Fugado declara a la Policía que planeaba escapar a Argentina
Contó que fue traicionado. Y que atravesó tres vallados para huir
■■ El preso Hugo Pereira declaró a la Policía que se fugó la noche del 14 de agosto del excomcar con intenciones de trasladarse a Argentina y comentó que no pudo concretar el plan porque fue traicionado.
El recluso deambuló 12 días por Montevideo procurando que sus contactos le consiguieran algún medio para cruzar el
Río de la Plata hacia territorio argentino. Tras ser recapturado el 26 de agosto, el recluso testificó que preparó el escape durante un mes observando el vallado del penal que da hacia la Ruta 1. Dijo que vio perros vagabundos que pasaron en varias ocasiones y apuntó que esperó una noche de niebla para evadirse. Pereira testificó que superó el primer vallado usando un canal seco. Y agregó que el segundo y el tercero estaban rotos. Luego de sus declaraciones, los investigadores policiales fueron al lugar y comprobaron que el segundo alambrado tenía una rotura y que el tercero había sido reparado por el Ejército. El FA interpelará al ministro Heber por la fuga.
El recluso Hugo Pereira pasó un mes planeando su fuga del ex Comcar. Desde su celda estuvo mucho tiempo mirando el vallado ubicado en dirección a la Ruta 1 y a las primeras casas del pueblo Santiago Vázquez.
Doce días más tarde de su evasión, Pereira fue capturado en el bar Las Palmas, ubicado en el Centro de Montevideo. A los policías les dijo que pensaba viajar a Argentina, pero que no pudo concretar su plan.
Pereira tiene familiares en Argentina. Allí vivió 30 años. En el vecino país, también, tuvo tres procesamientos por delitos ocurridos entre 1992 y 1994. Estuvo en la cárcel por robo calificado por escalamiento, asociación ilícita y privación ilegítima de libertad. En Uruguay realizó hurtos mediante boquetes y su último procesamiento fue en 2020 por suministro de drogas.
Según las fuentes, Pereira relató que realizó contactos con conocidos para que lo trasladaran hacia Argentina en una embarcación y agregó que estos lo traicionaron.
LA HUIDA. Durante la indagatoria, Pereira dijo a los investigadores que desde su celda detectó que los alambrados perimetrales del ex Comcar tenían un punto débil. Había visto en varias ocasiones cómo perros vagabundos pasaban por ellos. Así comenzó a planificar el escape que se concretó en la noche del sábado 14.
Eran las 19:30 horas de ese día cuando una densa niebla rodeó el establecimiento carcelario y Pereira supo que se trataba de su oportunidad. Terminó de servir la cena para el personal jerárquico en el “casino de oficiales”, donde también solía comer él.
Luego se fue, supuestamente, rumbo a su celda. Pero a esta nunca llegó.
Tras salir del casino cambió su ruta y se acercó a la alambrada ubicada detrás de los módulos 6 y 8. A unos 600 metros del lugar se veían las luces de los autos que pasaban por la ruta y de las primeras casas del pueblo Santiago Vázquez.
Pereira vio una pequeña canaleta natural que pasaba debajo del primer vallado custodiado por el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). La canaleta había generado una pequeña hendidura en el terreno. El preso se metió en el cauce seco y levantando algo el alambrado logró pasar para el otro lado. Siguió por la canaleta y otra vez cruzó debajo de un segundo alambrado, también bajo la jurisdicción del INR.
No trascendió ayer si Pereira utilizó o no alguna herramienta para romper este alambrado o si aprovechó alguna rotura o que este estuviera en mal estado. Una realidad que quedó evidenciada con todo esto es que el INR carece de recursos como para supervisar a menudo el estado de sus alambradas.
Pereira siguió su plan. Cruzó también el tercer vallado que rodea el penal y que está bajo el control de efectivos del Ejército. A unas 50 metros del lugar, el preso vio un soldado en una garita. El militar no percibió la fuga. Es posible que la niebla reinante le haya impedido ver el escape de Pereira. No sería la primera vez que algo de estas características ocurre.
Tras pasar las tres cercas, Pereira, que había llevado consigo una muda de ropa, se cambió. Dejó tiradas sus prendas embarradas y mojadas. Técnicos de la Policía Científica las levantaron y ahora harán un examen de ADN para confirmar que sean de Pereira. En caso afirmativo, será una confirmación más de que el recluso escapó por allí y no por la puerta principal como se manejó en un principio.
Tras ser capturado, Pereira relató la fuga y dijo que cruzó los tres vallados. Al finalizar la declaración del interno, varios policías se dirigieron al segundo vallado y comprobaron que estaba roto. También observaron que el alambrado bajo la jurisdicción del Ministerio de Defensa había sido reparado.
En forma paralela, el Ejército cambió de lugar una carpa con efectivos. La colocó frente al lugar por donde se escapó Pereira con el propósito de mejorar la seguridad.
Los investigadores policiales preguntaron a Pereira si había recibido asistencia externa para alejarse del lugar. El recluso respondió que había parado un taxi en la ruta 1 y que este lo trasladó hacia Montevideo.
El abogado de Pereira, Aníbal Martínez Chaer, dijo ayer a El País: “Mi defendido es un hombre de 60 años. No puede trepar cinco metros y cruzar la concertina (el alambrado que tienen las cárceles) sin herirse. Y Pereira no está lastimado”.
Pereira tiene familia en Argentina, donde fue procesado en tres oportunidades. Santiago González dijo que el caso se definirá en las próximas horas.