Primavera 0 le devolvió el pogo y baile al Antel Arena
Era la fiesta musical que tanto se necesitaba. Esa que, cuando se suspendieron los espectáculos públicos en marzo de 2020, uno anhelaba recuperar lo antes posible y temía que se perdiera para siempre. Sin embargo, tuvieron que pasar más de dos años para que el pogo, el baile y la celebración sin restricciones sanitarias volviera al Antel Arena, el recinto cerrado más grande de Uruguay, de la mano del festival Primavera 0.
Es que los shows que brindaron el jueves Gorillaz, Nathy Peluso y Zeballos en el décimo aniversario del festival organizado por Gaucho fue un retorno a esa “vieja normalidad” que había quedado en suspenso. El aforo fue del 100 por ciento, no se requirió certificado de vacunación, los tapabocas dejaron de ser obligación —es más, apenas se vieron— y regresó el campo de pie.
Es por eso que a las 20:30, cuando Nathy Peluso salió a escena —luego del breve pero enérgico set del uruguayo Zeballos— para interpretar “Celebré” el rugido del público fue aún más significativo. La argentina llegó para demostrar por qué es una de las figuras más trascendentes de la nueva escena de la vecina orilla. Y lo hizo con una propuesta de gran despliegue. Moviéndose por todo el escenario, bailando con una energía eufórica y cantando casi que con furia a “Corashe”, “Sana Sana” y “Business Woman”, reimaginó su repertorio para ganarse al público, ese que vitoreó su nombre numerosas ocasiones.
Lo más llamativo de su presentación de una hora fue que interpretó sus canciones con la misma libertad con la que bailó. Moldeó, jugó y recreó la melodía de sus canciones, aprovechó al máximo el valor expresivo de los melismas y los matices, y hasta le dio espacio a que su banda presentara nuevos arreglos de temas como “Buenos Aires” y “Mafiosa”. El cierre, con su gran versión de “Vivir así es morir de amor”, dejó al público listo para lo que se venía.
Con un notorio recambio generacional en las últimas filas del campo, a las 22.00 le llegó el turno a Gorillaz. Y si Peluso concentró la mayor parte de la
El jueves, Gorillaz, Nathy Peluso y Zeballos llegaron al Antel Arena para celebrar el décimo aniversario del festival Primavera 0. Con el aforo al 100 por ciento y el retorno del campo de pie, lo que se vivió en recinto cerrado fue una fiesta en la que el baile y el pogo volvieron a ser protagonistas. energía de su presentación en sus vigorosos movimientos, la banda de Damon Albarn hizo del intercambio con el público su combustible.
Con las clásicas animaciones de Jamie Hewlett ocupando la pantalla gigante, el grupo ficticio celebró su regreso a Uruguay con un recital imborrable. Al igual que aquella noche de 2017 en el Velódromo Municipal, salieron a escena con “M1 A1” y, en cuestión de segundos, conquistaron a los espectadores. Apenas comenzó a tocar su guitarra eléctrica a un ritmo frenético, Albarn desató un pogo que se extendió durante buena parte del show de dos horas.
Para la segunda canción, “Last Living Souls”, ya había esbozado unas palabras en español y se había abalanzado sobre los espectadores para cantar junto a ellos: “¿Somos las últimas almas vivas?”.
Pero si hay que resumir la esencia del show en una apenas una canción, esa sería “Andromeda”. Las hipnóticas líneas de bajo y el pulso electrónico crearon el clima festivo para que Albarn bajara a bailar con al público. Es más, hasta levantó una camiseta de Peñarol que le tiraron desde las primeras filas. Agradecido por esa respuesta, más adelante devolvió el gesto al interpretar “The Tower Of Montevideo”, que compuso inspirándose en el Palacio Salvo y que incluyó en su nuevo disco solista.
Con la fotografía del Salvo de fondo y los flashes de celulares alumbrando todo el recinto, se sentó frente al piano y cantó con una sonrisa su melancólica balada sobre los cuartos abandonados del histórico edificio. Fue una postal memorable de esa noche tan necesaria para la música en vivo.