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Montevideo
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¡Qué cambios trae la guerra!
Al iniciar Google Chrome aparecen novedades, inusitadas ellas, dedicadas a la destrucción humana, las que deberían estar extintas, si el hombre no fuese un destructor nato.
Se ostenta un menú que hace palidecer por sus cualidades. Artefactos que vuelan, navegan o ruedan, para nombrar algo, y, sus costos extraordinarios, que se vislumbran.
De ese ideario belicoso participan desde países europeos hasta de nuestra América; quienes se consideran (ellos) los paladines de la libertad y de la democracia, a su manera. Integrados al gran negocio de las armas y la guerra. Consistiendo en un importante objeto de atención al manejar sus economías. Donde, la danza de los billones de euros, dólares o lo que sea, es algo considerado natural.
Sin descuidar, que, no es sólo el armamento, sino también la astucia de propiciar su difusión, hacia el arte de la guerra. Atendamos cómo se originaron, realmente y por qué los conflictos más reveladores del último siglo. Donde no fueron suficientes los millones de muertos y destrucción, para saciar la codicia y el poder.
Sería insospechado el conocer de ese catálogo cuánto destinan, en esfuerzo y dinero, para la industria de la muerte; el mayor negocio que maneja el hombre.
Si ese impensable monto fuese invertido en desarrollo y crecimiento humano, aunque fuese lo destinado por un día para matar: ¿cuál sería su resultado, en lugar del horror que desencadenan?
No obstante, hablan de calentamiento global, contaminaciones, del medio ambiente y sin tapujos continúan las guerras y demás enfrentamientos.
¿Pensaron en la Humanidad? La película se repite, inexorable.