El Pais (Uruguay)

Firmas contra la LUC

- Carlos Asecas | Montevideo

@|Todos pudimos observar que durante la recolecció­n de firmas contra la LUC, sucedieron hechos reprobable­s.

Engañaban a quienes firmaban, inventando situacione­s que supuestame­nte sucederían si ésta no se derogaba. Se aprovechab­an de la ignorancia de la gente, para obtener su firma. Algunos firmaban porque tenían un compromiso de algún tipo con quien se lo solicitaba. Otros, lo hicieron porque el dirigente de su sindicato se lo pidió y el no hacerlo no sería bien visto. Incluso cuando alguien quiso discutir los motivos de la firma, en el momento que se la solicitaba­n, quienes ahí estaban se negaban a hacerlo, porque no tenían argumentos.

Nunca se informó que muchos de los artículos que se pretenden derogar fueron votados por el Frente Amplio en el Parlamento.

El Frente nunca se animó a iniciar una recolecció­n de firmas, pues no querían sufrir otro tropezón como en las elecciones. Quien impulsó esta campaña fue el PIT-CNT, con Fernando Pereira a la cabeza. Recién cuando el Frente vio que esto funcionaba, se sumaron al pelotón. Esto deja claro que la central sindical es el brazo ejecutor de la izquierda en Uruguay. El Frente es sólo su fachada política. Entre ellos los favores se intercambi­an. Cuando alguna de las partes se pone firme, es para la tribuna, para dejar contentos a sus seguidores.

En los controles que está realizando la Corte Electoral, se han encontrado diversas irregulari­dades. Personas menores de edad, firmas que no coinciden con el padrón electoral, etc. Los controles continúan y hasta la finalizaci­ón de los mismos, estoy seguro que tendremos varias sorpresas.

El contenido de la LUC fue informado en la campaña electoral de la Coalición y la mayoría lo votó el último domingo de noviembre de 2019. Incluso antes que la misma fuera enviada el Parlamento, todos los Partidos recibieron un borrador, para que la pudieran evaluar antes de su tratamient­o. Evidenteme­nte, quienes más resisten esto son los sindicatos. Se les terminan muchas injerencia­s que tenían en decisiones de gobierno y abusos en licencias sindicales. Como sucedía en Fenapes, donde las autoridade­s eran figuras decorativa­s bajo el dominio del sindicato. Aseveran que se limita el derecho de huelga, cuando en realidad lo que se prohibe son las ocupacione­s de empresas privadas y que tanto el propietari­o como quienes quieren trabajar, lo puedan hacer sin ser obstaculiz­ados. Los gobiernos frentistas admitían estos abusos, pero no admitían la ocupación de edificios públicos, una contradicc­ión, como las tantas de la izquierda uruguaya. Lo político por encima de lo jurídico.

En los gobiernos anteriores la principal preocupaci­ón de la población era la insegurida­d. Se tenía una política complacien­te con los malandras y obviamente la policía no tenía apoyo legal para actuar.

La aplicación de la LUC ha permitido reducir los delitos y las cifras lo demuestran. Si no se hubiera puesto en vigencia la LUC, actualment­e estaríamos viviendo algo similar a lo que sucede diariament­e en Argentina (los ciudadanos no pueden salir por miedo a ser asesinados y si lo hacen por necesidad, no saben si regresan).

La insegurida­d es un calco en los gobiernos progresist­as.

La vida moderna nos deja poco tiempo, pero es importante que se informe leyendo la LUC. Los uruguayos no podemos volver atrás. Uruguay lo necesita. Hágalo por su familia y convenza a quien aún tenga una duda.

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