El Pais (Uruguay)

El clásico de los 90 y su traumático final están de regreso

- BELÉN FOURMENT

Fue una idea del creador de “Los Muppets” y se estrenó en horario central en EE,UU. La serie de comedia sigue el día a día de la familia Sinclair, y todos sus episodios llegaron a Disney+.

El grito chillón de “¡No la mamá!” y un final imposible para un programa apuntado al público infantil son las dos grandes marcas que dejó Dinosaurio­s. La sitcom estadounid­ense marcó a los niños en los noventa, y ahora está de vuelta de la mano de Disney+, que acaba de relanzar todas sus temporadas. Son cuatro y se las puede disfrutar en inglés, claro, pero también con el encanto de su doblaje latino.

Estrenada en 1991, a lo largo de cuatro temporadas abordó el día a día de la familia Sinclair. Situada en el año 60.000.000 antes de Cristo, la tira partía de la premisa de unos dinosaurio­s civilizado­s, que habían optado por la monogamia, los hijos y una vida dedicada al trabajo, y habían dejado de lado la depredació­n. Y se centraba en Earl, el padre de familia, su pareja Francine y dos hijos adolescent­es, Robbie y Charlene.

La llegada en el primer episodio de Bebé, un niño caprichoso y apegado a su madre, cambiaba el funcionami­ento de todo el grupo. A ellos se agregaba, además, una abuela un tanto gruñona, Ethyl (son los seis que ilustran esta nota), más toda una camada de secundario­s conformada por el mejor amigo de Earl, su jefe, sus compañeros de trabajo y alguna otra especie. Hicieron reír con ocurrencia­s hasta que se despidiero­n con un capítulo devastador. Veintisiet­e años después ya no califica como spoiler, pero por si acaso, la nota referirá al desenlace. El lector queda avisado.

Dinosaurio­s fue un bicho raro de la época, un proyecto ambicioso que sonaba a delirio. Se le ocurrió a Jim Henson, el creador de Los Muppets, pero murió en 1990 de manera repentina y con eso no solo quedó trunco el plan, sino que se cayó un acuerdo con Disney,

que iba a comprarle la compañía.

Las riendas de The Jim Henson Company las tomó su hijo Brian, y al final Dinosaurio­s fue el primer gran proyecto de la empresa sin su mentor. Brian figuró como productor ejecutivo y Walt Disney Television también se enganchó a la producción. Y la cadena ABC le dio un horario de privilegio, los viernes en prime time. Los cambios en la grilla y el alto costo de desarrolla­r a estos personajes a través de la animatróni­ca, fueron factores que influyeron a su cancelació­n, tres años después. Acá se la vio en televisión abierta.

Dinosaurio­s salió al aire cuando Los Simpson ya habían comenzado su camino, y los puntos en común eran evidentes, sobre todo en el modelo familiar estadounid­ense prototípic­o que representa­ba. Francine es una madre tan abnegada como Marge, y a Earl todo le cuesta tanto como a

Homero. Eso se nota en los primeros episodios, cuando precisa ayuda de su mejor amigo para entender cuál es el “problema” de su esposa, que acaba de ser madre y no da abasto con las tareas del hogar. En su momento, las comparacio­nes con

Los Picapiedra­s tampoco faltaron. Sin embargo, la sitcom creada por Michael Jacobs y Bob Young tenía sus cualidades propias. Por un lado, estaba el riesgo de darle el protagónic­o a unos animales extintos presentado­s como antropomór­ficos. Por otro estaba la tecnología; no era común ver este tipo de animación en televisión, y menos con esa calidad. Y por último, estaba el guion.

Lleno de referencia­s a la cultura pop del siglo XX —Disneyland­ia, Godzilla, Las Tortugas Ninja, Bob Dylan y los programas de bloopers—, cada episodio proponía temáticas actuales y diversas. Tratadas con un tono simplista, los roles impuestos al hombre y la mujer, la alimentaci­ón, el impacto de los medios de comunicaci­ón, los dramas adolescent­es, las diferencia­s entre padres e hijos y cuestiones de corte político estaban a la orden del día. Siempre mezcladas con ironías

más adultas, como cuando se habla del “SPA”, el síndrome pre-aullido que viven los machos una vez por mes, y Charlene responde, mirando a cámara: “Qué bueno que soy niña”.

Las gracias del bebé y los pasos de comedia física eran el gancho para el público infantil, sí, pero con todo eso se lograba cautivar a una audiencia ya más crecida.

Eso predominó en aquel final que se emitió el 19 de octubre de 1994 y que, hay cierta tendencia a afirmarlo, es el desenlace más traumático de una serie de televisión; por lo menos, de una infanto-juvenil. Llamado “Naturaleza cambiante”, el episodio trata la extinción de los dinosaurio­s por su propia responsabi­lidad y un uso desmedido de la tecnología en detrimento de la naturaleza, una lectura todavía análoga a la humanidad y la crisis ambiental imperante.

“Parece que no quedará mucho mundo para ti y tus hermanos”, le dice Earl al bebé en un emotivo diálogo final que potencia su carga dramática con el manejo de la música. Fue un impacto en su momento y lo sigue siendo ahora que llegó a Disney+, la casa de las historias de finales felices por excelencia. Al menos hasta este reestreno.

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