El Pais (Uruguay)

GORDO UN CURA PECULIAR

- NICOLÁS LAUBER

Juan Andrés Verde dice que es mediático, no celebrity.

Es integrante del equipo rojo que mañana volverá a la competenci­a de

Masterchef: Celebrity. El sacerdote Juan Andrés “Gordo” Verde solo tiene palabras de agradecimi­ento para sus compañeros de team. Son Florencia Infante, Gerardo Nieto, Jose Damiani, Patricia Pita, Vanina Escudero, Marcelo "Pato" Sosa, Carmen Morán, Denis Ramos y Patricia Madrid.

Y además del programa de Canal 10, Verde divide su tiempo entre la parroquia Stella Maris, actividade­s sociales y los barrios que ayuda junto a su congregaci­ón.

“Me propuse Masterchef como una forma de estar más cerca de tanta gente que en este tiempo a raíz de la pandemia y de situacione­s complejas, muchos están pasando momentos de dificultad”, le dijo a El País. “Son momentos de dolor, de pérdida de seres queridos y

Masterchef me da la posibilida­d de estar ahí, en esos hogares buscando generar una sonrisa y compartir un plato. Me parece una tremenda oportunida­d para estar presente de alguna manera en los hogares donde hace falta un una palabrita de aliento, de amor, de cariño”.

—Estás en Masterchef para ayudar al barrio Santa Eugenia, donde ya lograron levantar una capilla.

—Sí. Allí se lleva adelante el apoyo escolar, la alfabetiza­ción de adultos, hay taller de lectura y escritura para adultos, el oratorio para niños y estamos con la construcci­ón de casas. Son hogares hechos con contenedor­es, y aunque cada contenedor sale caro (unos 8.500 dólares) ya vamos más de 30. Tienen dos dormitorio­s, una cocinita y un baño, toda la instalació­n eléctrica, todo para ir sacando a las familias de los ranchos. Vamos paso a paso. Mi participac­ión en Masterchef es por ahí, para lograr visibilida­d y poder seguir captando apoyos que nos ayuden a cambiar la realidad a estas familias. Estamos trabajando y luchando por ellos. Los otros días una abuela me decía: “qué lindo y qué distinto es ver llover desde adentro. Ahora preparo tortas fritas, tomo mate y veo como llueve”.

—El año pasado te querían en Masterchef, ¿por qué no te sumaste entonces?

—No acepté porque me daba miedo la sobreexpos­ición y no estar a la altura. Soy medio bruto y poco diplomátic­o, entonces capaz que no soy la mejor imagen de cura para estar ahí.

—Pero justamente esa imagen de cura “rebelde” es lo que te ha posicionad­o.

—Sí, pero teniendo el apoyo de mi cardenal, de mi párroco, de mi director espiritual que son los apoyos que tengo que tener. Y el de los amigos que entienden eso que digo de que hay un fin más grande. El año pasado me habían ofrecido un dinero que me venía bien para terminar de pagar mi camioneta, pero no me cerraba. Pero cuando vinieron por el barrio y me dijeron: “mirá que podemos apoyar por acá y a tantas familias”, me ganaron.

—Y es una forma de seguir predicando.

—Claro. El formato no se presta para transmitir grandes mensajes, pero me propuse en la medida de mis posibilida­des, dejar una palabrita, especialme­nte para el que la esté necesitand­o. Que quien vea el programa, se encuentre con este circo donde somos todos tan distintos y a la vez unidos en algo. En este caso es la cocina, pero también es mostrar que se puede encontrar unidad en la diversidad. Se puede encontrar eso y podemos seguir buscando factores que nos sumen más allá de tantos muros que la sociedad nos impone por ser diferentes. Podemos ser distintos y a la vez estar unidos por una causa.

—¿Te sentís una “celebrity”?

—No, no me siento una celebridad, ni raspando. No me cae bien esa palabra. Soy cura y me dicen “gordo”, así que siento que no va conmigo esa palabra y fue una de las razones por las que el año pasado había dicho que no. No quiero que se me asocie con algo que no quiero ser. Te acepto que soy un cura mediático pero celebrity, no.

—Estas cerca de la gente, trabajando con ellos, pero también te codeas con famosos.

—Me ha tocado convivir con las diferentes realidades. Me emocioné tanto en la renovación de votos de Luis Suárez y Sofía, como en el casamiento de Carlos y Estela, una pareja de Felipe Cardozo que tienen 14 hijos y su sueño era casarse. Tuvieron una ceremonia lindísima acá en Carrasco, con vestido, traje, todo. Me emocioné hasta las lágrimas porque era un casamiento de alguien que nunca pensé que lo iba a hacer. A los curas nos toca estar en los extremos, en un bautismo y un funeral, en una alegría y en una enfermedad. Ahí estamos, acompañand­o.

—¿Cómo te entrenás en la cocina?

—Soy un queso, pero una hora por semana le puedo destinar. Trato de ir antes de cada programa a ensayar algo. Empecé practicand­o a picar cebolla, después tenés que tener muchas ideas por si te llega a tocar algo distinto. Empecé a practicar con Estelita Gourmet que es una mujer que cocina, hace viandas y quiso disponer de su tiempo para apoyarme. También me han apoyado algunos parroquian­os que me han tirado ideas.

—¿Cómo te llevás con la competenci­a?

—Soy de competir, no me gusta perder ni a la bolita. Por ejemplo, me cuesta mucho salir a caminar, que lo tengo que hacer, pero como no compito contra nadie, le juego carreras a la sombra. Pero siento que en Masterchef no vengo a competir contra nadie, solo contra mí mismo. Vengo a tratar de vencerme y lograr cada paso que tengo que dar. Siento que con eso, ya cumplí mi objetivo. Voy a tratar de dar lo mejor que puedo dar en cada cocina: ese es mi objetivo y no pienso en ningún rival. Y hasta ahora el compañeris­mo en nuestro equipo es impresiona­nte. ¡Hasta nos tiramos piques! Ese es un ejemplo que no nos vemos como rivales, sino que cada uno intenta dar lo mejor. Y eso es lo que yo quiero.

“En Masterchef no vengo a competir contra nadie, vengo a competir contra mi mismo, a tratar de vencerme”, dice Verde

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? VERDE. Frente a la parroquia Stella Maris.
VERDE. Frente a la parroquia Stella Maris.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay