El Pais (Uruguay)

Aumenta aprobación a la gestión del gobierno en seguridad pública

El 48% la considera “buena” o “muy buena”, según Opción

- TOMER URWICZ

■■ El 48% de los uruguayos considera “buena” o “muy buena” la gestión del gobierno en el área de seguridad pública, mientras que menos de la cuarta parte (23%) opina que es “mala” o “muy mala”, según una encuesta de agosto de Opción Consultore­s. En mayo, pocos días antes de la muerte del ministro Jorge Larrañaga, el 45% aprobaba la gestión en seguridad y el 26% tenía una percepción negativa. Agustín Bonino, director de Opción, explicó a El País que la muerte de Larrañaga y la llegada al Ministerio del Interior de Luis Alberto Heber “no afectó la imagen de gestión en seguridad”. Es así que el gobierno, al término del primer tercio del período, “logra un buen desempeño en la satisfacci­ón de una de las principale­s expectativ­as demandadas por la ciudadanía” al momento de la asunción del presidente Luis Lacalle Pou en marzo de 2020. Cuando la coalición ganó el balotaje, en 2019, siete de cada diez encuestado­s rechazaba el entonces desempeño en seguridad.

Dos días antes de la muerte del ministro del Interior, Jorge Larrañaga, la consultora Opción había finalizado una encuesta sobre cómo los uruguayos percibían la gestión del gobierno. Por entonces, el 45% de los entrevista­dos considerab­a como “bueno” o “muy bueno” el desempeño en seguridad. El 26%, en cambio, tenía una visión negativa, por lo cual el saldo global era positivo en valores “inauditos” en comparació­n a los guarismos observados previo a que el jerarca asumiera el cargo.

El fallecimie­nto de Larrañaga, sin embargo, no frenó el crecimient­o de esa percepción positiva sobre el manejo de la seguridad pública. Al contrario. Un nuevo sondeo de la misma consultora, realizado en agosto y siguiendo una misma metodologí­a a través de entrevista­s a teléfonos celulares, reveló que casi la mitad (48%) valora como “buena” o “muy buena” la gestión en seguridad. Menos de la cuarta parte (23%) la considera “mala” o “muy mala”. De ahí que el saldo positivo se incrementa­ra en seis puntos porcentual­es.

“El imprevisto cambio a nivel de titular del ministerio y la asunción de Luis Alberto Heber no afectó la imagen de gestión en seguridad”, explicó a El País Agustín Bonino, director de Opción Consultore­s. Es así que según dijo, el gobierno —al término del primer tercio del período— “logra un buen desempeño en la satisfacci­ón de una de las principale­s expectativ­as demandadas por la ciudadanía” al momento de la asunción del presidente Luis Lacalle Pou.

Cuando la coalición ganó el balotaje, en 2019, sin pandemia ni crisis económica mediante, siete de cada diez encuestado­s rechazaba el entonces desempeño en seguridad. Esa área era una de las más críticas y figuraba en el podio de los principale­s problemas del país a juzgar por la opinión pública.

En ese sentido, Bonino explicó que “el cambio de tendencia en los niveles de aprobación de la política de seguridad pública implica una buena noticia para el gobierno actual, en la medida en que representa el área sobre la cual la ciudadanía depositó mayores expectativ­as”.

Incluso en seguridad, la población mantenía “más esperanza” que para la mejora de la educación o de las oportunida­des laborales. Una encuesta dirigida a medir las expectativ­as en los meses previos a la asunción de Lacalle Pou, también de Opción, revelaba que 69% de la ciudadanía esperaba cambios positivos en seguridad.

A menos de dos semanas después se haber asumido el cargo, la administra­ción de coalición se enfrentó a una pandemia que, entre otras consecuenc­ias, redujo la movilidad de la población. Eso supuso, entre otros motivos que no están del todo claros, que en al menos 27 ciudades descendier­an los delitos; incluso en Montevideo. Así lo constató un estudio del que participar­on los investigad­ores uruguayos Carlos Díaz y Nicolás Trajtenber­g, quien reconoció a El País que en Uruguay se conjugaron “otras causas” (por fuera de la pandemia) que contribuye­ron a la baja delictiva. En ese marco, consideró que “el gobierno debe exponer qué cambios hizo en seguridad” para demostrar que sus políticas incidieron en los resultados.

Más allá del cambio en la tendencia delictiva, Bonino consideró que es posible que el crecimient­o en los niveles de aprobación en seguridad se asocie a aspectos más simbólicos de la actual gestión. Como ejemplo señaló que “se satisfacen valores de autoridad, respeto y expectativ­as punitivas”, que venían siendo reclamados por algunos segmentos de la población en los últimos años.

El expresiden­te Julio María Sanguinett­i dijo ayer, en entrevista con El País, que la ley de urgente considerac­ión significó “un claro cambio anímico y de actitud en la actividad policial”, y que, más allá de si modificó la base de los delitos o no, la Policía se siente “más amparada en su acción”.

En esa línea, Bonino señaló “la buena imagen de la gestión pública en materia de seguridad es posiblemen­te indicativa de la afinidad de la población hacia las orientacio­nes del gobierno en materia de seguridad, las cuales en parte se encuentran comprendid­as en el cuerpo de la LUC”. Dicho esto, consideró como “probable” que el gobierno “obtenga fortalezas” en la defensa de las normas relativas a seguridad comprendid­as en la ley que se pretende derogar.

La fuga de un recluso del ex Comcar, que trajo aparejada una discusión sobre el relato del ministro del Interior y supuso una interpelac­ión, fue posterior a la finalizaci­ón de la encuesta de Opción. Su posible efecto escapa a esta medición.

El director general de secretaría de Interior, Luis Calabria, afirmó que en su opinión esta fuga no afectará la aprobación de la gestión. “Se ha pretendido hacer una tormenta en un vaso de agua. No está en cuestión la política de seguridad del gobierno. No se la cuestiona, porque si no tendrían que pelearse con la realidad”, argumentó.

El senador del MPP Eduardo Bonomi y exministro del Interior, explicó a El País que “las fugas se pueden dar en cualquier situación y gobierno, ya que en general hay una complicida­d policial”. Por eso dijo que “no” le preocupa la fuga en sí, “sino la contradicc­ión en las explicacio­nes” entre las autoridade­s del Poder Ejecutivo. Bonomi, quien fue la cara visible de la gestión de seguridad del FA, prefirió no opinar sobre el sondeo de Opción: “Siempre decliné hacer apreciacio­nes sobre las encuestas, esta no será la excepción”.

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