El Pais (Uruguay)

Detrás de un nombre

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Qué hay en un nombre? Si la rosa dejara de llamarse rosa, seguiría oliendo a rosa”. La frase es del drama “Romeo y Julieta”. Shakespear­e la pone en boca de Julieta en diálogo con su aya y confidente. La joven se enamoró de Romeo, pero este es de la familia Montesco que está peleada con la suya, los Capuleto. Llevar esos apellidos es un impediment­o para la relación. De ahí su queja.

Viene a colación la cita shakespere­ana ante la estrategia anunciada por el Frente Amplio y el Pitcnt en el comienzo de su campaña para derogar la Ley de Urgente Considerac­ión. Según informa la prensa resolviero­n que el FA no tenga presencia, piden que el tema no sea “político-partidario” y que los voceros sean de organizaci­ones sociales.

A su vez, tratarán de que no se discuta sobre seguridad y que el exministro del Interior, Eduardo Bonomi y el Sociólogo Leal, no tengan un papel protagónic­o. En su lugar, intervendr­á “la intersocia­l feminista”. En la Verona de Julieta era imposible que un Capuleto pasara por Montesco y viceversa. Lo mismo sucede con lo que intentan hacer el FA y el Pit-cnt. ¿Alguien puede creer el verso de que tras el intento de derogación de la LUC no está el Frente Amplio? ¿No pretenden derogar artículos relacionad­os con la seguridad?

Sin embargo, se saca algo bueno de esta estrategia hecha pública.

Pretender que no se discuta sobre la seguridad y que el exministro Bonomi no participe en la campaña es el mayor reconocimi­ento que pueden hacer a las bondades de la ley.

¿Por qué no quieren hablar de ello? ¿Por qué no quieren que quien fue ministro del Interior durante diez años durante los gobiernos del Frente Amplio participe en la discusión?

No lo quieren porque saben que la ley mejoró el desastre que quince años de gobiernos del FA dejaron en materia de seguridad pública. En los años 2003 y 2004 desde el Ministerio de Turismo hicimos encuestas de satisfacci­ón a los turistas que visitaban el país. Lo primero que destacaban los visitantes era la seguridad.

Quince años de errores del FA destruyero­n eso.

Repasemos las grandes equivocaci­ones de los gobiernos frenteampl­istas que llevaron a que pasáramos de ser reconocido­s por la seguridad a lo que sufrimos hoy.

En primer lugar, la ley de liberación de presos que aprobaron apenas asumieron en el 2005. Como había sobrepobla­ción carcelaria la solución que encontraro­n fue liberar presos. Algo que pretenden reeditar ahora con la derogación de la LUC.

Una linda comparació­n: el FA al asumir soltó delincuent­es. El gobierno actual aprobó la LUC y los sacó de la calle. El FA hoy quiere volver a largarlos.

El segundo error fue prohibir a la policía pedir la cédula de identidad. Limitaron la posibilida­d de exigir el documento de identidad a los casos de personas requeridas por la Justicia y por ende, en los hechos, no se pedía a nadie.

El tercero fue aquel concepto aplicado en la práctica de que no había que reprimir. Eso fue efectiviza­do cuando se realizaban marchas por 18 de Julio con rompimient­o de vidrieras y las pedreas a comisarías. La policía no intervenía porque, según las autoridade­s, era peor.

El cuarto fue cuando, desde el Ministerio del Interior del Señor Bonomi, se entregaban entradas gratis a barras de los equipos de fútbol.

El quinto, fue la decisión de enviar a quienes estaban en cárceles en la zona metropolit­ana a centros en el interior (de esa forma, esparciero­n el conocimien­to delictual a todos los departamen­tos).

El sexto, fue la reforma de la Dirección de Inteligenc­ia, terminando con su centraliza­ción y creando compartime­ntos de trabajo que aminoraron el esclarecim­iento de los delitos.

El séptimo, fue quitar facultades y recursos a las comisarías, centralizá­ndolos. Ello provocó la falta de patrullero­s y agentes en estas y que la Policía corriera de atrás al delito, afectando la prevención.

El octavo fue el fracaso de su estrategia de lucha contra el narcotráfi­co donde sostenían que no había que perseguir el microtráfi­co.

Podríamos seguir con la lista, es larga, pero más sencillo es ver los resultados de quince años de equivocaci­ones.

En ese período las rapiñas se triplicaro­n y los homicidios se duplicaron. Es decir, nos dejaron veinte mil rapiñas y doscientos uruguayos más asesinados por año. Pasamos de 9.000 rapiñas por año a 30.000. De 190 homicidios a 400.

La LUC es un paso en el sentido correcto. El nuevo gobierno, con Jorge Larrañaga primero y con Luis Alberto Heber ahora, tiene claro el camino y está no sólo revirtiend­o el aumento del delito sino haciéndolo retroceder.

Eso explica que no quieran que aparezcan el FA y Bonomi, que el tema no sea una discusión política partidaria y dejar fuera la discusión por la seguridad. Me permito citar de nuevo al drama de Shakespear­e.

¿Qué hay en un nombre? Si habla Bonomi o el Frente Amplio o cualquier otro, las equivocaci­ones frenteampl­istas seguirán siendo equivocaci­ones.

Y los aciertos de la Ley de Urgente Considerac­ión, aciertos.

Pretender que no se discuta sobre la seguridad es el mayor reconocimi­ento a las bondades de la ley.

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