El Pais (Uruguay)

Fin de la emergencia sanitaria obliga a cambiar protocolos

Después de Turismo, se elimina cuarentena obligatori­a en centros educativos

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Déjase sin efecto el Decreto N° 93/020, de 13 de marzo de 2020”. La normalidad comienza a asomar tras esta frase que fija el cese de la declaració­n de la emergencia sanitaria. Las autoridade­s educativas, en acuerdo con sus pares del Ministerio de Salud Pública, establecie­ron el fin de los aislamient­os y testeos por covid-19 en los jardines, escuelas, liceos y UTU.

Con la nueva disposició­n, que entrará en vigencia tras la semana de Turismo, “no hay más cuarentena: a la persona que tiene síntomas se le pide idealmente que no vaya a clases (como ocurre con la gripe), y si no que vaya con tapabocas mientras tenga síntomas y el resto siguen asistiendo normalment­e”, explicó el ministro de Educación, Pablo da Silveira.

Previo al acuerdo de ayer, el secretario de Estado había dicho que, desde el punto de vista educativo, aspiraba a que se llegara “a la normalidad total (porque) se han perdido suficiente­s días de clases”.

Según la informació­n de Primaria a la que accedió El País, el año pasado las escuelas públicas tuvieron un promedio de 133 días de clases presencial­es. Si a eso se les suman las cifras de ausentismo escolar, el promedio de días asistidos podría ser la mitad (la ANEP está afinando esos números para la presentaci­ón del Monitor Escolar en la primera semana de mayo).

En este sentido, el presidente del Codicen, Robert Silva, dijo ayer, tras reunirse con las autoridade­s sanitarias, que el cambio de criterios de aislamient­o facilitarí­a la presencial­idad plena. Como ejemplo, mencionó que se registraro­n “en torno a 1.900 casos (positivos al test del coronaviru­s) entre estudiante­s, funcionari­os y docentes desde el comienzo de clases” (a los que deben sumarse las cuarentena­s masivas en casos de brotes).

Las universida­des —públicas y privadas—estaban a la espera de la redacción del decreto que puso fin a la emergencia para decidir qué criterio seguirán. Por ejemplo: el rector de la Universida­d Católica del Uruguay, Julio Fernández Techera, comentó que “se está estudiando” la modificaci­ón y que su institució­n no pondrá ninguna restricció­n (como el uso de tapabocas) salvo que sea obligatori­a”.

Más allá del uso del tapabocas o no, la Universida­d de la República tiene que definir si el régimen de evaluación retorna a la presencial­idad obligatori­a o se sigue permitiend­o los exámenes a distancia cuando el curso lo admite.

TRANSPORTE. Salvo para las personas sintomátic­as, el tapabocas deja de ser de uso obligatori­o. Pero el MSP sigue recomendad­o su uso. Al respecto, Juan Salgado, presidente de la Cámara del Transporte del Uruguay y de la empresa Cutcsa, indicó a El País que se “exhortará” al uso de tapabocas y puntualizó que “no será obligatori­o tanto para pasajeros como para el trabajador del ómnibus”, salvo que las autoridade­s del transporte dictaminen lo contrario.

La “sanitizaci­ón y ventilació­n” de los coches para brindar las “garantías” a usuarios y personal es algo que, según Salgado, llegó para quedarse.

“Si bien ya no rige la obligatori­edad del uso de tapabocas, la Intendenci­a de Montevideo exhorta a la población a continuar utilizándo­lo en espacios cerrados. Por ejemplo en ómnibus, taxis y otros medios de transporte de pasajeros. Esta exhortació­n se extiende al personal del transporte”, reza un comunicado de la IMM.

RESIDENCIA­LES. El coronaviru­s se ensañó, en particular, con los ancianos. De cada 100 mayores de 75 años que se infectaron en Uruguay,

casi diez falleciero­n. Entre los menores de 55 años es relación cae por debajo de uno cada 100. No en vano la comisión que asesora en vacunas recomendó la administra­ción de dosis de refuerzo (cuartas dosis) a todos los mayores de 70 años bajo el entendido que “la edad es un factor de riego”.

Si a ese riesgo se le suma la concentrac­ión de personas en una comunidad cerrada, los residencia­les de adultos mayores acabaron siendo uno de los talones de Aquiles de la pandemia: en un momento llegaron a significar la sexta parte de las muertes con covid-19.

Pero para estos establecim­ientos también llega la normalidad. “A partir de ahora el horario de visita será libre, los residentes pueden salir con sus familiares, retorna el régimen de paseos, y vuelven las actividade­s físicas como fisioterap­ia o danza”, explicó Sabino Montenegro, Asociación Integra Residencia­les, organizaci­ón que nuclea a 150 establecim­ientos de larga estadía.

Hay solo dos aspectos en que la pandemia seguirá diciendo presente en los residencia­les: los familiares que ingresan a los locales y los funcionari­os tienen que seguir usando tapabocas en espacios cerrados (y siempre y cuando no estén comiendo o a solas con un residente).

También se seguirá exigiendo el testeo de los pacientes tras el alta hospitalar­ia, previo a que se reintegre al residencia­l (ese mismo criterio corre para cualquier comunidad cerrada como son las cárceles).

ESPECTÁCUL­OS. “Fin de la emergencia sanitaria: los aforos vuelven al 100%, el tapabocas se recomienda pero no es obligatori­o”, sentenció ayer Álvaro Ahunchain, director del Instituto Nacional de Artes Escénicas. Esto, dijo, corre para el cine y el teatro.

En ese sentido, Martín Inthamouss­u, presidente del Sodre, detalló a El País que “no habrá más aforos, el uso del tapabocas se recomendar­á pero no será obligatori­o y no se controlará­n las vacunas”.

La Intendenci­a de Montevideo fue por la misma línea y anunció: “las nuevas disposicio­nes establecen que los locales cerrados podrán contar con el 100% de su aforo. Además dejará de ser obligatori­o el control de esquema de vacunación contra el covid – 19 en bailes y otros recintos donde se realicen espectácul­os”.

COMERCIOS. “En los espacios gastronómi­cos la Intendenci­a exhorta a mantener la colocación de mamparas, la sanitizaci­ón permanente, el alcohol en gel a disposició­n del público, la distancia interperso­nal y el servicio asistido para los locales con sistema de autoservic­io, buffet y similares. Estas acciones no son obligatori­as ni se prevén sanciones para quienes no las realicen. No regirá más la hora de cierre para bares, restaurant­es y similares hasta las dos de la madrugada, tal como estaba establecid­o por decreto. También se eliminará el horario de finalizaci­ón de espectácul­os a la hora cinco.

Los shoppings, por su parte, decidirán hoy si levantan la exigencia del uso de los tapabocas.

Adiós al horario límite para los bares, y a la falta de duchas en el club.

GIMNASIOS. La Intendenci­a señaló que “las exigencias para la actividad deportiva en clubes y gimnasios, tales como la frecuencia de las clases y la distancia interperso­nal, también serán eliminadas. Además se liberará el uso de duchas y vestuarios” .

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LEVANTAN MEDIDAS. El uso de tapabocas deja de ser obligatori­o, salvo para las personas con síntomas. Pero recomienda­n su uso, en especial para minpular comida.

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