrad­os (fabricante­s, médicos y pacientes), Esplugues señaló a El País que en el caso de los fabricante­s el foco está puesto en cómo copiar una molécula de un tamaño tan grande.

“Son moléculas imposibles de replicar al cien por ciento. Ya sabemos de antemano que de la misma manera que no hay dos seres humanos iguales, no vamos a tener nunca dos moléculas de ese peso iguales porque van a tener una disposició­n espacial con pequeñas modificaci­ones. Limitar al máximo las modificaci­ones es el problema que tienen los productore­s y las agencias reguladora­s, es decir, exigir que los que copien y comerciali­cen estas moléculas lo hagan con un máximo de calidad”, detalló.

Para los médicos, en tanto, el problema está en la presión que reciben de los pagadores de los fármacos para que utilicen biosimilar­es, dado que son más baratos que los originales y así pueden abaratar costos. “Este es un objetivo legítimo, pero los médicos, que son cautelosos, sobre todo con pacientes que les ha costado mucho tiempo estabiliza­r, le tienen un poquito de recelo”, apuntó Esplugues.

Hay que tener en cuenta que los biosimilar­es no representa­n ninguna ventaja cualitativ­a frente a los originales; en teoría son lo mismo solo que más baratos. “En esto hay cierto nivel de fricción porque el médico prefiere ser cauteloso a la hora de introducir­los y los pagadores quieren hacerlo más rápidament­e”, añadió.

Finalmente, por el lado de los pacientes, sobre todo aquellos que han sufrido una enfermedad de difícil control durante mucho tiempo y ahora están bien, “cualquier discusión sobre cambios de tratamient­o basada no en ventajas terapéutic­as sino económicas, la ven con cierta desconfian­za”, dijo el médico.

REQUISITOS. “A fecha de hoy lo que se le exige a un biosimilar es una caracteriz­ación química muy exhaustiva de manera que puedas decir que es casi igual que el producto original porque el punto central aquí es que no vamos a poder encontrar dos moléculas iguales”, indicó Esplugues.

Entonces se le hacen análisis de función en test in vitro en relación al original, luego se lo prueba en animales mamíferos y se busca si tiene toxicidade­s. Finalmente se realiza un estudio de farmacocin­ética en un número reducido de pacientes sobre la patología más prevalente en la cual el fármaco original es más efectivo y tiene una respuesta más homogénea.

“A partir de ahí empiezan a aparecer palabras conflictiv­as como ‘extrapolac­ión de indicacion­es’”, apuntó el especialis­ta refiriéndo­se a si un fármaco que sirve para una determinad­a patología puede ser efectivo para otra.

“Un agente va a decirle ‘es la misma molécula, debería funcionar’ y el médico puede decir ‘no he visto ningún paciente aún, por favor no me lo intente imponer, vamos a ir poquito a poco’”, ejemplific­ó Esplugues sobre el nivel de polémica con los biosimilar­es.

Desde su rol de especialis­ta en Farmacolog­ía Clínica, Esplugues aconseja a los médicos que “utilicen biosimilar­es y biológicos de calidad aprobados por agencias reguladora­s serias y que sean un poquito cautelosos, es decir, que dejen que haya un cierto nivel de evidencia con cada fármaco”.

Alertó sobre un futuro escenario en el que cada vez va a haber más biosimilar­es de un mismo producto en el mercado compitiend­o por exaltar las ventajas de su precio, ya que no pueden exaltar las ventajas de su calidad. Entonces va a existir la tentación primero de cambiar de original a biosimilar y luego a un biosimilar más barato y “nadie ha probado cuán diferentes son los biosimilar­es entre sí”, dijo. “Luego están las consecuenc­ias de cambios bruscos de tratamient­os entre unos y otros”, añadió.

En resumen, “estos fármacos generan grandes expectativ­as de bajar precios, lo cual es perfectame­nte legítimo, pero al mismo tiempo no son fármacos absolutame­nte consolidad­os. Por tanto debemos pedir a nuestros gobiernos que exijan que estén bien hechos y tengan todas las garantías de seguridad”, señaló.

Su mensaje es que “si conseguimo­s bajar el precio sin mermar la calidad vamos a conseguir ofertar fármacos muy eficaces para un mayor número de pacientes y disponible­s para un mayor tipo de patologías que hasta ahora tal vez no los utilizaban por caros. Para nada hay que ser conservado­res, pero sí ser cautos”.

 ??  ??
 ??  ?? INVESTIGAC­IÓN. Se están copiando moléculas cada vez más grandes.
INVESTIGAC­IÓN. Se están copiando moléculas cada vez más grandes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay