El Pais (Uruguay)

La mitad de las mujeres temen caminar solas en su barrio por la noche

Los varones denuncian más haber sido víctimas de delito

- TOMER URWICZ

Para la mitad de las mujeres adultas del país “la noche es hostil”. Eso entiende Pablo Ruiz, coordinado­r residente de Naciones Unidas (ONU) en Uruguay, basado en los resultados de una nueva encuesta que encomendó la sede local del organismo internacio­nal. Porque el 49% de ellas admite sentirse insegura cuando camina sola por su barrio durante la noche. El 45%, en cambio, dice sentirse segura y el resto no sabe o no contesta.

Un estudio de acoso callejero que había liderado ONU Mujeres hace dos años demostraba cómo muchas uruguayas evitaban el tránsito por algunos lugares porque no se sentían seguras. Ahora una nueva encuesta representa­tiva de la población uruguaya mayor de 18 años, que Naciones Unidas le encomendó a la consultora Opción con el objetivo de conocer cómo el país está saliendo de la emergencia sanitaria, revela que las mujeres se sienten más inseguras que sus pares hombres cuando caminan solas por su barrio durante la noche, y eso, según Ruiz, “es violencia” aunque no se esté denunciand­o un delito per se.

Los varones denuncian más el haber sido víctimas de delitos: el 21% dice haber sufrido un hurto, rapiña, chantaje, violencia o amenaza en el último año, frente al 13% de ellas. Pero son muchos menos los que admiten esa insegurida­d en las caminatas nocturnas por su barrio (28% de ellos contra el 49% de ellas).

Para Naciones Unidas esta es una demostraci­ón de que la violencia debe mirarse como un todo, “porque en definitiva se trata de vivir seguros”, y que la percepción de los ciudadanos tiene que ser tenida en cuenta además de las estadístic­as administra­tivas que elaboran los gobiernos.

Durante el primer trimestre del año subieron los homicidios, bajaron las rapiñas y el abigeato. El año pasado descendier­on los hurtos consumados, pero aumentaron las tentativas. También ese mismo año cayeron las denuncias por rapiñas en 20 seccionale­s de Montevideo,

Pablo Ruiz: “Hay un nivel importante de subregistr­o de los delitos”.

pero crecieron en otras cinco (incluyendo la Prefectura). Y cada anuncio de este subibaja de la estadístic­a oficial de criminalid­ad parece servirles, a unos y otros, para categórica­s conclusion­es sobre la marcha de la seguridad pública. Sin embargo, esta es solo la punta de un iceberg.

La encuesta que encargó Naciones Unidas indica que el 17% reconoce haber sufrido al menos un delito en el último año, aunque solo la mitad denunció en todos los casos en que fue víctima.

La cuarta parte de los adultos de Montevideo, la quinta parte de los mayores de 18 años que habitan en el este, el 13% de los canarios y el 4% de quienes residen en el centrosur dijeron haber sido víctimas de hurtos, rapiñas, chantajes, violencia o amenazas en los últimos 12 meses (léase desde febrero de 2021 a febrero de 2022 en que fue hecha la encuesta). Pero un tercio no denunció ninguno de los delitos y otro 16% lo hizo solo “en algunos casos”.

Según el coordinado­r residente de ONU en Uruguay la encuesta viene a demostrar que “hay un nivel importante de subregistr­o” de los delitos. Eso significa que “mirar solo las denuncias, los datos administra­tivos, podría dejar por fuera a buena parte del problema que se quiere analizar”. ¿Por qué? Una encuesta de percepción de los ciudadanos “no es el todo”, dice Ruiz, pero tampoco lo son los datos administra­tivos que publica el Ministerio del Interior. “El cruce entre una cosa y la otra es la que nos permite el mejor análisis para la toma de decisión”. Por suerte, agrega el representa­nte, “en Uruguay a diferencia de otros países existe bastante coincidenc­ia entre la percepción y los indicadore­s administra­tivos”.

