El Pais (Uruguay)

Microsoft suspende el retorno a la oficina por avance de variante Delta

- AFP, EFE /

■■ El partido islamista que gobierna Marruecos desde hace una década sufrió una espectacul­ar derrota ante los partidos liberales, cercanos a la realeza, en las elecciones legislativ­as del miércoles, según los resultados divulgados ayer jueves.

El Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD, islamista moderado) pasó de 125 escaños a solo 12, de 395 diputados. Con ello, el PJD quedó lejos de sus principale­s rivales, Agrupación Nacional de Independie­ntes (RNI), Partido Autenticid­ad y Modernidad (PAM), ambos liberales, y el Partido del Istiqlal, de centrodere­cha.

El RNI, que integra la coalición de gobierno, es dirigido por el acaudalado empresario Aziz Akhannouch, cercano al palacio. En tanto el PAM, principal partido opositor, fue fundado en 2008 por el actual consejero real, Fouad Ali El Himma. El Istiqlal (Independen­cia) es el partido más antiguo de Marruecos.

La magnitud de la derrota de los islamistas era inesperada. De hecho, el partido esperaba luchar por un tercer mandato consecutiv­o al frente del gobierno marroquí.

La cúpula del PJD presentó su dimisión en pleno tras la derrota electoral.

El líder del PJD y presidente del gobierno saliente, Saadedín Otmani, presentó su dimisión de la presidenci­a del partido, al igual que el resto de los miembros de la dirección.

Además de perder sus feudos electorale­s, ni siquiera el propio presidente del Gobierno saliente ha conseguido ganar un escaño en Rabat, donde se ha presentado.

En una declaració­n a la prensa leída por el vicesecret­ario del PJD, Slimane El Amrani, el partido calificó de “incomprens­ibles e ilógicos” los resultados porque consideran que no reflejan el verdadero mapa político del país y el peso del partido en el escenario político. Además insistiero­n sobre las irregulari­dades denunciaro­n el miércoles, como la compra masiva de votos y el rechazo de las autoridade­s de entregarle­s las actas tras el cierre de las urnas, entre otras.

Microsoft anunció ayer jueves que suspende indefinida­mente el retorno de sus más de 100.000 empleados en Estados Unidos a las oficinas a causa del repunte de casos de COVID-19 por la variante Delta.

En el blog corporativ­o, el vicepresid­ente de Trabajo Moderno de la empresa, Jared Spataro, indicó que “a causa de la incertidum­bre por el COVID-19” han decidido no volver a fijar una fecha para el regreso a la oficina.

La compañía de software había anunciado previament­e la reapertura de las oficinas en Estados Unidos para el 4 de octubre, tras haberla pospuesto ya en marzo, julio y septiembre. En agosto la empresa ya avisó a todos sus empleados, así como a los proveedore­s, que les exigiría estar vacunados para acceder a sus instalacio­nes. Con el anuncio de Microsoft, todas las grandes empresas tecnológic­as de Estados Unidos han pospuesto significat­ivamente sus planes de retorno a la oficina. Así, los empleados de Facebook, Google, Apple y Amazon no volverán a sus puestos de trabajo físico hasta por lo menos 2022 y algunos de ellos ya no lo harán jamás, puesto que la pandemia ha acelerado la tendencia a modelos híbridos o completame­nte remotos.

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