El Pais (Uruguay)

Llega el adiós de una de las grandes series de su tiempo

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Hay, en la vorágine de tendencias y fenómenos y números de audiencia de escala millonaria, algo de culto que rodea al universo de Ozark . No se ganó un lugar en el ranking histórico de la plataforma ni ameritó esas grandes campañas de expectativ­a que impulsa el servicio, pero una valoración de 8,5 puntos en IMDB y unos cuantos premios, entre los Emmy y los del Sindicato de Actores o Guionistas, hablan por ella. Y en las redes sociales nunca falta el que le declara su amor.

Que es la mejor de los últimos años. Que es la más destacada desde la icónica Breaking Bad. Que es increíble. Que es buenísima. Que qué pedazo de serie. Que es la más infravalor­ada de todas. Que no hay cómo arrepentir­se de verla. Que una vez que se entra en su mundo no es posible o, más bien, ya no se quiere salir de ahí. Y que se merece un final grande. Gigante. Inmenso.

Si el deseo final se cumplirá o no, los espectador­es podrán descubrirl­o hoy. La historia de Ozark se completará con la segunda parte de la cuarta y última temporada de la serie, que llegará este viernes para abrochar, en Netflix, el ciclo inaugurado a fines de enero. Siete episodios definirán la suerte de la familia Byrde y su especialme­nte turbio entorno.

Hoy se estrenan los siete capítulos finales de “Ozark”, una de las mejores historias de Netflix.

Ozark cuenta la historia de una familia de apariencia tranquila, pero que de corriente y de común no tiene nada. A la cabeza está Jason Bateman como Marty Byrde, el empleado de una firma de consejeros financiero­s que, en 2007, comienza a lavar dinero para un cártel mexicano.

En la peligrosa aventura lo acompañará su esposa Wendy (Laura Linney), que una vez instalada en la zona montañosa del título, los Ozarks, se vuelve clave para el negocio. La trama involucra a dos hijos, Charlotte y Jonah, que tendrán su implicanci­a en todo este drama.

Y frente a los Byrde está Ruth Langmore ( Julia Garner), una joven de apenas 19 años para cuando todo este relato se ponga a andar, que se convertirá en pieza clave en el negocio criminal. Ruth tiene antecedent­es complejos y tomará las riendas de parte de la empresa de Marty. Será complicado.

Esa es, en resumidas cuentas, la base de Ozark libre de spoilers, y el disparador para una ficción que tras su manto delictivo está hablando de la familia, del capitalism­o y de las diferentes estrategia­s de superviven­cia, de uno mismo pero también del círculo íntimo, de los afectos. De las decisiones que tomamos: por nosotros, por los otros, por el lugar que ocupamos y que queremos ocupar.

“¿Por qué pones a los demás antes que a tu familia?”, reclama Wendy a Marty en el impactante avance de los capítulos finales. En la vereda de enfrente y en su peor versión, Ruth exige saber si de verdad este hombre cree que todo lo que hace es para poder proteger a los suyos.

En el medio, el señor Byrde reconoce que está en peligro, que tiene miedo y que está cansado. “Estoy harto de tener sangre en las manos”, dice y es la frase que abre el camino hacia esta despedida. Tras todo el dolor, la muerte y el riesgo que han rodeado a estos personajes, fundamenta­les para la carrera de todos sus protagonis­tas, el final feliz está muy lejos de ser una probabilid­ad para los Byrde. La tragedia sobrevuela.

Para Jason Bateman, sin embargo, Marty ha sido fuente de alegrías que confirmó, a escala mundial, su capacidad para construcci­ones así de perturbado­ras. No es solo una cara de comedia ligera del tipo

Arrested Developmen­t, Quiero matar a mi jefe o Noche de juegos ,yeso quedó claro con el premio del Sindicato de Actores que ganó, a mejor actor dramático, tras la primera temporada de Ozark, una serie que además dirigió.

Para Julia Garner, el de Ruth Langmore ha sido un papel consagrato­rio. Lejos estaba, cuando desembarcó en Netflix con Ozark, la viralidad de Inventando a Anna, la miniserie sobre la historia real de Anna Delvey que se convirtió en uno de los grandes hitos del último tiempo. Si buena parte del mundo descubrió su trabajo por esa puerta de entrada, quizás el final de

Ozark sea la ocasión ideal para que los rezagados puedan empezar de cero.

Y para Laura Liney, fue otro trabajo por todo lo alto en una carrera que le valió tres nominacion­es al Oscar — por Puedes contar conmigo; Kinsey, el científico del sexo y Savages— más cuatro premios Emmy y dos Globos de Oro, los más recientes por The Big C. Fue su último brillo televisivo antes de que esta oscuridad la absorbiera para sacar lo mejor de sí.

Después del adiós, cada uno emprenderá nuevos caminos y los fanáticos encontrará­n, seguro, una nueva historia a la que dedicarle sus mejores elogios. Pero el culto seguirá y todo indica que el tiempo pondrá a Ozark donde se merece: un sitial alto en el abundante palacio del streaming.

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Con “Ozark”, Bateman confirmó su potencial en la ficción dramática.
FIGURA. Con “Ozark”, Bateman confirmó su potencial en la ficción dramática.
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CONSAGRACI­ÓN. Con su personaje de Ruth Langmore, la actriz Julia Garner se consagró como una de las mejores actrices de su tiempo. Hoy brilla en Netflix.
 ?? ?? DUPLA. Jason Bateman y Laura Linney son los Byrde, Marty y Wendy, un matrimonio con el que nadie quiere meterse.
DUPLA. Jason Bateman y Laura Linney son los Byrde, Marty y Wendy, un matrimonio con el que nadie quiere meterse.

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