El Pais (Uruguay)

La salud mental en convivenci­a con un brote COVID en Vilardebó

Hubo 37 pacientes aislados, pero el tratamient­o psiquiátri­co continuó

- CLARA LUSSICH

Desde hace tres semanas en el Hospital Vilardebó surgen casos positivos de COVID19 prácticame­nte todos los días. El brote, que junto al del Hospital de Clínicas fue uno de los que adquirió mayor dimensión debido a la presencia de la variante Delta, ya lleva un total de 95 personas contagiada­s. Aunque las autoridade­s del MSP se han referido varias veces en el último tiempo a la presencia del virus en institucio­nes hospitalar­ias, casi no se ha hecho referencia a que el brote más grande tuvo la singularid­ad de que se dio en un centro psiquiátri­co. Hubo 37 pacientes positivos que tuvieron que modificar sus rutinas, pasar a convivir entre sí por estar infectados, y no dejaron de recibir la atención de psiquiatra­s a pesar de todo.

Según dijo a El País el psiquiatra y exintegran­te del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Ricardo Silvariño, la “convivenci­a entre una enfermedad mental y una orgánica” como el COVID-19 “se da todo el tiempo”, pero en el caso del virus, donde hay que tomar las debidas precaucion­es, “no se hace fácil para estos pacientes”. Sin embargo, Silvariño advirtió que como todas las patologías de salud mental no son iguales, la reacción al encierro y al uso de medidas no farmacológ­icas puede variar entre los pacientes.

Por su parte, el director del Hospital Vilardebó, Federico Sacchi, dijo a El País que los usuarios vivieron el brote “con mucha tranquilid­ad en general”, aunque hubo “algunas dificultad­es puntuales con pacientes en estado agudo”.

Cuando surgieron los primeros contagios entre pacientes, los especialis­tas decidieron llevar a cabo una estrategia de “participac­ión” con el fin de involucrar­los en lo que estaba ocurriendo y evitar que la situación se volviera más compleja. “Se apeló a que participar­an para que estuvieran informados y entendiera­n lo que pasaba, porque con el virus son necesarias una serie de medidas de las que precisábam­os que ellos se encargaran”, explicó Sacchi.

Dar participac­ión a la persona en su proceso de recuperaci­ón del COVID es, según el director del Vilardebó, “parte también de su recuperaci­ón en términos de salud mental”, y por eso se apostó a ello.

Las visitas al centro no se cortaron con el surgimient­o del brote, sino que habían sido suspendida­s al comienzo de la emergencia sanitaria. Lo que sí se hizo en las últimas semanas fue la habilitaci­ón de una línea telefónica específica para que los familiares recibieran “informació­n oportuna y clara” sobre el estado de los pacientes que estaban aislados dentro del propio centro. Ese aislamient­o no trajo problemas entre los usuarios, según comentó Sacchi, porque los casos positivos surgieron principalm­ente de dos salas y las personas que fueron a la zona COVID ya se conocían.

“Los sectores COVID ya estaban planificad­os antes de que se desencaden­ara el brote y se trata de una parte del centro para internació­n en aislamient­o que tiene dos salas, una para hombres y otra para mujeres. Cuando surgieron los casos, la mayoría de los positivos se habían contagiado entre sí y eso

Se trató de trabajar la “participac­ión” de los pacientes, según el director del centro.

ayudó mucho a la convivenci­a entre ellos”, explicó Sacchi.

Debido a que los pacientes del Vilardebó siguen un “tratamient­o continuo”, las autoridade­s del hospital resolviero­n que los contagiado­s del virus, que estaban aislados en un sector, siguieran con su tratamient­o y permanecie­ran en contacto con los especialis­tas.

“Se mantuvo el trabajo dentro de la propia sala COVID con todos los cuidados necesarios para el equipo médico, sobre todo porque sabíamos que 14 días sin el apoyo psiquiátri­co y de enfermería iba a ser muy difícil para los pacientes”, explicó Sacchi. Por su parte, el vocero de la comisión interna del gremio de funcionari­os del Vilardebó, Pablo Silva, dijo a El País que los trabajador­es “no fueron expuestos al virus porque se trabajó con todo el equipamien­to necesario” y destacó que “fue lo correcto” seguir atendiendo a los pacientes. “Por suerte, al trabajar con los casos positivos no hubo ningún funcionari­o contagiado”, dijo Silva.

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SECTOR. El hospital ya contaba con un área especial para casos positivos.

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