Boric enfrenta primeras protestas estudiantiles
Liceales reclaman mejoras en edificios y más profesores
Gabriel Boric, el presidente de Chile que saltó a la política luego de liderar masivas protestas estudiantiles, enfrenta ahora, un mes y medio después de asumir en el gobierno, las primeras manifestaciones sindicales que ponen a prueba sus promesas electorales.
Alumnos de los liceos de la capital Santiago protagonizaron ayer viernes una jornada de manifestaciones, ocupando varios centros de estudio, para exigir mejoras en la infraestructura y en la dotación de profesores.
Cuatro liceos de Santiago y del vecino barrio de Providencia, entre ellos el emblemático Instituto Nacional, donde comenzaron las manifestaciones sociales de octubre de 2019, fueron ocupados por estudiantes que denuncian graves daños en la infraestructura de los establecimientos y exigen reclutar más profesores.
Durante esta semana, un grupo de estudiantes quemó un autobús del transporte público capitalino y ya se acumulan varias jornadas de enfrentamientos con la Policía en las cercanías del Palacio presidencial de La Moneda.
Ayer viernes, un grupo de estudiantes marchó por la céntrica avenida Alameda, interrumpiendo parcialmente el tránsito de la principal arteria de la capital chilena.
“Las salas que estamos utilizando están en riesgo de derrumbe, tenemos techos que no están completos, luces que no funcionan, enchufes que por su estado ponen en riesgo al estudiantado”, afirma una declaración de los estudiantes.
Boric, que en 2011 encabezó masivas protestas estudiantiles que exigían educación pública y de calidad, hizo un llamado al diálogo.
“En este Gobierno, los estudiantes que quieran dialogar van a tener las puertas abiertas. Los que quieran quemar buses o utilizar medios violentos para defender sus reivindicaciones, tendrán que responder ante la ley como corresponde”, aseguró el pasado miércoles.
“Ustedes son protagonistas del proceso de transformación que estamos viviendo en Chile”, agregó ayer viernes.
Más tarde, el ministro de Educación, Marco Antonio Avila, anunció un paquete de ayuda para mejorar la infraestructura de los colegios públicos por 12 millones de dólares y otro similar para apoyar el denominado Programa de habilidades para la vida, destinado a mejorar la salud mental estudiantil, afectada tras dos años de cierre de los colegios debido a la pandemia.
“Nosotros sabemos la gravedad que tenemos en nuestro país en cuanto a infraestructura (escolar)”, afirmó de su lado la ministra vocera del gobierno, Camila Vallejo, que en 2011 acompañó a Boric en las protestas estudiantiles.
En la historia reciente de Chile, las grandes movilizaciones han estado precedidas de protestas estudiantiles, como las marchas por una mejor educación pública de 2011 o 2006 —conocida como la Revolución Pingüina—, o incluso, la crisis de 2019, que dejó una treintena de muertos y miles de heridos.
Esta semana el presidente Boric también hizo frente a una movilización de camioneros que bloquearon varias rutas.
“Siempre hemos dicho que vamos a hacer valer la ley. Cuando se cortan de manera coordinada rutas a lo largo y ancho de todo Chile, en donde se impide el paso de vehículos de emergencia, a enfermos y a la ciudadanía en general, el gobierno no puede ser impávido ni quedarse de brazos cruzados”, afirmó el miércoles.
“Yo como jefe de Estado no puedo permitir que se impida el libre tránsito a los habitantes de nuestro país”, agregó Boric, desde La Moneda.
También la de los camioneros fueron las primeras protestas bajo su gobierno que asumió el pasado 11 de marzo.
El paro de transportistas fue por un incremento de los ataques en la llamada “macrozona sur”, donde la semana pasada un conductor recibió un disparo en la cabeza y se encuentra en estado grave. ( Ver nota aparte en esta página)
“Sabemos que es un conflicto histórico que excede el momento actual, y la inaceptable violencia es consecuencia de un problema político e histórico no resuelto”, argumentó Boric desde la sede del Ejecutivo chileno.