Macron y Le Pen en reñida definición por la presidencia
La ultraderecha aumentó el favoritismo electoral en estos días; proyectan una segunda vuelta en Francia
La inesperada igualdad entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, con el interrogante sobre si la ultraderecha puede lograr la Presidencia francesa, dominó ayer sábado la jornada de reflexión para la primera vuelta electoral de hoy, domingo.
Hay doce candidatos, pero el presidente francés y la líder ultraderechista son los favoritos unánimes de los sondeos de intención de voto para alcanzar la segunda vuelta del 24 de abril, igual que hace cinco años, pero una serie de factores ha puesto el Elíseo a tiro de Le Pen, al menos en el plano estadístico.
Los últimos sondeos de intención de voto atribuyen a Macron entre un 26 %y un 27%, mientras que Le Pen recibiría el 24 %. En 2017 el ahora presidente ganó con 24 % frente al 21 % de la líder ultraderechista.
El único que podría tal vez arrebatar a Le Pen el puesto en la segunda vuelta es el líder izquierdista Jean-luc Mélenchon (17-18 %), que busca dar la sorpresa de última hora con su llamamiento al voto útil entre los simpatizantes de los candidatos de izquierda y ecologistas, que suman entre el 10,5 y el 11 % de las intenciones de voto.
POSIBLE SEGUNDA VUELTA. De cara a la segunda vuelta, los últimos datos señalan que Macron ganaría a Le Pen por una ajustadísimo 51-49 %, según la empresa Ifop, mientras que el sondeo de Harris es casi idéntico, con 51,5-48,5 % a favor del presidente.
Hace cinco años Macron derrotó a Le Pen en la segunda vuelta por 66 % a 34 %. Las cifras actuales muestran que jamás la diferencia entre ambos ha sido tan ajustada.
VENTAJA DILUIDA. Macron se benefició de un claro aumento en los sondeos durante varias semanas tras el inicio de la guerra en Ucrania, impulsado por el activo papel diplomático que desempeñó en el escenario internacional. Sin embargo, entró muy tarde en la arena electoral y apenas ha hecho campaña.
El 9 de marzo, los sondeos daban a Macron en torno al 31,5 % de los votos, por un 18,5 % a Le Pen. Y desde entonces ha habido una constante erosión de la posición de Macron, acompañada de un aumento de la dirigente ultraderechista.
Según analistas, la escasa campaña de Macron ha aumentado la percepción que ya existe de él como de un tecnócrata alejado de la población.
Esto se une a la insistencia de Le Pen en denunciar el aumento del coste de la vida para las clases populares, que le ha ayudado a esquivar sus vínculos políticos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el préstamo que su partido recibió de bancos rusos.
Ante esta situación, Macron intensificó en los estos días su campaña contra Le Pen. En su último acto electoral, acusó a los ultraderechistas de alimentarse del “miedo” en la sociedad, mientras que él se propuso ofrecer “esperanza”.
En la campaña, Macron, de 44 años, jugó la baza de un presidente estable en tiempos de crisis y reformista; Le Pen, de 53, apostó por presentarse como la defensora del poder adquisitivo, en un contexto de inquietud por el auge de los precios de la energía y de la alimentación.
Un 70 % de los ciudadanos considera que la campaña ha sido “decepcionante”, ya que ha estado marcada y limitada por los la guerra en Ucrania, sin suficiente debate sobre los problemas domésticos.
En las elecciones de 2017, un 31 % de los electores decidió el sentido de su voto en los últimos días, y un 10 % el mismo día de las elecciones.
Politólogos creen que se puede batir el récord de abstención de la primera vuelta de 2002 (28,4%), que contribuyó a que en la segunda ronda se enfrentaran el conservador Jacques Chirac y el ultraderechista Jean-marie Le Pen, padre de Marine. En 2017, la abstención fue del 22,2%. “La indecisión es también un signo de cansancio democrático”, analizó ayer el diario Le Parisien. (Con información de EFE y AFP)