Crece el nerviosismo en mercado argentino
Aunque el gobierno argentino insista en subestimarlo, el clima de nerviosismo que fue ganando al mercado luego del desenlace que tuvo la crisis política del oficialismo tras las elecciones internas, se reflejó cabalmente ayer en un dato: todos los precios de las distintas versiones del dólar alcanzaron en la jornada nuevos máximos en lo que va de 2021.
El impulso que le faltaba al billete se lo dio la decisión que la administración Fernández adoptó para acelerar la expansión del gasto para tratar de dar vuelta la elección. Eso obliga a trabajar a destajo a una maquinita de imprimir billetes que funciona sin freno desde hace dos años, aunque la demanda de pesos no reacciona.
La escalada sostenida la ensayan el dólar blue (que llegó ayer a $ 187,50 y ya sube $ 6 en lo que va del mes), los dólares financieros con precios “intervenidos” por acciones de entes oficiales (marcan nuevos máximos de $ 176,40 y $ 177,40 en los casos del dólar Mep/bolsa y el dólar Contado con Liquidación) y los financieros que escapan del brazo estatal (como el dólar Senebi, que cotiza a $ 195 y pone proa a los $ 200, según las paridades implícitas que surgen de acciones y bonos que son negociados en simultáneo en pesos y dólares).
Todo eso está ampliando las brechas cambiarias a niveles que van del 90 al 100%.
Y, como ya se demostró en el pasado y se empezó a insinuar en agosto (mostró una diferencia de casi US$ 1.300 millones entre las exportaciones declaradas ante la Aduana y los dólares efectivamente ingresados en el mercado, así como pagos de importaciones superiores en unos US$ 450 millones al valor de mercadería efectivamente ingresada al país), cada vez que eso sucede las reservas propias del Banco Central argentino (BCRA) comienzan a sufrir.
Eso se debe a que semejante diferencia se traduce en un incentivo para que quienes deben comprar dólares los demanden y quienes están obligados a vender los que reciben por haber exportado demoren todo lo posible su liquidación por la plaza oficial.