Aumenta registro de los productos biológicos en el país
MGAP registró 14 Agentes de Control, hay 18 en trámite
Aunos 20 minutos de la capital de Tacuarembó el camino hacia Ñangapiré es pedregoso. De un lado y del otro, campo. Nada hace prever que a un costado del trillo una edificación de un impecable blanco alberga dentro un laboratorio de desarrollo de insumos biológicos alternativos al uso de los plaguicidas clásicos, los de síntesis química. Un cartel en la portera indica que ahí está instalado Bio Uruguay, una organización privada que impulsa desde el laboratorio el uso de enemigos naturales u organismos benéficos nativos para reducir el efecto de las plagas. Hasta allí han llegado productores ganaderos, hortícolas, empresas forestales en busca de alternativas biológicas para el uso de químicos en la producción para combatir plagas, y en el último año recibió la visita del ministro de Ambiente, Adrián Peña, y del entonces ministro de Ganadería, Carlos María Uriarte.
La ingenieria Agrónoma Alda Rodríguez, coordinadora técnico científica de Bio Uruguay, trabaja en estos temas hace más de dos décadas y ve un reciente “aumento en el interés” por los insumos biológicos (también conocidos como bioinsumos) en los últimos años.
“Los bioinsumos son productos de origen biológico, por ejemplo, microorganismos como hongos o bacterias, también insectos y ácaros, que se usan para controlar plagas a nivel de campo en vez de utilizar los plaguicidas clásicos de síntesis química”, explicó Sebastián Viroga, coordinador Nacional del Proyecto Plaguicidas de FAO. A estos organismos vivos capaces de combatir plagas se los conoce como “agentes de control biológico”.
A un aumento en el interés de empresarios y productores por estas alternativas biológicas se suma también un aumento de ayudas para lograr desarrollar, probar la eficacia y registrar iniciativas de agentes de control biológico para que estén disponibles comercialmente.
Bio Uruguay recibió recientemente el apoyo del Proyecto Plaguicidas que funciona desde 2016 en Uruguay (integrado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y el Ministerio de Salud Pública). El grupo convocó en 2019 a iniciativas para impulsar bioinsumos y la de Bio Uruguay es una de las propuestas seleccionadas: un hormiguicida biológico de desarrollo uruguayo, desde Tacuarembó.
El Proyecto Plaguicidas busca una mejora en la gestión de estos productos de síntesis química y también el apoyo para desarrollar y registrar nuevas opciones alternativas para que los productores puedan usarlos.
“Hay un desarrollo más avanzado en el área hortifrutícola pero en rubros como la agricultura extensiva de a poco se empiezan a ver desarrollos e iniciativas en este camino. En el mundo el desarrollo de los bioinsumos es cada vez más vertiginoso y Uruguay está intentando hacer punta con estas acciones y ser proactivo en los desarrollos”, destacó Viroga.
COMBATIR LAS HORMIGAS CON HONGOS Y UN NECESARIO APOYO
Rodríguez ingresa a la antesala del laboratorio, explica el protocolo de ingreso y se coloca la indumentaria de protección para entrar.
Las hormigas cortadoras son un problema frecuente en los diferentes sistemas de producción agropecuaria en Uruguay que genera costos para controlarlas y pérdidas económicas tanto al sector hortícola como al agrícola en cultivos de maíz, al forestal en los inicios de su plantación o incluso para la ganadería cuando la cantidad de hormigueros es abundante (entre 30 y 70 por hectárea) porque genera pérdida de pasto equivalente a lo que consume un ternero, o incluso más.
El control de estas hormigas (principalmente de géneros Atta y Acromirmex) son combatidas con hormiguicidas químicos. Estas sustancias generan problemas ambientales. Bio Uruguay ya había registrado comercialmente un bio-hormiguicida pero este necesitaba mejoras.
Hoy el nuevo bio-hormiguicida se encuentra en etapas finales de registro. “Una cosa era estudiarlo a pequeña escala y otra generar un producto, que se mantiene en el tiempo, que logró cumplir las evaluaciones ecotoxicológicas y apenas finalicen los trámites de registro está listo para usar”, anunció Rodríguez. El apoyo del Proyecto Plaguicidas sirvió para solventar, entre otras cosas, los costos de los análisis toxicológicos y los ensayos agronómicos del nuevo hormiguicida biológico que se requiere para registrar el producto ante la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) del Ministerio de Ganadería y que rondan los US$ 6.000, un costo que aún resulta cuesta arriba para algunas pequeñas empresas que desarrollan bioinsumos.
Rodríguez y su equipo también recibieron el apoyo del Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA) que cuenta con un proyecto integrado por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), la Facultad de Agronomía (Fagro) de la Universidad de la República y la Dirección General de la Granja (Digegra) del MGAP con la participación de 100 productores. El grupo prueba agentes de control biológico de formulación nacional para evaluar su performance con foco en los cultivos de tomate y morrón en invernáculo y colaboran para que se pueda registrar. Apoyó a varios desarrollos en el país por ejemplo de la cooperativa Punto Verde, entre otros. Bio Uruguay obtuvo ayuda en dos desarrollos, uno para el control de plagas del suelo (con Metarhizium anisoplae) y otro un inoculante para semillas y contra enfermedades de hongos y bacterias en plantas (con Trichoderma asperellum) que actualmente se encuentran en etapa de registro.
“Entendimos oportuno desde el FPTA apoyar algunos registros y también que el Proyecto Plaguicidas haya apoyado otros. Es la forma de cooperar para que haya más oferta de este tipo de productos”, destacó Natalia Martínez, directora Técnica de la Digegra del MGAP.
El trabajo del FPTA finaliza en diciembre de 2021 y Martínez lo califica como “un éxito rotundo”. El mayor impacto se ha visto en el control de la mosca blanca con un ácaro. La Digegra ya prepara planes para “darle continuidad” al trabajo .
(*) Columnista invitada.