Los temores de Cabildo por acuerdo con China
Aunque hay “expectativa”, senadores hicieron advertencias
Fue en los hechos la primera figura política de primera línea en anunciar a los medios el comienzo de la primera etapa de un proceso formal de negociaciones con China para arribar a un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países. El senador Guido Manini Ríos salió de la reunión con el presidente Luis Lacalle Pou —que convocó a los líderes de todos los partidos con representación parlamentaria, incluido el Frente Amplio— y ante los micrófonos comunicó este martes la noticia más importante en lo que va de este gobierno en materia de política exterior.
“El presidente nos comunicó que recibió una carta del gobierno de China que expresa la voluntad de avanzar primero en un estudio de factibilidad para concretar un tratado de libre comercio”, dijo con voz monótona inducida por el cansancio de una larga sesión parlamentaria —ese día estuvo varias horas en el Senado por el tratamiento de la Rendición de Cuentas— pero tal vez también porque, a falta de conocer más detalles, Cabildo Abierto tiene algunas dudas como para ya abrazarse plenamente a esta noticia.
“Los títulos de por sí no son el centro de la cuestión sino qué es lo que encierra después ese tratado”, agregó lacónicamente Manini, que se retiró en cuanto aparecieron en el plano de las cámaras de televisión el expresidente Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) y el ministro de Trabajo Pablo Mieres (Partido Independiente) para aportar más explicaciones y destacar la relevancia del acercamiento.
El senador Guillermo Domenech, presidente de Cabildo Abierto, reconoció que aunque en el partido liderado por Manini ven con “expectativa” el anuncio, todavía es pronto para dar apoyos explícitos, como hicieron por ejemplo varios actores del Partido Nacional, el propio Sanguinetti o el ministro Mieres.
“Realmente hay una asimetría muy grande entre China y Uruguay y eso puede generar cierta preocupación —advirtió Domenech en diálogo con El País—. Pero además hay que ver qué es lo que se ofrece y qué es lo que se concede, para poder evaluar”.
Y esto, dijo, sin tener en cuenta las consecuencias que puede tener dentro del ámbito del Mercosur, cuya normativa —la cláusula 32 del 2000— impide que los Estados miembros negocien con terceros países sin autorización del bloque. “No podemos violentar un tratado como el del Mercosur con países que además tienen importancia de primer orden en lo regional, como Brasil y Argentina”, agregó el senador y siguió: “Se nos va a complicar realmente”.
El gobierno de Alberto Fernández, como era esperable, recibió con malestar y sorpresa el anuncio de Lacalle —como informaron ayer medios de Argentina—, mientras que de parte de la administración de Jair Bolsonaro no se espera de momento oposición a este primer paso dado por Uruguay por su postura aperturista.
Sin embargo, para Domenech “Brasil no ha sido absolutamente preciso en su posición”, a lo que se agregan las elecciones de ese país en 2022 para las que se proyecta como favorito el izquierdista Lula Da Silva. “Si hubiera un cambio de gobierno en el sentido que se anuncia vamos a quedar muy aislados en lo regional, entonces creo que es un tema a manejar con muchísimo cuidado”, afirmó.
Luego está lo que para Cabildo puede representar el gigante asiático en términos geopolíticos, y su rechazo a caer en la “dependencia de poderes extranjeros”. Pero si esto ocurre o no dependerá, según dijo Domenech, de “las condiciones que finalmente se pacten” con el gigante asiático.
“MUY BUENA SEÑAL”. El otro senador cabildante, Raúl Lozano, se mostró algo más optimista sobre este asunto. Lozano subrayó la “oportunidad” que representa para Uruguay y aseguró que en general cree que será un hecho “positivo”, aunque también se mostró atento a lo que ocurrirá en el bloque regional.
No obstante, destacó especialmente que el primer mandatario haya convocado a todos los representantes partidarios. La ausencia de este gesto en el acuerdo alcanzado con Katoen Natie, celebrado entre la firma belga y el Poder Ejecutivo sin participación de nadie más, fue algo que Cabildo en bloque criticó con dureza, y que hizo pesar en la interpelación al ministro Luis Alberto Heber días atrás.
Que ahora sea “todo lo contrario” es para Lozano una “muy buena señal”, y para Domenech es crucial que la integración se mantenga durante lo que queda del proceso. “Me da la impresión —ya advirtió el presidente de Cabildo— de que una iniciativa de esta naturaleza, sin un amplio apoyo político, puede naufragar. Porque este tipo de decisiones tienen que tomarse con un importante respaldo de todos los sectores”.