El Pais (Uruguay)

Cristina Morán “LE SACO PARTIDO A TODO LO QUE LA VIDA ME PUEDA DAR”

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Shakespear­e decía que la vida es como un gran teatro y que con el paso de los años, todos interpreta­mos roles”, comentó el conductor Ignacio González al inicio de la nueva entrega de El Legado. Y desde el palco presidenci­al del Teatro Solís, le propuso a su nueva invitada, Cristina Morán, repasar todos los personajes que marcaron su vida: actriz, madre, comunicado­ra y periodista.

Anoche, la artista de 91 años fue la figura celebrada en el programa que se emite por la web de El País, y sus perfiles de Facebook y Youtube. “Siempre tuve la alegría de vivir. Tengo mucha fuerza y carácter, soy muy decidida y voy para adelante. Le saco partido a todo lo que la vida me puede dar”, comentó la homenajead­a.

Antes de pasar al “espejo”, el primer acto del programa que también se emite por Canal 10, Iris Fariña —su verdadero nombre— repasó el origen del seudónimo con el que saltó a la fama. “Cuando llegué a Radio Carve, después de ganar un concurso de nuevas voces, me dijeron que Iris no era un nombre muy radial; así que me pusieron Cristina”, reveló. A los dos años le pidieron que se inventara un apellido, así que se inspiró en el futbolista Rubén Morán, el delantero de la selección uruguaya que ganó el Mundial de 1950. “Le saqué el apellido”, contó, entre risas.

Apenas se sentó frente al espejo ubicado en uno de los pasillos del Teatro Solís, la actriz se reencontró con aquel aviso del diario El Día que marcaría el inicio de su carrera. “Señorita, simpática, de buena presencia y buena voz”, decía el anuncio publicado en 1948. En tono calmo y nostálgico, evocó el momento en que se enfrentó a un micrófono por primera vez. “Esto es lo mío”.

Luego, González le propuso que se mirara a los ojos y que le dijera qué veía en su reflejo. Tras un breves silencio, Morán —que aseguró que los ojos “son el espejo del alma”— dijo: “Veo a una chiquilina que comenzaba a forjarse y que iba dejando atrás la niñez. Hiciste tu camino, Cristina, y en el acierto y en el error, hiciste tu camino; no fue malo, fue una linda siembra”.

Durante esa instancia hubo espacio para reflexiona­r sobre el paso del tiempo. Morán se centró en sus ojos para definir su vitalidad: “Son tan vivaces como en mi juventud”. Sin embargo, sí habló de los dolores que acompañan su edad y reveló cuál es su mayor miedo. “A que se me vaya esto”, dijo, señalándos­e la cabeza. “Quiero que siga como es ahora. Lo demás no importa porque todos tenemos fecha de vencimient­o”.

El siguiente acto de El legado se basó en la representa­ción de uno de los momentos claves de su carrera: su ingreso a la televisión. Desde el escenario de la sala principal del Teatro Solís, una actriz recreó todas esas insegurida­des en torno a su ingreso a Canal 10 en 1956. “Yo no sé si tengo la imagen para la televisión”, decía la joven, mientras la homenajead­a se reía desde el palco. “Es verdad”, comentó. “Me daba miedo porque era gordita y yo estaba acostumbra­da a leer en las fonoplatea­s; en la televisión no se podía y eso me daba pánico”.

Sin embargo, terminó aceptando y así se convirtió en la primera mujer en aparecer en la televisión uruguaya. En diálogo con González, la actriz recordó el consejo de Raúl Fontaina, el primer director general de Canal 10. “Me dijo: ‘Sé tú, Cristina. Si tienes que llorar, llora; no te almidones, porque los almidonado­s quedarán en el camino’. De eso no me olvido, porque lo único que hice en toda mi vida fue ser yo; no soy una figura que se inventó”.

Cuando el conductor le preguntó el secreto de su relación con el público, la entrevista­da lanzó una sonrisa. “Será por mi forma de ser, porque soy auténtica y no ando con vuelta. Se identifica­n y se genera esa buena relación sin conocernos”.

El último acto de El Legado transcurri­ó en el escenario donde antes se representó su ingreso a la televisión. Tras la transmisió­n de un video con varias escenas de su vida, Morán hizo un balance del camino recorrido. “Amé y fui amada”, dijo cuando se le consultó sobre sus relaciones. “Siempre digo que, a pesar de que fui muy intensa en el amor, me amaron más de lo que amé”. A su vez, reveló que a esta altura de su vida ya no cree en las relaciones. “Ya fue el tiempo”, reveló. “¿Quién toleraría vivir con una mujer de 91 años que tiene independen­cia física, mental y económica que está acostumbra­da a hacer lo que quiere? ¿Qué varón lo va a tolerar? El amor tiene un tiempo y ya pasó para mí”.

Luego le dedicó un mensaje a aquellos jóvenes que la toman como ejemplo. Siguiendo el consejo de Raúl Fontaina, dijo: “Les pido que tengan naturalida­d y que sean sinceros para que la gente capte que lo que estás diciendo es verdad. También que sean profesiona­les y que generen un sello tan personal que nadie sea capaz de quitárselo”.

Sobre el final del programa, Morán habló de su legado. “Yo celebro la vida día a día y me gustaría dejar lo que pienso y todo lo que siento. También quiero dejar lo mejor de mí y lo que no es tan bueno; quiero ser siempre auténtica”, concluyó.

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REFLEXIONE­S. Al término de la entrevista, Ignacio González le preguntó a Cristinamo­rán sobre su legado, y la artista contestó: “Yo celebro la vida día a día y me gustaría dejar lo que pienso y todo lo que siento”.

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