“EN NUESTRO PAÍS NO HAY SEÑALES DE GRIETA”
—En el homenaje que le realizaron en Ceres, mencionó cierta preocupación por la salud de la democracia. Hizo hincapié en la importancia de la clase media y cómo su desencanto puede ser un elemento en detrimento o sostén de la salud democrática del país.
—Tenemos que estar muy felices de vivir en la democracia más estable y bien sucedida de la región. Hay una historia de nuestra vocación democrática, de la cual todos los uruguayos nos sentimos orgullosos. Y quizás importa reconocer que una de sus grandes fortalezas es que los grandes partidos han sido gobierno y oposición. Eso debería hacer más viable el diálogo y los acuerdos. Las clases medias son la gran mayoría de la población con capacidad de participación en el diálogo público. Hoy la inestabilidad de las democracias se nutre de la insatisfacción de sus clases medias antes que por la persistencia de la pobreza. Clases medias preocupadas por defender sus logros y seguir avanzando sin perder sus conquistas.
—En los últimos años, a nivel mundial, figuras outsiders han debutado en la política; los analistas han argumentado su surgimiento como efecto de una crisis de credibilidad en el sistema político. ¿Qué opina de este fenómeno y cómo cree que podría incidir en nuestro país?
—Es así. Pero lo importante es recordar que no hay democracia sin partidos. Y los primeros que deben actualizarse en sus visiones sociales y económicas, son los partidos políticos. Yo creo que el país tiene partidos con experiencia de gobierno y deben asumir la responsabilidad del diálogo entre ellos y con los nuevos movimientos que se están incorporando a la vida política. En cierto sentido la coalición que está gobernando es una demostración de la madurez de los partidos uruguayos.
—Otro elemento que se ha afianzado en la región es la famosa grieta. ¿Considera que esta fragmentación se está instalando aquí?
—En nuestro país no hay grieta. Hay partidos, Parlamento, prensa libre, hay hoy una Justicia independiente. Ha habido espacio para nuevas incorporaciones al debate político. Eso no es señal de grieta, sino de dinámica de la democracia.
—¿Cuál ha sido el eje para mantener su figura ecuánime entre los distintos partidos políticos nacionales y trabajar por el bien superior del país, sea con quién sea?
—A mí siempre me gustó hacer cosas y encontrar salidas a los problemas. En esa tarea me encontré con que en la práctica hay una gran coincidencia en lo que hacer. Y trabajar en esas coincidencias me vinculó a todos los partidos políticos. Mi prioridad ha sido hacer cosas útiles para el país y en ese propósito me concentré y colaboré con todos los partidos. Me siento más útil al país así. El futuro complicado que se nos viene encima, debe ser administrado con grandes acuerdos entre todos los partidos si queremos administrar el camino en buena dirección, administrando costos y oportunidades.