“Cochebomba”: 5 horas en vilo frente al Capitolio
La amenaza hizo temer una situación como la de enero
El hombre que amenazó con detonar explosivos cerca del Capitolio en Washington se entregó a la policía ayer jueves tras casi cinco horas de negociaciones, en un entorno aún marcado por el recuerdo del violento asalto del 6 de enero protagonizado por partidarios de Donald Trump.
“El sospechoso, Floyd Ray Roseberry, de 49 años, ha sido detenido de forma segura”, tuiteó la Policía del Capitolio.
Aparente extremista de derecha, Roseberry había estado transmitiendo en las redes sociales atacando al presidente Joe Biden y a los demócratas, hablando de una “revolución” y quejándose del gobierno de Estados Unidos y su política en Afganistán. También había afirmado que había otras cuatro bombas en Washington que serían detonadas, junto con la suya, si la policía usaba fuerza letal en su contra.
El jefe de la policía del Capitolio, Thomas Manger, explicó que Roseberry, residente de Grover, un pueblo en Carolina del Norte, había estado sentado “durante varias horas” frente a la Biblioteca del Congreso en una camioneta en la que aseguraba tener explosivos. El hombre estacionó su camioneta negra a la hora 9.30 de Washington (las 10.30 de Uruguay), y se rindió casi cinco horas después.
La policía y el FBI intentaron negociar con él mediante mensajes en una pizarra, y poco después de hacerle llegar un teléfono, se entregó.
“Sabemos que el señor Roseberry ha tenido algunas pérdidas familiares. Creo que su madre falleció recientemente. Hablamos con miembros de su familia y había otros problemas con los que estaba lidiando”, añadió.
Anoche todavía no se confirmaba si efectivamente había explosivos en el vehículo. No obstante, la policía señaló que detectaron objetos “preocupantes” en el vehículo, como un recipiente de gas propano.
Manger dijo que no estaba claro cuáles eran los motivos de Roseberry, quien en su Facebook Live emitió una serie de amenazas incoherentes y pidió hablar con Biden.
“Estoy tratando de hablar con Joe Biden por teléfono. Estoy estacionado aquí en la acera justo al lado de todas estas cosas bonitas”, dijo el hombre blanco, calvo y con una perilla entrecana, vestido con una camiseta blanca.
“No voy a lastimar a nadie, Joe. No voy a apretar el gatillo de esta cosa. No puedo”, apuntó, pero advirtió: “Te lo digo, si los francotiradores (...) empiezan a disparar por esta ventana, esta bomba explota”.
Roseberry se veía sosteniendo una lata de metal con arcilla y una caja con botones y cables en la parte superior, pero no se podía determinar si era un explosivo real.
Si bien no señaló afiliación política, en un momento se refirió a “la revolución” y dijo: “Estoy buscando a todos mis otros patriotas para que salgan y me ayuden”. Más tarde arremetió contra el partido de Biden, diciendo: “¿Todos saben lo que están haciendo, demócratas? Están matando a Estados Unidos”.
El sitio SITE, que monitorea a supremacistas blancas y yihadistas, dijo que la actividad de Roseberry en las redes sociales sugería que es parte del movimiento MAGA, acrónimo de “Haz que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez”, eslogan de Trump.
El congresista demócrata Bill Pascrell condenó duramente al sospechoso, evocando el traumático asalto al Capitolio. “El terrorismo interno de derecha es una amenaza para todas las comunidades de Estados Unidos”, tuiteó.
El recinto del Capitolio está bajo fuertes medidas de seguridad desde la mortal toma del 6 de enero por parte de partidarios de Trump, que buscaban evitar la certificación de la elección de Biden.
Y el 2 de abril, un agente de policía murió y otro resultó herido cuando un joven embistió con su coche un puesto de control que protegía la entrada, antes de ser abatido.
Altas vallas metálicas y alambre de púas fueron colocado en enero alrededor del complejo del Capitolio. La cerca, uno de los últimos recordatorios físicos del ataque, recién fue retirada en julio.