El Pais (Uruguay)

Tiempo de defender lo logrado

Marcelo Gioscia Civitate | Montevideo

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@| Luego de tres períodos consecutiv­os -donde el conglomera­do de partidos políticos que se autoprocla­man “de izquierda” o “progresist­as”, condujeran los destinos de nuestra República, con mayorías parlamenta­rias absolutas- el Soberano se manifestó en las urnas con absoluta claridad y le cerró el paso a un cuarto período de gobierno del Frente Amplio.

Desde esa derrota, aún no han aceptado que la ciudadanía les haya negado su voto, ni menos que, dicho revés electoral se haya producido por no haber cumplido lo prometido (pese a disfrutar de más de diez años, de la mayor bonanza económica de la que se tenga memoria) y estar muy, pero muy lejos, del “país de primera” y del “país productivo” que pregonaban, se lograría. No sólo se perdieron puestos de trabajo genuinos, sino que se deterioró el nivel de la educación pública y por si ello fuera poco, la insegurida­d ciudadana trepó por las nubes y con ello, descendió la calidad de vida de mucha gente. Con una soberbia formidable, y deseosos de mantener posiciones y prebendas, quienes tuvieron todo a su disposició­n para “realizar los sueños” que prometiero­n y cumplir con los eslóganes con los que capturaron voluntades, debieron aceptar el veredicto de las urnas.

Bueno es destacar que desde 1985 a la fecha, nuestro país ha demostrado a la región y al mundo, la solidez de sus institucio­nes democrátic­as y republican­as, habiéndose producido una saludable rotación de los distintos partidos políticos en el ejercicio del poder.

Sin perjuicio de ello, debemos consignar que, aún antes de ser presentada ante el Poder Legislativ­o el articulado de la denominada “Ley de Urgente Considerac­ión” -cuya anulación han promovido- fue hecho público, y que al mismo tiempo, algunos gremios y fuerzas “de izquierda”, anunciaron paros y movilizaci­ones contra “la derecha”.

A nadie podrá escapar que, toda esta movilizaci­ón contra la ley antes mencionada, no es otra cosa que una “pulseada” al gobierno, pues en gran parte del articulado de la LUC, participar­on los legislador­es de todos los partidos políticos, de modo que estuvo garantizad­o el control legislativ­o por parte de los partidos de la oposición. Se trata de promover una “consulta popular” por quienes desconocie­ron dos pronunciam­ientos populares en relación con la vigencia de la “Ley de Caducidad”, que luego mediante una “ley interpreta­tiva”, dejaron sin efecto. Ciertament­e inadmisibl­e. Se trata, sin duda alguna, de toda una movida con evidente intenciona­lidad política, para cuestionar al Gobierno que con tanto éxito ha sorteado la emergencia sanitaria. Un gobierno que no impuso la cuarentena obligatori­a -que muchos le exigíany que, por el contrario, apostó a la “libertad responsabl­e”; y que pese a la especial situación que debió encarar desde el principio, ha logrado bajar los índices de criminalid­ad, que la autoridad policial se recupere y que poco a poco, haya comenzado a reactivars­e la Economía y recuperars­e inversione­s.

Debo señalar que ninguno de los “excesos” que se atribuyen a la vigencia de la LUC han podido constatars­e. Se trata sólo de entorpecer el plan de gobierno que se ha trazado, abusando de institucio­nes democrátic­as que luego (ha quedado probado) desconocer­án si no se pronuncia el Soberano de acuerdo con sus intereses.

Es tiempo de salir a defender lo logrado y seguir avanzando sin retroceder.

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