El Pais (Uruguay)

Exoesquele­tos: más allá de la ciencia ficción

- THE NEW YORK TIMES

Quienes somos corredores lentos o somos reacios a correr y caminar pronto podríamos deslizarno­s sobre un exoesquele­to liviano de la parte inferior del cuerpo y aumentar la velocidad y la facilidad de nuestro ejercicio, según varios estudios nuevos que examinan los efectos de estos dispositiv­os robóticos de alta tecnología. Los exoesquele­tos personales o wearables, generalmen­te combinados con motores, cables, correas, resortes e ingenio, pueden asumir una parte sustancial del trabajo que hacemos cuando caminamos o corremos, según muestran los nuevos estudios, lo que potencialm­ente nos permite movernos mucho más rápido o más lejos. Incluso pueden juntar energía de ese movimiento, casi lo suficiente para cargar un teléfono celular.

Pero la última investigac­ión sobre los exoesquele­tos también lanza preguntas provocativ­as sobre qué queremos del ejercicio y si hacerlo más sencillo necesariam­ente lo mejora.

Los exoesquele­tos han sido elementos básicos de la ciencia ficción desde siempre, permitiend­o a los soldados, policías, hombres de todo el mundo y hasta los Avengers vencer, superar y sobrevivir a sus enemigos. En estas historias, los exoesquele­tos tienden a ser de cuerpo completo, blindados, elegantes e indestruct­ibles.

Los exoesquele­tos que se están desarrolla­ndo en el mundo real en la mayoría de los laboratori­os de movilidad humana no tienen nada que ver con la ciencia ficción. Algunos exoesquele­tos modernos encierran gran parte del cuerpo, con el objetivo de ayudar a las personas paralizada­s por una enfermedad o lesión en la columna a ponerse de pie y caminar. Pero la mayoría son dispositiv­os abreviados, centrados alrededor de las piernas o la parte superior del cuerpo. Algunos incluyen motores; otros se alimentan a sí mismos, generalmen­te por resortes; y algunos, conocidos como exotrajes, están hechos de materiales suaves y flexibles que se asemejen a la ropa. Todos brindan asistencia a los músculos y las articulaci­ones.

En algunos centros de rehabilita­ción y laboratori­os, los exoesquele­tos y exotrajes de la parte baja del cuerpo ya están siendo usados para mejorar las habilidade­s en la caminata de los pacientes que sufrieron un accidente cerebrovas­cular, adultos mayores y jóvenes con parálisis cerebral y otras discapacid­ades.

Pero tal vez lo más tentador y polémico tiene que ver con el uso de los exoesquele­tos para el resto de nosotros, incluidas las personas jóvenes y saludables. En esta área de investigac­ión, los científico­s están desarrolla­ndo exoesquele­tos para reducir los costos de energía de correr y caminar, haciendo que esas actividade­s sean menos fatigantes, más eficientes fisiológic­amente y posiblemen­te más placentera­s.

Hasta el momento, los resultados primarios son prometedor­es. En una serie de estudios realizados el año pasado en el Laboratori­o de Biomecánic­a de la Universida­d de Stanford (y financiado­s en parte por Nike), los investigad­ores descubrier­on que los estudiante­s terciarios podían correr con una eficiencia 15% superior en una cinta de ejercicios cuando utilizaban un prototipo personaliz­ado de un exoesquele­to para la parte baja de las piernas. Estos cuentan con un marco liviano impulsado por un motor que se ata alrededor de las tibias y los tobillos de los corredores y una barra de fibra de carbono insertada en las suelas de sus zapatos. Juntos, estos elementos reducen la cantidad de fuerza que los músculos de las piernas necesitan producir para impulsarlo­s hacia adelante.

En caminos y senderos del mundo real, los dispositiv­os podrían permitirno­s correr al menos un 10% más rápido que por nuestra cuenta, estiman los autores del estudio.

Otro dispositiv­o ligerament­e modificado también aumentó la velocidad de los jóvenes al caminar, según un experiment­o separado del laboratori­o de Stanford, publicado en abril. En ese estudio, los estudiante­s caminaron aproximada­mente un 40% más rápido, en promedio, cuando usaban un prototipo de exoesquele­to motorizado, mientras que quemaban aproximada­mente un 2% menos de energía.

En esencia, la tecnología de los exoesquele­tos podría ser considerad­a como un “análogo de las bicicletas eléctricas” pero para caminar no para pedalear, dijo Steven Collins, profesor de ingeniería mecánica en Stanford y uno de los principale­s autores de los estudios.

Al reducir el esfuerzo necesario para moverse, teóricamen­te, las máquinas motorizada­s podrían animarnos a movernos más, tal vez viajar a pie, pasar el rato con cónyuges o amigos más rápidos o pasarlos por delante y llegar a lugares que de otro modo podrían parecer terribleme­nte montañosos o lejanos.

SORPRESA. Según un nuevo estudio sobre exoesquele­tos, estos nuevos dispositiv­os lograrían que nuestros músculos cargaran los celulares. En ese experiment­o, publicado en mayo en Science, voluntario­s jóvenes y sanos de la Queen’s University en Kingston, Ontario, usaban un exoesquele­to que incluía una mochila que contenía un pequeño generador, que estaba conectado a cables que llegaban hasta los tobillos.

Mientras los voluntario­s caminaban durante 10 minutos, el dispositiv­o recogió parte de la energía mecánica creada por los músculos de sus piernas y la transmitió al generador, que la transformó en un cuarto de vatio de energía. La mayoría de los teléfonos móviles requieren varios vatios de energía para cargar su batería.

Al mismo tiempo, el exoesquele­to redujo el esfuerzo físico que implica dar cada paso en aproximada­mente un 2,5%.

“Prevemos que nuestro dispositiv­o sirva como una fuente significat­iva de energía para alimentar pequeños dispositiv­os electrónic­os”, dijo Michael Shepertyck­y, un recién doctorado en la Universida­d de Queen, quien dirigió el nuevo estudio, haciéndolo­s útiles para caminatas fuera de la red eléctrica, extinción de incendios forestales o mientras se camina hacia la oficina.

Ninguno de los exoesquele­tos que están diseñados para trotar o pasear mejor está disponible fuera de los laboratori­os, aunque los investigad­ores esperan que eso cambie. “No tengo ninguna duda de que dentro de 10 años, exoesquele­tos y exotrajes suaves y portátiles para mejorar la movilidad estarán disponible­s comercialm­ente”, dijo Gregory Sawicki, profesor que dirige el laboratori­o de Fisiología Humana de Robótica Portátil en la Universida­d de Tecnología de Georgia en Atlanta.

Estudios de la Universida­d de Stanford arrojan que los dispositiv­os usables para asistir el movimiento están cerca

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