Cárceles revelan el “fracaso educativo”
Gobierno presentó estrategia de estudio para los presos
■■En las cárceles uruguayas hay tanta gente que no cabrían en cualquiera de las tribunas que quedan detrás de los arcos del Estadio Centenario (la Ámsterdam o la Colombes). Y de esa enorme población privada de libertad, casi una cuarta parte no acabó Primaria y menos del 2% terminó la enseñanza obligatoria. Esa es “la muestra más evidente de que el sistema educativo fracasó”, dijo el consejero del Codicen Juan Gabito.
El gobierno presentó ayer las estrategias para estimular la educación en las cárceles. Consta de una propuesta que estaba incluida en la última ley de Presupuesto y que el Ministerio de Educación y Cultura busca jerarquizar. Según el relevamiento oficial, entre los cerca de 14.000 presos y una misma cantidad de personas que cumplen medidas sustitutivas a la cárcel, “a solo 4.000 se les está llegando con propuestas de educación formal”.
La falta de cupos y las carencias educativas de la población reclusa (el 11% dijo no saber escribir y el 13,5% no saber calcular), llevaron al comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit, a presentar recursos de amparo años atrás para que se garantizara ese derecho fundamental. La Justicia le dio la razón y el Estado tuvo que acatar las sentencias, pero solo para casos puntuales.
En ese sentido, el presidente del Codicen, Robert Silva, fue enfático: “El sistema educativo no cumplió con lo que debía”. Esa falta de cumplimiento, según el consejero Gabito, queda demostrada antes, durante y después de la penalización, “más allá de que la sociedad no puede hacerse responsable de las conductas disfuncionales de todos sus miembros, el diagnóstico demuestra que el sistema educativo no fue capaz de detectar las señales antes de que esas personas delinquieran”.
Una vez que la persona es privada de libertad, a su vez, “la educación parece no ser eficaz porque la cifra de reincidencia es altísima”. Y, por si fuera poco, “no se piensa en un acceso a estudio de calidad luego de la cárcel: habría que hacer un seguimiento hombre a hombre, una propuesta más allá de la prisión y que dé oportunidades como quien da becas a los que no acceden”.
En esa línea, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, tuiteó: “Mucho trabajo por delante para cumplir uno de nuestros principales desafíos: transformar las cárceles en verdaderos centros de rehabilitación”.