“Hay que volver a las relaciones bilaterales”
Analista dice que es un error centrarse en la Unión Europea
América Latina debería volver a las relaciones bilaterales, especialmente con Alemania, y no estar tan centrada en la Unión Europea como lo ha hecho hasta ahora. Así lo plantea a El País Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales y director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
“El interlocutor de América Latina es la Unión Europea; yo creo que eso es un error. La Unión Europea es de gran importancia para los países de América Latina, en especial para el Mercosur, pero el desafío de la región es ir más allá. Es necesario volver a las relaciones bilaterales, especialmente con las potencias y en particular con Alemania”.
“Hemos delegado demasiado en la Unión Europea la relación con los países europeos”, agregó. A su entender, con el cambio de gobierno y de liderazgos en Alemania, ese país probablemente vuelva a desarrollar un nivel de cooperación no solo vinculado con Europa, sino en la agenda con América Latina, lo que podría ser aprovechado en esta región.
“Esa es la clave: identificar los nuevos liderazgos en Alemania como socios estratégicos más allá de la Unión Europea”.
E insistió: “Estamos como bloqueados con la Unión Europea, hemos perdido la visión estratégica de cómo relacionarnos con Europa y entendemos que solo podemos hacerlo con la Unión Europea”.
Bartesaghi considera que con el nuevo parlamento alemán es probable que se firme el tal esperado acuerdo de la Unión Europea y el Mercosur. “El partido verde alemán va a seguir ganando espacios y eso se reflejará en la importancia del tema mediambiental; un tema que ya ha afectado el acuerdo del Mercosur y la Unión Europea”. De ahí que el internacionalista esté a favor de que se abran otros caminos.
LO QUE VIENE. Barsateghi proyecta que no habrá un cambio abrupto en Alemania porque Scholz -si se confirma como canciller- ya es parte del gobierno de Merkel, pero sí se habrán ajustes que se notarán. “Al nuevo gobierno se le reclama que mantenga la influencia en su vínculo con Europa y en la política internacional, que Alemania se convierta en un país con mayor peso a ese nivel. Y eso es lo esperable del nuevo canciller”, afirmó.
Otro reclamo popular es que Alemania no se quede atrás en su desarrollo tecnológico, ya que ha perdido terreno en la economía digital y robótica. “Se le critica a Merkel que no ha logrado transformar la economía como para llegar a liderar los procesos tecnológicos”, dijo Bartesaghi, al señalar que por esa línea también podrán venir señales de cambio.
Pero el mayor problema es el vacío de poder que deja la excanciller con su renuncia. “Merkel le a dado a Alemania y a todo el mundo la racionalidad, la cautela. Eso es lo que se pierde y esas características no se construyen de un viernes para un lunes”, dijo Bartesaghi.
“Este es un mal momento en el mundo para perder el liderazgo de Angela Merkel. A América Latina tampoco le conviene”, acotó.
Se refiere a que el mundo atraviesa tiempos difíciles con la guerra por la hegemonía entre Estados Unidos y China, el distanciamiento entre Macron y Biden desencadenado a partir del negocio de los submarinos, las tensiones crecientes e intimidaciones de Rusia, la inestabilidad de Medio Oriente con la los talibanes en Afganistán, las crisis financieras, el impacto de la pandemia.
En este movimiento de un mundo en ebullición y reconstrucción o reconversión de liderazgos, no contar más con Merkel, que aportaba la dosis de racionalidad en el vínculo entre poderes, se siente más la pérdida, afirma.
“Su retiro se da justo en un momento de tensiones muy fuertes en el plano internacional. Merkel marcaba presencia en la agenda internacional, daba seguridad en medio de escenarios de conflictos y ante reacciones impulsivas de algunos gobernantes. Se sentirá más la inseguridad mundial”, afirmó.
A su juicio, el liderazgo de Merkel -con su impronta y aceptación- será muy difícil de reemplazar porque ese tipo de perfiles demoran muchos años en construirse. “Merkel deja un vacío (...) no se construyen liderazgos de esa magnitud rápidamente ni mucho menos”, concluyó Bartesaghi.
“Hay que ver los nuevos liderazgos de Alemania como socios estratégicos”