El Pais (Uruguay)

Doble efecto: rebote y dinámica de corto plazo

Con el alza del trimestre II-2021, el PIB se ubicó 4,1% por debajo de los niveles prepandemi­a.

- (*) Consultorí­a económica de PWC.

La actividad económica creció entre “efecto rebote” (interanual) y una dinámica propia (efecto desestacio­nalizado) del periodo abril-junio pasado. Algunas actividade­s superan los niveles pre-pandemia y otras no, y en varios casos están ligados a la incidencia de su movilidad.

VARIACIÓN DESESTACIO­NALIZADA VERSUS INTERANUAL ¿Qué es la estacional­idad? Es el comportami­ento diferente de la actividad a lo largo de un año debido a factores que transcurre­n en alguno de los meses (que convergen a trimestres y semestres) en particular, lo cual afecta la comparació­n entre trimestres.

Un ejemplo es el turismo: es notorio que esta actividad incide de forma más importante en el primer trimestre del año que en el resto. Por tanto, si asumiéramo­s que la variabilid­ad del PIB solo dependiera del turismo, comparar la cifra de primer trimestre de un año, con la cifra del trimestre anterior, no sería válido en tanto uno de los guarismos tiene una incidencia de un sector que influye bastante sobre la actividad, mientras que el otro no. Para poder hacer comparable­s los datos, existen técnicas estadístic­as llamadas de “extracción de señales” que quitan esos factores estacional­es, y permiten comparar trimestres.

La variación interanual, al comparar con igual período del año anterior, recibe los mismos factores estacional­es en ambas cifras a contrastar y, por tanto, es otra opción de comparació­n.

En el caso de las cifras desestacio­nalizadas, al comparar con un periodo inmediatam­ente anterior se puede recoger la dinámica más reciente, pero cuenta con la desventaja de utilizar cifras “no observadas”, cuya “calidad” depende de la forma en que se desestacio­nalizan. La comparació­n interanual implica comparar con los niveles de actividad de un año atrás, perdiendo la dinámica del “momento”.

LOS DATOS TRIMESTRAL­ES.

De acuerdo a las estimacion­es del BCU, el PIB creció 0,9% en términos desestacio­nalizados en el segundo trimestre del año —en comparació­n con el trimestre inmediatam­ente anterior— y a su vez creció 11,3% en términos interanual­es, es decir, comparándo­lo respecto a igual trimestre de 2020.

Aplicando lo mencionado anteriorme­nte, esa cifra —desestacio­nalizada— de crecimient­o cercana al punto porcentual nos da una idea de que la economía uruguaya “lo hizo” mejor en el segundo trimestre respecto al inmediatam­ente anterior, y la cifra interanual de crecimient­o de 11,3 puntos porcentual­es refiere a un “efecto rebote”, en tanto se compara con el segundo trimestre de 2020, cuando los niveles de actividad bajaron mucho debido al surgimient­o de la pandemia. Como se aprecia en el gráfico 1.a, el análisis tiene sentido al comparar trimestres consecutiv­os, y así es que se puede entender como luego de caer en el primer trimestre, se retoma el crecimient­o en el segundo trimestre de 2021. Como se aprecia en el gráfico 1.b, el crecimient­o interanual de dos dígitos (11,3%) en este segundo trimestre tiene parte de su explicació­n en el bajo nivel base de comparació­n (segundo trimestre de 2020) cuando la actividad cayó a dos dígitos (12,9%).

LA RECUPERACI­ÓN EN 2021.

Si bien con rezago —en tanto comparar promedios anuales móviles implica reflejar la dinámica a la diciembre de 2020—, con el crecimient­o del segundo trimestre de 2021 el PIB se encuentra 4,1% por debajo de los niveles pre-pandemia (el nivel del PIB en el año 2019), como se aprecia en el gráfico 2.

Al considerar los sectores que ya habían recuperado y superado los niveles pre-pandemia, se destacan el sector de la Construcci­ón con un nivel de actividad 5,8% superior, el sector Agropecuar­io con un 1,9% más de actividad y el sector de Servicios Financiero­s con una actividad 1,3% por encima de los niveles pre-pandemia. Por otro lado, los sectores que aún no alcanzan los niveles PRE-COVID son el conjunto agregado de los sectores de Transporte, Almacenami­ento y Comunicaci­ones (5,3%), el conjunto de sectores de Comercio, Alojamient­o y Suministro de Bebidas (-5,7%), Actividade­s Profesiona­les y Arrendamie­nto (-9,5%) e Industria (2,1%).

Si bien al contrastar años móviles, se establece un punto de comparació­n bastante más alejado del último trimestre relevado, es posible entender que ya en ese periodo se habían recuperado varios de los sectores menos afectados por la pandemia y que estuvieron relativame­nte alejados de la baja de la movilidad (sector Agropecuar­io, sector de Servicios Financiero­s y sector de la Construcci­ón). Por otro lado, aún seguían sin recuperars­e los sectores más afectados por la pandemia y que fueron dañados severament­e por la baja de la movilidad (sector de Transporte, sector de Comercio y Alojamient­o, sector de Servicios Profesiona­les).

Esta regularida­d de reducción en la movilidad y afectación negativa en el crecimient­o económico fue estudiado por dos investigad­ores del Banco Europeo para la Reconstruc­ción y Desarrollo en el documento de trabajo “Mobility and Economic activity around the world during the Covid-19 crisis”, en el cual estudian la elasticida­d de la movilidad al crecimient­o del PIB para 55 economías (avanzadas y emergentes) y encuentran — para el periodo posterior a marzo 2020 en adelante— que por cada 10% de caída en la movilidad, el crecimient­o del PIB se reduce en 2 puntos porcentual­es.

Recordemos que la crisis económica provocada por la pandemia tiene el comportami­ento de un shock de oferta (reducción de la movilidad que provoca una disminució­n de la oferta de bienes y sobre todo de servicios, en especial aquellos que se dan de forma presencial) al que lo sigue un shock de demanda provocado por el primero y que se manifiesta en una pérdida de empleos y un aumento de las personas que pasan a la inactivida­d. Repasemos brevemente que ha sucedido en el mercado de trabajo.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA. Con una frecuencia mensual, los datos del empleo que se reflejan en el gráfico 3 indican que el empleo ha venido creciendo de forma interanual, pero en julio (primer mes del tercer trimestre) lo hizo a una menor tasa (1%) respecto a igual mes del 2020. A su vez, los subsidios por desempleo, en el gráfico 4, confirma una caída por tercer mes consecutiv­o (abarcando dos meses del tercer trimestre), lo que podría ser un dato alentador para las cifras de empleo de agosto. Lo que suceda en el mercado de trabajo (empleo y salarios) es importante para determinar la evolución del Consumo Privado en el futuro próximo. Así, una mejora en el mercado de trabajo es causa

(incentiva el consumo y por tanto la actividad) y consecuenc­ia (mayor actividad lleva a mayor demanda de empleo) de un incremento del PIB.

Con la minimizaci­ón de la afectación sanitaria, la actividad en los próximos trimestres manifestar­á de forma más directa las consecuenc­ias a la exposición a un debilitado ciclo económico en los años pre-pandemia, a la misma pandemia, y a la forma e intensidad con que las empresas han tenido apoyo desde las políticas públicas.

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