Inflación desbocada
Colonia
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El Banco Central del Uruguay acaba de subir la tasa de interés de referencia de 7,25 a 8,50% anual, como una medida para contener la expansión monetaria y así frenar la inflación.
Esta es una disposición que sigue la ortodoxia económica, ya que supuestamente al haber menos dinero circulando en plaza, se lograría frenar la demanda por productos de consumo y hacer que la oferta deje de presionar a los precios.
Uno de los grandes problemas que ha tenido el Uruguay para encuadrar los índices inflacionarios es que en la plaza financiera circulan dos monedas: el peso y el dólar. En cuanto sube la tasa en pesos, los mercados de capital invierten en pesos; en muchos casos vendiendo sus posiciones en dólares con lo que se ejerce presión a la baja en la cotización del dólar, que ya lleva una baja acumulada en los últimos meses de alrededor del 6%, que hace que el país pierda aún más su alicaída competitividad con los países vecinos. El efecto pandemia había influido para que el comercio dentro del país se expandiera, lo que ahora desaparecerá y por el contrario se contraerá.
Siendo como somos tomadores de precios internacionales, la inflación continuará acelerándose, dadas las condiciones predominantes de escasez de oferta de petróleo, gas, costo de fletes, oferta de trigo, maíz y otros alimentos básicos.
Las medidas hasta ahora adoptadas por el gobierno para contener la inflación al quitarle el IVA básico a algunos productos de la canasta, van en el buen camino, pero son totalmente insuficientes.
Todos aquellos sectores que imponen sus precios de oferta, continuarán aumentándolos, siendo liderados por el propio gobierno vía combustibles y recaudación fiscal ligada al IVA e IMESI, mientras que los sindicatos con capacidad de presión reclamarán por ajustes al alza. Se conformará así una imparable y gradual escalada en los precios de la economía.
Hecho este diagnóstico por un lego, ¿qué se podría hacer para lograr una política efectiva contra la inflación?
He aquí algunas sugerencias: 1. Hacer que el MEF realice un profundo estudio en la formación de los precios de la canasta, con separación porcentual de la incidencia impositiva.
2. Permitir la importación de productos de la canasta en forma libre tanto por personas físicas como jurídicas que así lo deseen hacer, fijando los aranceles y los impuestos correspondientes sobre cada producto, los que deberán abonarse al hacer el ingreso de la mercadería.
3. En los casos en que los factores climáticos adversos incidan en los precios de ciertos productos, se permitirá la libre importación inmediata con el pago de aranceles e impuestos correspondientes.
4. La cotización del dólar deberá ajustarse a la evolución de la inflación, para lo que se establecerán mecanismos fiscales que desalienten la compra-venta de moneda extranjera con fines especulativos, los cuales no se aplicarán a las importaciones y exportaciones de productos autorizados.
Como lo expresara nuestro prócer José Gervasio Artigas: “Las causas de los pueblos no admiten la menor demora”. Hay que actuar y rápido, pese a quien le pese. Recuerden los gobernantes, la oposición no tuvo, tiene o tendrá ningún miramiento para lograr su objetivo de recuperar el poder perdido hace dos años y medio. @|
RINCÓN DE JUEGOS mayoría de los votantes no conocía la totalidad de los artículos y no estaban de acuerdo con la totalidad de sus contenidos; tanto de un lado, como del otro.
Pero les sirvió para trancar al gobierno después de una pandemia mundial, e hizo gastar 10 millones de dólares cuando, por otro lado, reclaman más ayuda para los más necesitados.
Ya es la cuarta consulta popular que pierden. Creo que los hará reflexionar...