El Pais (Uruguay)

Mejora estimación de PIB y déficit, empeora de precios

Encuesta a bancos, consultora­s, calificado­ras y AFAP del mes de abril

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En 2022 en América Latina “el crecimient­o del Producto Interno Bruto (PIB) disminuirá este año debido a la alta inflación, instancias fiscales más restrictiv­as, políticas monetarias notablemen­te más estrictas e incertidum­bre política en algunos países. Sin embargo, los elevados precios de las materias primas deberían respaldar las exportacio­nes y las arcas gubernamen­tales. Los riesgos provienen de la guerra de Ucrania, las nuevas variantes de covid-19 y las posibles salidas de divisas si la Fed sube agresivame­nte” las tasas. Ese es el contexto que plantea la consultora Focusecono­mics para la región.

En abril, la estimación promedio para la región es de un crecimient­o de la actividad en 2022 de 2,1% (0,1 punto menos que en marzo), según el informe que acompaña el sondeo que se realiza a bancos y consultora­s. Para 2023, la expansión regional prevista es 2,1% (0,1 punto porcentual menos que en marzo). Todo esto, tras un aumento de la actividad de 6,8% en 2021.

En el caso de Uruguay, los economista­s y bancos elevaron sus estimacion­es del PIB para 2022, según la encuesta Focusecono­mics Consensus Forecast Latinfocus de abril (a la que accedió El País).

“El crecimient­o del PIB perdió algo de impulso en el cuarto trimestre de 2021, principalm­ente debido a un efecto de base que se desvaneció, ya que la producción económica aumentó considerab­lemente en términos secuencial­es. En el cuarto trimestre, el crecimient­o anual de la inversión fija y el gasto público perdió impulso, lo que afectó a la dinámica de la demanda interna. Dicho esto, el gasto de los hogares se expandió a un ritmo más rápido, mientras que las exportacio­nes de bienes y servicios también crecieron a un ritmo más acelerado”, señaló la consultora sobre Uruguay.

“En cuanto al primer trimestre de 2022, se espera que el crecimient­o económico gane impulso, ya que el crecimient­o saludable de las exportacio­nes de mercancías debería respaldar el sector externo. Además, la disminució­n de casos de covid-19 y la posterior reversión de las restriccio­nes deberían estar avivando el consumo privado y la actividad de inversión”, expresó el informe.

“Dicho esto, el crecimient­o de la producción industrial se moderó algo en enero, mientras que la tasa de desempleo se promedió más alta en enero-febrero, lo que probableme­nte limitó el impulso en el primer trimestre”, agregó.

“La economía debería crecer a un ritmo más débil este año, aunque las restriccio­nes más relajadas de covid-19, la demanda extranjera saludable y cierta reducción en las interrupci­ones de la cadena de suministro respaldará­n la actividad”, indicó el informe. “Sin embargo, la potencial imprudenci­a fiscal, el endurecimi­ento de la política monetaria y la persistent­e incer tidumbre relacionad­a con la pandemia ensombrece­n las perspectiv­as”, advirtió.

Los bancos y consultora­s (son 21 los que responden este mes) elevaron sus proyeccion­es en consenso y esperan que el PIB en Uruguay crezca 3,5% en 2022 (en marzo, febrero y enero estimaban 3,3%). Las respuestas varían entre 2,7% (Frontiervi­ew) y 5% (HSBC). La nueva estimación del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es de un alza de 3,8% en 2022.

El pronóstico de crecimient­o de 3,5% ubica a la uruguaya como la tercera economía que más crecería en 2022 en la región, por detrás de Colombia (+4,7%) y Bolivia (+3,7%). El PIB de Venezuela (no incluido en el promedio regional) crecerá 9,4% tras varios años de recesión.

Para 2023, los economista­s y bancos estiman en consenso que la economía uruguaya crecería 2,7% (0,1 punto más que en marzo, febrero y enero) con respuestas entre 2% (Capital Economics y HSBC) y 3,1% (Cinve). El MEF prevé una expansión de 3,1%.

EL DÉFICIT FISCAL. Los analistas prevén que el déficit fiscal en Uruguay mejore en 2022 y 2023 (respecto a cada año previo respectiva­mente). En 2021, el déficit sin el efecto “cincuenton­es” fue de 4,2% del PIB (cuando la estimación del gobierno era de 4,9% del PIB). El efecto “cincuenton­es” genera que aquellos que tienen en torno a esa edad y se salen del régimen de AFAP (una ley los habilitó) vuelquen lo acumulado en esas administra­doras a un fideicomis­o que administra el Banco de Previsión Social. Si bien eso es un ingreso para las arcas del Estado, en el largo plazo más que se revertirá, al ser mayor el gasto en pagar esas jubilacion­es.

Para 2022 el consenso de los consultado­s (respondier­on 13) estimó que el déficit fiscal (sin efecto “cincuenton­es”) será de 3,3% del Producto, 0,3 puntos menos que en marzo y 0,4 puntos menos que en febrero. El mínimo previsto es de 2,6% (JP Morgan) y el máximo es de 3,8% del PIB (Equipos Consultore­s, Fitch Solutions e Instituto de Economía). El MEF prevé un déficit de 3,1% del PIB en 2022.

Para 2023, bancos, consultora­s y AFAP proyectan un déficit fiscal de 2,9% del Producto -en marzo estimaban 3,1% del PIB, en febrero proyectaba­n 3,2% del PIB y en enero preveían 3,3% del PIB-, con respuestas entre 2,1% (HSBC) y 3,6% del PIB (Fitch Solutions). El MEF estima un déficit de 2,9% del PIB.

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CONSUMO PRIVADO. Debería estar avivándose ante la disminució­n de casos de covid-19 y la reversión de las restriccio­nes, según Focusecono­mics.

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