Altura y consistencia
El problema no es Yamandú Orsi. En eso tiene razón Carmelo Vidalín cuando recordó que siendo intendente de Durazno, había usado similar método para lograr algún voto que le faltaba en la Junta Departamental. El problema es el edil que se corta solo y deja a su bancada inerme.
Ese voto fugado sin aviso previo, desnuda la falta de reglas básicas para el debido funcionamiento de un partido.
En estas semanas hubo varias situaciones en las que el Partido Nacional mostró sus fisuras. A eso se suman diferencias entre los sectores predominantes del Partido Colorado, respecto a qué proponerle al gobierno para controlar el alza de precios en alimentos.
El más destacado de esos episodios fue el diferendo entre dos grupos de diputados blancos que no se pusieron de acuerdo respecto a quien sería el coordinador de la bancada nacionalista en la Cámara Baja para este año. El sector afín a Aire Fresco propuso a Pedro Jisdonian, el otro a Álvaro Viviano del grupo que responde a Jorge Gandini. Al no acordar, optaron por abrirse en bancadas autónomas aunque responderán, dicen ellos, a las estrategias del gobierno si bien cada una por separado.
Es probable que mucha gente, aún la que está informada sobre el quehacer político, no tenga mucha idea de quienes son Jisdonian y Viviano
ni les importe demasiado lo de marcar un perfil “wilsonista” respecto a uno “herrerista”, cuando a esta altura mucho cambió en el país (y en el partido) como para seguir recurriendo a categorías propias de fines del siglo pasado. Sin embargo para este puñado de diputados, la cosa parecería ser de vida o muerte.
Estos cruces entre ediles, diputados y sectores partidarios tienen lugar muy poco después del referéndum en que la coalición de gobierno ganó.
Para quien votó por el No, fueron días de celebración. Ese votante sintió que hubo un esfuerzo de los socios de la coalición para dar una imagen de solidez que permitirá una fluida gestión del gobierno y que la coalición se proyecte hacia el futuro.
Si a tan pocos días de esa victoria, aparecen mensajes con disidencias, enojos y bancadas que se dividen, es inevitable que ese votante ahora dude sobre como evolucionarán las cosas hacia el futuro. Se dirá que en todos los partidos ocurren situaciones similares y que durante los 15 años de gobiernos frentistas hubo muchas crisis internas y algunas muy complicadas, sin embargo para el votante que todavía celebra el impacto de un referéndum que salió bien, tales justificativos no le sirven, no le dan certezas, lo frustran.
La conducta del edil canario es propia de quien tradicionalmente era llamado “tránsfuga”. Se cortó solo y al negociar su voto consiguió alguna
El ciudadano que votó el No debe estar sorprendido por el cúmulo de disidencias que se ven hoy en la coalición.
ventaja para sus seguidores. Pero quien debió haber conseguido esas y otras ventajas, fue el Partido en su conjunto, no un aislado edil.
En Montevideo la oposición negocia un complicado acuerdo que permitiría a la Intendencia acceder a un préstamo del BID. Día a día se filtran versiones de que no todos los socios de la coalición están pensando en dicho acuerdo de la misma forma. De todos modos, por ahora la idea es negociar juntos hasta el final. Y le guste a algunos y a otros no, ese es el mensaje que el votante no frentista quiere escuchar.
Mientras esto sucede, generó molestia que Ciudadanos presentara al presidente una propuesta para contener el alza de precios en los alimentos, dejando a un lado al otro sector colorado. Quizás necesitaba demostrar presencia pero sólo logró reafirmar ante mucha gente, la imagen de un Partido Colorado que no logra recomponerse y por esa vía debilita a la Coalición.
En su apresuramiento por presentar una propuesta, Ciudadanos trasmitió además otro mensaje que tampoco lo deja bien parado. Propone algún tipo de control de precios. En el papel, la idea será seductora y quizás funcione por un tiempo. Pero la historia lo demostró tantas veces que asombra que algunos caigan en la demagógica tentación de insistir (Cabildo Abierto está en una tesitura parecida): al control forzado de precios, tarde o temprano sigue el desabastecimiento. Siempre sucedió así.
Si la Coalición quiere mostrar madurez y solidez, debería abordar el tema de la inflación y la suba de precios en los comestibles con estrategias bien acordadas que apunten al mediano y largo plazo.
Si leyeran los diarios, se darían cuenta que el problema no es local. Es mundial, consecuencia de la guerra en Ucrania y todo indica que no se resolverá, ni aquí ni en el resto del mundo, en un futuro inmediato.
Por lo tanto, las salidas populistas no solucionan nada. Por eso, los partidos que integran el gobierno deben exhibir responsabilidad, altura y consistencia para buscar soluciones reales, por difíciles que sean.
Partidos con bancadas que se separan, con ediles que se abren solos, con sectores que no acuerdan, no están dando la mejor señal para los tiempos que se vienen. Deberían recordar que en 2019 se los votó porque la gente quería terminar con los costosos facilismos populistas. Su deber es mantener ese compromiso.