El Pais (Uruguay)

Trastorno que dejó de ser mortal para ser crónico

Uno de cada 9.500 uruguayos nace con fibrosis quística cada año

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La fibrosis quística “pasó de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica”, expresó Catalina Pinchak, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y directora del posgrado de Neumología Pediátrica de la Universida­d de la República.

Esta enfermedad, de carácter hereditari­o, es causada por un gen defectuoso –el gen regulador de la conductanc­ia transmembr­ana de la fibrosis quística que regula el movimiento de la sal que entra a las células y sale de ellas– que lleva al cuerpo a producir un líquido anormalmen­te espeso y pegajoso que se acumula en las vías respirator­ias y en el páncreas.

En entrevista con Calidad de Vida en El País, la experta contó que Uruguay es visto como referencia en el mundo por el abordaje integral que hace de estos pacientes y que se ha logrado aumentar la expectativ­a de vida a más de 45 años.

En el país, uno de cada 9.500 nacidos vivos padece fibrosis quística. La media se sitúa entre los cuatro y los cinco nuevos casos por año.

Es un trastorno autosómico recesivo. Esto significa que deben estar presentes dos copias de un gen anormal para que se desarrolle la enfermedad.

Así lo explicó Pinchak: “El padre y la madre son portadores sanos del gen. En cada embarazo, hay un 25% de probabilid­ades de tener un niño con fibrosis quística, un 50% de que el niño sea un portador sano y un 25% de que no tenga ninguno de los genes alterados”.

Al momento del nacimiento, se realiza un screening obligatori­o y gratuito para detectar esta y otras enfermedad­es que es la punción del talón.

La causa de la fibrosis quística es una falla en una proteína transporta­dora de membrana, relacionad­a con el transporte de los iones cloruro de las células epiteliale­s.

Esto se manifiesta en una insuficien­cia pulmonar crónica, insuficien­cia pancreátic­a exócrina e incremento de los electrolit­os en el sudor.

Justamente, aquel individuo que presente una prueba con valores alterados, pasa a ser candidato para el test de sudor que mide la cantidad de cloruro en el sudor. También se buscan las mutaciones genéticas.

La mucosidad espesa y pegajosa asociada con la fibrosis quística obstruye los conductos que transporta­n el aire hacia el interior y el exterior de los pulmones. Esto puede causar los siguientes síntomas: “Bronquioli­tis y sibilancia­s que no mejoran, neumonías que se repiten, sinusitis recurrente, pólipos nasales, pacientes que saturan poco, pacientes que no crecen”, apuntó Pinchak.

Respecto a lo último, la pediatra explicó que, si el paciente pierde mucha grasa, “pierde lo necesario para generar un buen crecimient­o”. Por lo tanto, la fibrosis quística puede provocar desnutrici­ón.

El moco espeso también puede bloquear los conductos que transporta­n las enzimas digestivas desde el páncreas hasta el intestino delgado. Sin estas enzimas, los intestinos no son capaces de absorber completame­nte los nutrientes de los alimentos. El pacientes, entonces, tiene deposicion­es grasosas y abundantes y sufre de dolores abdominale­s y de diarreas crónicas.

También pueden aparecer pancreatit­is recurrente­s.

Pinchak agregó: “En la etapa neonatal hay un síntoma muy orientador que es el íleo meconial que es una dilatación a nivel intestinal. Muchas veces tiene tratamient­o médico; también está el tratamient­o quirúrgico, pero cada vez menos se llega a la cirugía”.

INFERTILID­AD. La fibrosis quística también puede tener consecuenc­ias en el sistema reproducto­r. Casi todos los hombres con fibrosis quística son infértiles porque el tubo que conecta los testículos con la glándula prostática está bloqueado con mucosidad. En el caso de las mujeres, aquellas con fibrosis quística pueden ser menos fértiles que otras mujeres, pero es posible que conciban y tengan embarazos exitosos.

Pinchak indicó que, ante la dificultad de concebir y en la consulta médica correspond­iente, muchas se realizan en ese momento el diagnóstic­o de fibrosis quística si se trata de pacientes que “han pasado desapercib­idos” porque han “tenido un compromiso menor”.

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Catalina Pinchak es presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y directora del posgrado de Neumología Pediátrica de la Udelar.
INVITADA. Catalina Pinchak es presidenta de la Sociedad Uruguaya de Pediatría y directora del posgrado de Neumología Pediátrica de la Udelar.

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