Hay 37 proyectos para mejorar el agua del río Negro
Con fondos del Estado y del fideicomiso de UPM se implementa plan para la cuenca
La situación de contaminación del río Negro, sobre todo ante la inminente instalación de la planta UPM 2, preocupa a distintos agentes que están trabajando en 37 proyectos amparados en el Plan de Acción para la Mejora de la Calidad de Agua de la Cuenca. La que se conoce como Iniciativa para el río Negro se creó por decreto en 2018 pero ahora, tras el período de campaña electoral y de pandemia que lo demoraron, comienza a agilizarse. Está encabezado por el Ministerio de Ambiente y también trabajan el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Industria, Energía y otras organizaciones como Udelar y UTEC.
Unos 16 proyectos de un total de 37 ya están siendo implementados, los demás se encuentran en fase de preparación y aprobación. Se trata de un río que, explicó el subsecretario del Ministerio de Ambiente Gerardo Amarilla a El País, se ha visto perjudicado por la contaminación agrícola que vierte fósforo y otros nutrientes al agua y por otras causas que también tratarán de establecer con este plan.
Con el plan buscan cuidar, recuperar y salvaguardar la biodiversidad del corredor biológico y trabajar para que la cuenca sea un área de desarrollo sustentable. Los fondos que cubrirán esta iniciativa provienen del Estado, unos US$ 14.350.000, y del fideicomiso que surgió del contrato con la finlandesa UPM, que aportará US$ 3.500.000 a través del Fondo de Innovación Sectorial — aparte del monto que está destinado para el saneamiento de Paso de los Toros—.
Entre los proyectos que ya están aprobados se encuentra el estudio diagnóstico del fósforo total en los embalses de Bonete, Baygorria y Palmar, el desarrollo de un modelo hidronámico para conocer la dinámica del río. También hay inciativas desde la agronomía, pensadas para generar una producción sustentable, otras para caracterizar los sistemas productivos e identificar qué usos se hace del suelo de los alrededores y se trabajará en la degradación de los plaguicidas de la zona.
Otra serie de proyectos están enfocados en fortalecer las capacidades locales, como el acondicionamiento de los espacios que están en Rincón del Bonete para que funcionen como Centro Regional. Además se formará a las comunidades para una gestión sustentable del agua y se habilitará un monitoreo ciudadano fortaleciendo el sistema de denuncias.
“Le temo más al impacto difuso, que no sabemos de dónde viene”, dijo Amarilla.
EFECTOS. Sobre el efecto negativo que pueda tener la instalación de la planta en un río que ya atraviesa una situación complicada, Amarilla responde: “Todo esto lo hacemos entendiendo que la planta va a tener su impacto, pero hay que ser bien honesto: yo le tengo mucho más miedo a los impactos que no sé de qué lado vienen. Es lo que conocemos como contaminación difusa, que no sabés de dónde viene ni cómo viene. En cambio la planta va a estar ahí, vas a tener un sensores para la carga de aguas y cinco boyas en la vuelta con sensores para saber qué está saliendo, cómo está saliendo”.
En cuanto al proyecto de diseño de la instalación, se está estudiando la cantidad de agua que se requerirá en el río para diluir los vertidos y todo lo que conlleva el circuito industrial. Pero, deja claro el subsecretario, aunque se confía en los controles internos de la empresa UPM, que está aportando un fideicomiso estipulado en el contrato, el Estado no renuncia a los controles y exigencias ambientales que se deberá hacer a UPM y que son independientes a esta iniciativa. “Tenemos que monitorear la línea de base de calidad del río Negro que incluye cinco variables: agua superficiales, subterráneas, aire, biota, todo el tema social y económico”, explicó.
Amarilla también añade que UPM aporta solo parte de esos fondos: “Acá hay una cantidad de horas hombre y horas técnicas y de equipamiento y de cuestiones que ponen los organismos públicos que, si lo vas a contabilizar, es mucho más lo que pone el Estado Uruguayo que lo que pone el fideicomiso. Pero UPM aporta fondos para hacer contrataciones de técnicos, para comprar equipamientos, para llevar adelante este proyecto que nos va a ayudar a entender problemas de calidad, explicar las fuentes, y trabajar en la recomposición, la reconstrucción de la calidad del agua”.