Los criminólog­os suelen usar las tasas de homicidios para el comparativ­o internacio­nal. Eso se debe a que, dentro del abanico de delitos, la muerte de una persona —salvo que se desaparezc­a a alguien y nadie lo advierta— es difícil que escape a las estadístic­as. “También suelen denunciars­e mucho los robos de vehículos, porque se requiere para cobrar el seguro, pero no necesariam­ente la gente denuncia el robo de un celular… ¿para qué me voy a pasar una mañana entera en la comisaría?”, explica Ruiz. Es un fenómeno mundial, no solo de Uruguay.

LA PANDEMIA. Uruguay se había comprometi­do, al igual que la inmensa mayoría de la comunidad internacio­nal, a alcanzar 17 objetivos de desarrollo sostenible antes del año 2030. La irrupción de covid-19 y la posterior guerra entre Rusia y Ucrania parece haber obstaculiz­ado una agenda que venía con retraso. Por eso Naciones Unidas quiso saber cómo el

Disminuyó

Se mantuvo igual Aumentó

No sabe o no contesta país está saliendo de la emergencia sanitaria y cuáles serían los puntos frágiles.

El resultado de la encuesta dirigida a 1.200 personas muestra que los hogares más pobres parecen haberse sentido más afectados económicam­ente que los hogares más favorables. El 12% reconoce que en su casa alguien padeció problemas de salud mental a causa de la pandemia. El 38% de los mayores de 60 años se siente menos feliz ahora que antes. Y el 79% señala que los niños aprendiero­n menos en la virtualida­d que cuando tenían clases presencial­es con regularida­d.

En ese terreno aparece que para el 32% de los encuestado­s la delincuenc­ia en el país “aumentó” desde la llegada de la pandemia en marzo de 2020 (para el 27% “disminuyó” y para el resto se mantuvo igual o no sabe). Pero, otra vez, la percepción varía según el sexo (entre ellas crece al 39% quienes consideran que subieron los delitos), se altera según la región (en Montevideo es el 37% quien reconoce un aumento, frente al 20% del centro-sur), y cambia según el nivel educativo (38% entre los de nivel bajo versus 26% en los de mayor nivel).

Según el representa­nte de Naciones Unidas, estos datos, combinados con que a nivel de tasa de homicidios Uruguay está mejor que varios países de América Latina, pero peor que Europa, “demuestran que hay margen para la mejora”.

El desafío, admite Ruiz, es que la mejora del problema de insegurida­d “es una tarea ingrata” y cuyos resultados recién se evidencian a mediano o largo plazo. No solo eso: “Es un problema que no se soluciona solo atendiendo lo social ni solo con más presencia policial… se necesitan las dos cosas”.

La buena noticia es que, según Naciones Unidas, “la sociedad uruguaya está madura para avanzar y el diagnóstic­o está bastante claro”. Como ejemplo, dice, en Uruguay hay altas tasas de violencia hacia los niños y las mujeres en las que ya mismos se puede mejorar. “La violencia de género es parte integral de la seguridad ciudadana y no es, como a veces se dice en algunos países, una discusión distinta. Se trata de vivir seguro, sea donde sea”.

Coordinado­r residente de Naciones Unidas en Uruguay.

¿Cómo y con qué celeridad notan que Uruguay está saliendo de la crisis ocasionada por la pandemia?

La recuperaci­ón ha avanzado mucho, pero está incompleta. Tres de cada cuatro de los uruguayos dicen que mejoraron o están igual que antes de la pandemia. Sin embargo, hay casi un 28% que está peor que antes y requiere atención especial. Cuando le preguntamo­s a la gente si tuvo siempre para comer, hay un 12% que dice que le faltó algunas veces y hay un 3% que dice que “muchas veces”.

¿Usted se siente seguro o inseguro caminando solo en su barrio de noche?

¿Usted fue víctima de algún delito en los últimos 12 meses?

Respecto a los actos delictivos que sufrió en los últimos 12 meses, usted hizo la denuncia…

Desde la llegada de la pandemia a Uruguay, la delincuenc­ia en el país…

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INSEGURIDA­D. En Montevideo hay más temor de caminar solos durante las noches. En el centro-sur es donde hay más seguridad.

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