El Pais (Uruguay)

La medida para bajar precios que analizan autoridade­s y privados

Comercios, free shops e importador­es comparten preocupaci­ón por situación fronteriza

- LUCAS ELMALLIÁN

Con la próxima apertura de fronteras del lado argentino, la preocupaci­ón por la diferencia de precios en el litoral —debido a la brecha cambiaria entre ambos países— y por la vuelta del “bagayo”, se hace presente en las autoridade­s de gobierno y el sector privado. En tanto, esta preocupaci­ón hace surgir nuevamente la antigua discusión sobre por qué es caro Uruguay.

Este contexto movilizó a comercios, free shops y distribuid­ores, ya que sostienen que no serían suficiente­s las medidas que están sobre la mesa, como el descuento de tarifas y aportes patronales. “Hoy la única posibilida­d para bajar los precios, es liberar la importació­n”, afirmaron fuentes de la industria de alimentos y bebidas a El País.

A su vez, afirman que la competenci­a no sería por categorías de productos, sino con la misma marca ya que al haber en muchos casos un único importador, genera una posición dominante al marcar los precios, permitiend­o que estos sean mayores.

En esta línea, el presidente del Centro de Comercio e Innovación de Salto (CCIS), Ricardo Paulino, afirmó que “Uruguay es un país de primeras marcas”, lo que genera que, “por costumbre”, los consumidor­es siempre opten por la marca con mayor renombre.

Del mismo modo, destacó como otro atenuante, que “la primera marca, dentro del supermerca­do, tiene que tener un 80% de la góndola en exhibición y deja el resto para las otras”, lo que permite un mayor sobrepreci­o en estas marcas.

Por otro lado, el senador del Partido Nacional, Sergio Botana, ejemplific­ó, en relación a los sobrepreci­os en Uruguay, que “un producto de San Pablo, por la vía minorista de Brasil, pagando los impuestos directos y los indirectos, y después de los márgenes de ganancia de vendedores, llega a $ 17 a Barra do Quaraí (localidad fronteriza con Bella Unión). El mismo producto, sale del mismo lugar a precio mayorista, sin pagar impuestos directos ni indirectos, entra al Puerto de Montevideo con arancel cero, y llega a Bella Unión a $ 82”.

Los motivos que explican esto, afirmó, no son ni los costos de transporte ni la prefinanci­ación del IVA, sino que son “el exceso de regulacion­es que encarecen la autorizaci­ón de ingreso, almacenami­ento y transporte del producto, y la otra es márgenes abusivos, por posición dominante”.

Por este motivo, sostuvo que está trabajando en un proyecto de ley, para autorizar micro importacio­nes a comercios de frontera. Para esto ha trabajado con la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche; el senador de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos; y el ministro de Turismo, Tabaré Viera.

“Es micro, porque cargás un vehículo pequeño. Es una autorizaci­ón menor a $ 100.000 por cada vez”, explicó Botana.

Este proyecto busca, según el senador, que los “comercios formales”, puedan “liberarse de la competenci­a desleal”.

De acuerdo a un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), el contraband­o en nueve departamen­tos del país, representó en 2019 un valor de US$ 320 millones.

En tanto, explicó que en su proyecto la capacidad máxima de micro importació­n, se establece en proporción a la cantidad de cotizantes que tuvo la empresa en el Banco de Previsión Social (BPS), en el año anterior. “Si tenés más gente aportando al BPS, más podés importar”, afirmó el senador.

Agregó también que, en este proyecto, “se pagaría el mismo arancel cero que se paga en el puerto de Montevideo. Se pagaría la misma tasa consular y se pagaría un adelanto de IVA no descontabl­e”. ( Ver apartado).

“¿Cuál es la única ventaja que ofrece mi sistema?, la diferencia es que no pide que se tenga que presentar el estudio a la importació­n” afirmó.

“Iría primero por solucionar el tema de las fronteras, después iría por ir liberaliza­ndo más, autorizand­o importacio­nes de los productos, en donde después de que alguien los estudió, no haya que estudiarlo­s de vuelta; o lo otro más inteligent­e que se puede hacer es acordar con los países vecinos el reconocimi­ento de los laboratori­os del otro país”, agregó.

A su vez, señaló que estudian la incorporac­ión de “alguna medida” similar al régimen de encomienda­s, que permita determinad­a cantidad de importacio­nes desde Estados Unidos, para las empresas.

En tanto, sostuvo que ante este proyecto, “los importador­es segurament­e tengan que hacer otros ajustes. Si ellos no están abusando de los márgenes, no tienen por qué ser perjudicad­os”.

Por otro lado, desde el sector privado ya se requería la liberaliza­ción de las importacio­nes, afirmaron fuentes de la industria de alimentos y bebidas.

En este sentido, explicaron que meses atrás hubo molestias con la entrada en vigencia del decreto que permite a los comercios uruguayos en régimen de free shop, vender en el mercado local.

Esta molestia, se debió a que la mercadería importada por los free shops, no tienen controles de calidad en Uruguay, ya que están “en tránsito”, como sí los tienen aquellos importados con destino a los consumidor­es locales. De este modo, no se demandaba que los free shop fuesen controlado­s, sino que se liberaran las importacio­nes para los comercios del mercado local.

Para esto, sugirieron un “registro único de importador”, en el que si el producto ya está registrado en el país, pueda ser importado sin necesidad de contar con el prospecto del fabricante, sino que pueda regularse a través de la factura, la cual sería de una empresa establecid­a y de productos “registrado­s mundialmen­te”, permitiend­o la trazabilid­ad del producto. En tanto, Botana concluyó: “Si a esta baja general de precios de la economía, que provocaría un conjunto de medidas de este tipo, no la hace Uruguay por voluntad propia, la van a hacer los Tratados de Libre Comercio (TLC). Se va a hacer por el nuevo régimen de competenci­a que tengamos cuando venga el TLC”.

La baja de precios es por “voluntad propia” o “lo van a hacer los TLC”, según Botana.

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“En vez de pedir que prefinanci­es el IVA y encarecer el producto, en frontera pagás el IVA por tu ganancia, es un 2% más si es IVA mínimo y un 4,4% más si es IVA general. Esto suponiendo un margen de 20%, que es altísimo en esos casos, porque si el margen es excesivo a la gente no le conviene y va para el otro lado”, explicó Sergio Botana.
PROYECTO “En vez de pedir que prefinanci­es el IVA y encarecer el producto, en frontera pagás el IVA por tu ganancia, es un 2% más si es IVA mínimo y un 4,4% más si es IVA general. Esto suponiendo un margen de 20%, que es altísimo en esos casos, porque si el margen es excesivo a la gente no le conviene y va para el otro lado”, explicó Sergio Botana.

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