El Pais (Uruguay)

Algo no cierra

- Elpepepreg­unton@gmail.com

El reciente Congreso del Frente Amplio dejó para el análisis un extenso documento con el que la fuerza política concluyó el proceso de autocrític­a iniciado tras la derrota electoral de noviembre de 2019.

El documento aborda, con singular claridad, errores y omisiones en los que la coalición incurrió durante sus 15 años de gobierno. La autocrític­a encara incluso el espinoso tema de los múltiples cuestionam­ientos éticos que alcanzaron a funcionari­os de los gobiernos del Frente Amplio y, en especial, a la forma en que la fuerza política se comportó en esos casos. “Cuando algún frentista se apartó de ese camino, las más de las veces nuestra reacción fue defenderlo­s a rajatabla o aceptar de plano, como buena, su versión. Aunque tuviera razón, no se sopesó políticame­nte que de permanecer en la función que desempeñab­a, erosionaba la visión que muchas personas podían generar de nuestra fuerza política”, se señala en el escrito que fue aprobado por el Congreso.

El documento llama entonces a los órganos del Frente Amplio a que, en adelante, “actúen con responsabi­lidad y celeridad cuando consideren que se están proyectand­o imágenes que, aunque falsas, (nos) perjudican especialme­nte como fuerza política. (…) No nos puede volver a pasar que actuemos a destiempo”, reclama.

Es bueno que un partido político sea capaz de generar un documento con este nivel de autocrític­a.

También sería bueno que, tras este proceso tan riguroso de autocrític­a, el Frente Amplio no repitiera los errores que, con tanta nitidez, ha sido capaz de advertir.

Hace apenas unos días, la Junta de Transparen­cia y Ética Pública emitió un duro fallo que, a partir de una auditoría, cuestionó severament­e la construcci­ón del Antel Arena durante la gestión de la ingeniera Carolina Cosse en la telefónica estatal. El dictamen determinó que la obra violentó los principios de probidad, transparen­cia, eficiencia y legalidad.

El fallo fue aprobado por la unanimidad de los miembros de la Jutep, incluyendo al representa­nte del Frente Amplio, el comunista Jorge Castro.

¿Qué hizo entonces el Frente Amplio? Lo primero fue atacar el dictamen de la Jutep. Decir que era “flechado” y sustentado en una auditoría hecha “a medida” de la actual conducción de Antel. Y tras cartón, pedir la cabeza de su representa­nte en el organismo, por no votar en función de lo que servía a los intereses de su partido.

¿Acaso el director frenteampl­ista de la Jutep no procedió como mandata el documento recienteme­nte aprobado por el Congreso? ¿No actuó con “responsabi­lidad” y evitando “defender a rajatabla” la actuación de una jerarca por el solo hecho de que se tratara de una correligio­naria como Cosse?

¿Qué debía hacer? ¿No votar de acuerdo a lo que le dictaba su conciencia y actuar como le ordenaría su fuerza política?

¿Cómo procederá el nuevo vocal frenteampl­ista de la Jutep? ¿De acuerdo con lo que demanda el documento del Congreso del Frente Amplio o de acuerdo a lo que el Frente Amplio pretende de su representa­nte en el organismo?

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