Estaba en un bar, cargando el celular
Hugo Pereira fue detenido cuando estaba tomando una bebida y cargando su celular
Hugo Pereira, el narco que se escapó del excomcar, fue dos veces a un bar céntrico de Montevideo mientras estuvo prófugo. En su primera visita pidió cargar el celular y cenó en el lugar. La segunda vez volvió a pedir que le cargaran el dispositivo y pidió una bebida fría. La Policía ya venía estudiando sus movimientos y lo sorprendió en la puerta del bar Las Palmas, ubicado en 18 de Julio y Gaboto. Pereira pagó con un billete de $ 2.000 y le dijo al mozo que se quedara con la propina: casi $ 1.900. Luego salió y la Policía lo arrestó. El abogado de Pereira, Aníbal Martínez Chaer, confió que la intención de su defendido era entregarse.
Hugo Pereira se acercó al mostrador del conocido bar Las Palmas. Le pidió a un mozo si le podían poner a cargar el celular porque no tenía dónde hacerlo. Después se sentó en una de esas tantas mesas que hay en el bar ubicado en el corazón del Centro de Montevideo, en 18 de Julio y Gaboto. Pidió algo para comer y se fue.
En el bar lo conocían porque hace muchos años era cliente, pero dicen que hace tiempo no lo veían. Desconocían que se trataba del hombre que el 14 de agosto se escapó caminando del ex Comcar.
Al día siguiente volvió al bar. Necesitaba cargar el celular una vez más. Mientras esperaba que el aparato completara su batería, pidió una bebida fría y se sentó en la mesa número 2, la que está más cerca de la puerta. A su derecha tenía el mostrador y a su izquierda, un ventanal que da hacia la calle Gaboto.
Esperó un rato y llegó el momento de pagar. Sacó un billete de 2.000 pesos y cuando el mozo le fue a dar el cambio de casi $ 1.900, Pereira le dijo “quedátelo”.
Tras los ventanales del bar el delincuente con 15 antecedentes penales ya veía que había varios móviles policiales afuera, pero se mantuvo tranquilo.
La escena que suscitó la atención de quienes pasaban ayer por 18 de Julio y Gaboto estaba a punto de comenzar. Patrulla, sirenas y policías parados frente el reconocido bar. Le pidieron la cédula, dijo que no tenía; le preguntaron el nombre y les contestó: Hugo Henry Pereira Medina. Lo esposaron sin que opusiera ninguna resistencia.
Así caía Pereira tras 12 noches oculto en la sombras de Montevideo. Antes de salir del local, Pereira intentó comunicarse con su abogado, el doctor Aníbal Martínez Chaer. Luego fue detenido y conducido a Punta de Rieles.
PROBLEMA DE CORAZÓN. Pero la Policía no había ido al bar céntrico de casualidad. Los investigadores lo venían siguiendo de cerca y esperaron el momento justo para recapturarlo. Supieron que estaba en el bar Las Palmas y entonces se montó el operativo.
“Después de dejar la propina salió y ya estaban los patrulleros. Estuvo media hora acá más o menos”, contó uno de los trabajadores del bar a El País. “Hace años que (Pereira) venía y se comportaba muy bien”, dijo uno de los propietarios del bar y agregó: “Era un señor siempre correcto y bien vestido”.
La esposa del hombre de 60 años, señalado como un importante narcotraficante de Colonia, se había contactado hace unos días con Martínez Chaer. “Hugo se fugó”, le dijo al penalista en una breve comunicación. Según dijo el abogado a El País, ayer habló por primera vez con su defendido. En la conversación estuvo sobre la mesa que el objetivo era entregarse y que la Justicia tuviera en cuenta uno de los motivos que, según el penalista, derivó en la fuga: un problema en el corazón.
“Él tiene un problema de salud grave del corazón. Tiene cuatro pases a cardiólogo y no le dan la medicación debida”, explicó Martínez Chaer, y agregó: “Yo iba a tratar de hacerlo ver por un médico del ITF (Instituto Técnico Forense), porque no lo han hecho. Lo vio el médico general de la cárcel y le dijeron que tenía que ir al cardiólogo urgente, pero hasta ahí llegó”.
Hace pocos días Pereira había recibido la visita de su esposa en la cárcel y el delincuente se había quebrado. Llorando, dijo que se iba a morir en el ex Comcar y no podría ver a su hija crecer.
Las causas de por qué fugó y quién lo ayudó a salir están en etapa de investigación. El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, informó anoche a través de Twitter algunos avances que no coinciden con las hipótesis iniciales. “Luego de tomarle declaración a la persona privada de libertad recapturada anoche, este dijo que su fuga se dio por el alambrado perimetral detrás de los módulos 6 y 8. Agregó que salió con ropa civil y una mochila para cambiarse, encontrándose la ropa usada y el alambre roto”, escribió. Y agregó: “Todo lo señalado por el recluso ha sido comprobado, por lo que descartamos que se haya fugado por la puerta y tampoco uniformado. Se continúa con la investigación”. Al posteo agregó fotos de las pertenencias halladas en la zona de la fuga.
Heber había dicho el pasado martes que sospechaba que hubiera habido complicidad en la fuga y que podía haber funcionarios sumariados.
Pereira ahora está en la cárcel de Punta de Rieles mientras que el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) estudia en qué centro penitenciario deberá cumplir el resto de su pena. El delincuente estaba alojado en el ex Comcar desde julio de 2020, cuando fue condenado por liderar una banda dedicada a la venta de droga en Colonia.
“Operación Guaraní” fue el nombre del procedimiento por el cual se desbarató la banda que Pereira lideraba y por el cual fue enviado a prisión. En ese operativo también había caído su hermano, señalado como otro de los líderes de los negocios ilícitos de droga en el departamento.
En el centro penitenciario más poblado del país, Pereira trabajó dentro del “casino de oficiales” de la cárcel, un lugar donde los presos cocinan y les sirven la comida a los policías que trabajan allí. Ahora deberá enfrentar a la Justicia por haber cometido autoevasión. Este delito, que pena la fuga, está incluido en la Ley de Urgente Consideración (LUC) y establece un castigo penitenciario de entre 12 meses y cinco años de cárcel para quien lo cometa.
Luego de pasar dos noches en un bar céntrico, dar una propina desmedida y protagonizar una escena de película, ahora Pereira espera por un fallo judicial que determine su pena y por un tratamiento médico que considere sus problemas de corazón.