Bajante histórica del Paraná
El río Paraná en Argentina sufre su peor bajante en más de medio siglo y es un enigma si la causa obedece a un ciclo natural o al cambio climático. Segundo en extensión detrás del Amazonas en América del Sur, el Paraná ha tocado mínimos que no tenía desde 1940. Los expertos dudan si recobrará la exuberancia que lo convirtió en la principal vía de integración del Mercosur. La bajante histórica del Paraná coincide con la peor sequía en casi un siglo en Brasil, que está provocando serios problemas de abastecimiento eléctrico en ese país.
El río Paraná, décima cuenca del mundo, sufre su peor bajante en más de medio siglo y es un enigma si la causa obedece a un ciclo natural o al cambio climático.
Segundo en extensión detrás del Amazonas en América del Sur, el Paraná ha tocado mínimos que no tenía desde 1940.
Los expertos dudan si recobrará la exuberancia que lo convirtió en la principal vía de integración del Mercosur, aun cuando llegue la temporada de lluvias en diciembre.
En los últimos meses la bajante afectó la navegación mercante, la generación eléctrica, la pesca, la industria turística, la provisión de agua para consumo y riego, y modificó el relieve, el agua y el suelo de una forma que nadie aventura si será permanente.
El Paraná se vincula con las aguas subterráneas del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.
“El Paraná es el humedal más extenso, más biodiverso y de mayor importancia socioproductiva de Argentina”, explica a la agencia AFP el geólogo Carlos Ramonell, catedrático de la Universidad Nacional del Litoral.
Aunque el brazo principal tiene caudal, en este momento en su red de cauces secundarios “solo entre el 10 y 20% tienen agua, el resto está seco”, señala. “Se han mencionado como causas las represas brasileñas, la deforestación, el cambio climático, pero desde el punto de vista científico no estamos en condiciones de decirlo. Obviamente ha sido el déficit de lluvias, pero ¿provocado a partir de qué?”, cuestiona.