Mariúpol, el infierno ucraniano
Unas 3.000 personas fueron rescatadas anoche; aún quedan decenas de miles en sótanos
Mariúpol, la ciudad portuaria sobre el mar de Azov, es donde más se ve por estos días los efectos de la guerra en Ucrania. Prácticamente devastadas por los bombardeos rusos, salir del infierno en que se ha convertido es toda una odisea.
Anoche, más de 3.000 personas fueron trasladadas de Mariúpol a una zona segura, informó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
“Hoy los corredores humanitarios trabajan en tres regiones: Donetsk, Lugansk y Zaporiyia. Hemos logrado rescatar a 6.266 personas, incluyendo a 3.071 de Mariúpol”, declaró Zelenski en un mensaje por video.
Inicialmente no quedó claro si las personas fueron evacuadas directamente desde Mariúpol o si habían huido por su cuenta y luego trasladadas en bus a Zaporiyia, en el noroeste.
Más temprano se informó que varios autobuses con habitantes de Mariúpol llegaron a Zaporiyia, ciudad controlada por el ejército ucraniano.
Los autobuses transportaban habitantes de Mariúpol que lograron llegar a la ciudad de Berdiansk, ocupada por las fuerzas rusas, donde fueron acogidos por el convoy humanitario.
La vice primera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, confirmó la información en un video en Telegram. “A día de hoy, mientras grabamos este video, los autobuses ya están en camino, para llevar a habitantes de Mariúpol, 42 autobuses, a un lugar seguro”, dijo.
“Sabemos lo mucho que esperan ser salvados. Cada día lo intentaremos una y otra vez hasta que tengan la oportunidad de salir de la ciudad y, sobre todo, de vivir en paz”, añadió.
Ayer viernes, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que el equipo enviado a Mariúpol tuvo que dar media vuelta ya que resultaba “imposible” proceder a la evacuación, y que lo intentará el sábado.
Para que “la operación funcione, es fundamental que las partes respeten los acuerdos y ofrezcan las condiciones y garantías de seguridad necesarias”, dijo la Cruz Roja.
Los anteriores intentos de evacuar a los civiles de esta ciudad han fracasado.
Se calcula que unos 160.000 ciudadanos malviven desde hace más de un mes sin servicios básicos en Mariúpol, puerto en el mar de Azov que se ha convertido en el principal objetivo de las tropas rusas en Ucrania por su posición estratégica entre la península de Crimea y el Dombás.
En Mariúpol, donde se han perpetrado algunos de los ataques que organizaciones de derechos humanos denuncian como crímenes de guerra, escasean desde hace semanas agua y alimentos, y no hay suministro de electricidad ni de calefacción.
La ciudad ha sido reducida a escombros. Solo allí han muerto 5.000 personas, según las autoridades ucranianas, y decenas de miles de civiles malviven escondidos en sótanos.
Tras cinco semanas de guerra, 4 millones de personas -el 90% mujeres y niños- han huido de Ucrania, que además tiene casi 6,5 millones de desplazados internos, según la ONU.
RETIRO DE KIEV. Las tropas rusas se están retirando del entorno de Kiev y de la provincia de Chernígov, al norte, pero la gente aún no se siente fuera de peligro ni confía en las negociaciones que se reanudaron ayer de forma telemática.
El Ejército ruso ha abandonado “parcialmente” la ocupación en el área de Kiev y sus efectivos se dirigen hacia la frontera bielorrusa, ya que “el enemigo ha sufrido pérdidas significativas y no logró bloquear y capturar la capital” y se va a centrar en controlar el este y el sur, informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Ucranianas.
Las autoridades ucranianas celebraron que más localidades del noroeste de Kiev se encuentran bajo control propio, pero todavía quedan efectivos rusos en las estratégicas ciudades de Bucha o Hostomel, por lo que pidieron a sus habitantes que no regresen todavía a la zona, donde creen que los rusos han plantado minas y envenenado el agua.
Sin embargo, entre la población de Kiev reina el escepticismo sobre las verdaderas intenciones rusas, y dudan de que las negociaciones que las partes retomaron hoy online sirvan para hallar una solución duradera.
“No sé si se están marchando. De momento se están reagrupando. Ya veremos si van al Donbás, a Mariúpol o vuelven a Kiev”, indicó Viktor, un kievita de 37 años, que cree que Rusia está usando las negociaciones solo para ganar tiempo y no para un alto el fuego.
Rusia anunció a inicios de esta semana que reduciría sus operaciones en torno a Kiev y a la ciudad norteña de Chernígov para centrarse en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este.
Expertos militares aseguran que Moscú, ante la resistencia ucraniana, busca ahora establecer su control en la franja costera sur que va desde la península de Crimea —anexionada en 2014— hasta las dos regiones del Donbás, Donetsk y Lugansk, ampliamente controladas por separatistas prorrusos.
Por su parte, Zelenski dijo el jueves que el ejército ruso se está reagrupando para lanzar “poderosos ataques” en el sureste, donde la situación es “muy difícil”. El mandatario ucraniano agradeció la visita a Kiev de la presidenta maltesa del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. (Con información de AFP y EFE)
Ucrania anunció ayer viernes el intercambio de 86 soldados rusos prisioneros, en el segundo canje de este tipo desde que comenzó la guerra.
Presentará hoy sábado en Moscú una coreografía “heroica” de apoyo a la “operación militar” rusa en Ucrania, anunció la célebre compañía de danza.
Un convoy de la Cruz Roja tuvo que dar vuelta sin traer a ningún civil.