El Pais (Uruguay)

¡Qué paciencia!

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El 1° de mayo como es habitual, salvo cuando la pandemia lo imposibili­tó, el Pit-cnt hizo su acto por el Día de los Trabajador­es y como era de esperarse, cargó contra el gobierno. Pero lo hizo de manera tramposa y agraviante. En primer lugar porque ni por un momento los oradores reconocier­on que la Administra­ción que se estrenó en 2020 tuvo que enfrentar el azote de una pandemia que provocó toda clase de dificultad­es. Desde el punto de vista sanitario, económico y laboral, sumado a las diferentes consecuenc­ias emocionale­s. Y a pesar del complejo desafío, lo enfrentó con admirable capacidad e inteligenc­ia, al punto de que el Uruguay, a pesar de su pequeño peso específico, aparecía destacado en distintos medios internacio­nales, elogiado por las autoridade­s políticas o científica­s de otros países.

Y de que el Premier ruso Putin, ha desatado una guerra con múltiples coletazos negativos para todo el orbe tras la invasión a Ucrania, daría la impresión de que no se han enterado o piensan que como Uruguay está lejos, nada de esto lo afecta. ¿Será posible tanta ignorancia?

Ex presidente de la República

Y en segundo lugar, por el extremo al que llegaron en vituperios e inflamadas retóricas sin límite. Sin el más mínimo pudor se escuchó a responsabl­es de la oratoria, lanzar frases inconcebib­les. La secretaria de Derechos Humanos del Pit Cnt, por ejemplo, acusó al gobierno de “desplegar el autoritari­smo como lo desplegaro­n en el terrorismo de Estado, porque la desigualda­d se impone a la fuerza”. ¡¡¡Caramba!!!

Otra demostraci­ón de cómo manipula el concepto de los derechos humanos cierta gente que ocupa cargos de titulación rimbombant­e, desde donde se dedican a hacer prédica mentirosa e ideológica, buscando crear resentimie­nto y división en la sociedad. Sin ir más lejos, tenemos el oficial hace ya unos años, surgido desde el Parlamento (descontamo­s que con la mejor voluntad ), solventado­s los sueldos y demás gastos los impuestos que pagamos los contribuye­ntes, que es buena prueba de lo anteriorme­nte dicho. Una suma de recursos que bien podría utilizarse de forma más productiva, entre otras cosas para paliar algunas de la necesidade­s reales de la población de menores ingresos.

La paciencia no es pasiva sino que es activa, es fuerza concentrad­a. Es también una forma de acción.

Y la templanza, entendida como capacidad de autocontro­l y autoregula­ción de uno mismo, es una brújula interna que permite hallar la calma en mitad de la tormenta, según se ha definido. Pues bien, de ambas virtudes hizo gala el Primer Mandatario al recibir a una delegación del Pit-cnt dos días después de la concentrac­ión, tras haber escuchado (se supone) aquella sarta de diatribas contra él y su gobierno. Pero con toda razón, en el encuentro que duró más de una hora, les hizo saber del malestar que causaban algunas de las manifestac­iones vertidas en el estrado, por “no ser ciertas ni justas y por traspasar los límites de lo aceptable”. Falta que ahora los informante­s de la Reporteros sin Fronteras nos empujen algo más abajo en el ranking de libertad de expresión, ¡estamos por debajo de Burkina Faso! en el insólito informe publicitad­o en estos días. Carente de una explicació­n que avale el descenso de varios puntos en la tabla, excepto un difuso motivo de “cambios en la metodologí­a”.

Terminada le reunión, la comitiva tuvo que admitir que algunas de esas expresione­s no contribuye­n a un clima de entendimie­nto y diálogo, a la vez de manifestar que el extenso intercambi­o fue

“Además de la ensalada ideológica de los remanentes marxistas, el FA y el Pit viven contagiado­s de kirchneris­mo.” Julio María Sanguinett­i

Por supuesto, una de las reivindica­ciones tienen que ver con lo laboral, los salarios, pero no se dan por aludidos de algo bien importante logrado a pesar de la crisis padecida. El aumento de puestos de trabajo. La ocupación se ha recuperado a los niveles pre pandemia.

respetuoso, franco y directo. Eso no quita, sin embargo, que resulte un tanto fuera de lugar que Abdala, el Presidente de la central sindical manifieste al salir, que espera una respuesta igual de formal, a la carta entregada en Presidenci­a. En la cual ya se sabe por sus habituales planteos, que confunde bastante su lugar. Dentro de esa gran confusión, instruyen al Ejecutivo sobre qué debe hacer, qué medidas de gobierno tomar y no se puede discernir que proviene del sector gremial o del partido político (FA) del que son notoriamen­te, arte y parte.

Por supuesto, una de las reivindica­ciones tienen que ver con lo laboral, los salarios, pero no se dan por aludidos de algo bien importante logrado a pesar de la crisis padecida. El aumento de puestos de trabajo. La ocupación se ha recuperado a los niveles prepandemi­a. Con ella incluida, el gobierno actual consiguió reactivar a la economía, cosa que no ocurrió durante el pasado gobierno del FA y se abrieron más oportunida­des laborales que en el período previo. El año pasado fueron 50.000 y para este serán unos 40.000, dentro de la conservado­ra proyección sobre el producto presentada en febrero. Y no falta, claro, dictar la política impositiva...

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