La “enfermedad” del costo de vida alto en Uruguay
■ En tanto, el panel contó también con la presencia del CEO de Ta-ta, Christopher Jones, y la gerente general de ventas en De la chacra, Antonella Gordillo, quienes se refirieron a los problemas que inciden en los altos precios en Uruguay.
En este sentido, Jones se refirió a la necesidad de liberalizar las importaciones, en donde afirmó que “el costo de vida va a bajar donde haya libertad real”.
Argumentó que el 75% de los productos que se venden no son de producción uruguaya y que, dentro de los que figuran como tales, están los importadores que fabrican en otro país y luego “le meten el código de barras uruguayo”.
A su vez, otro problema es la necesidad del certificado de origen al momento de importar, en donde se le cobra al importador un 30% más en la Aduana, en caso de no contar con este documento.
En tanto, sostuvo que al momento de haber ingresado el producto, este se debe registrar en el órgano competente, el cual puede contar con “esperas” que hagan “desistir” al importador.
Al referirse a la producción uruguaya, destacó que al necesitar el aval bromatológico de la intendencia, “Dios está en todos lados pero atiende en Montevideo”. Ya que es el “sello” de la intendencia capitalina la que permite vender en el resto de los departamentos, mientras que el de las otras 18 intendencias, solo permite vender en ese departamento.
Por esto, Jones dijo que “la normativa actual es enemiga del consumidor uruguayo” y que “la enfermedad es una sumatoria de regulaciones anticuadas y no adaptadas”.
En tanto, Gordillo defendió lo “imprescindibles” que son los productores de frutas y verduras en el mercado interno, por las implicancias que tienen en la base del alimento de los uruguayos y señaló que los productores no cuentan con facilidad de crédito y, cuando la hay, “las tasas son altísimas”.