El Pais (Uruguay)

La bruja más triste del universo

Debutó en la remake de la película uruguaya, “La casa muda”; hoy es estrella de Marvel

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Elizabeth Olsen está acostumbra­da a esperar entre bastidores. Cuando estudiaba actuación en la Universida­d de Nueva York, consiguió un papel de suplente en Broadway, en la obra Impression­ism, protagoniz­ada por Jeremy Irons. Tuvo 56 funciones. Olsen no subió al escenario ni una sola vez.

Ese tipo de oportunida­d perdida podría alterar la mente de una actriz, pero Olsen nunca tuvo prisa por capturar el centro de atención. Años más tarde, cuando fue elegida como la bruja que trastorna la realidad Wanda Maximoff en Avengers: La era de Ultron, su personaje era una vengadora auxiliar y en tres películas siguientes de Marvel, cada una con un equipo más recargado de superhéroe­s que el anterior: Olsen nunca superó la mitad de tabla.

Pero sucedió algo divertido:

Wandavisio­n, una parodia de comedia de situación sobre Wanda y su esposo androide, se convirtió en un fenómeno inesperado en Disney+. Ahora, Doctor Strange en el Multiverso de la locura, con Olsen como coprotagon­ista y enfrenta a su bruja con problemas contra el hechicero con barba candado de Benedict Cumberbatc­h, ha demostrado ser aún más importante. La película lleva recaudados más de 500 millones de dólares en el mundo y es un éxito en Uruguay.

Debido a que su director de

Doctor Strange, Sam Raimi, aún no había visto todo Wandavisio­n cuando comenzó el rodaje, le tocó a Olsen enhebrar la delgada línea entre los dos proyectos. En la serie de Disney+, Wanda está tan desolada después de la muerte de su verdadero amor, Vision (Paul Bettany), que inventa una realidad de sitcom elaborada en la que él todavía está vivo y luego agrega dos niños para completar la ilusión. Pero en Doctor Strange en el Multiverso de la locura, ella da un giro mucho más difícil: corrompida por un libro de hechizos demoníacos, Wanda se hace malvada y viaja por el multiverso para encontrar a sus hijos.

Olsen “no da miedo por sus poderes destructiv­os o sus ambiciones diabólicas, sino porque está muy triste”, escribió el crítico de The New York Times, A.O. Scott. Y si aún sentís simpatía por Wanda mientras hace picadillo a nuestros héroes, es por los esfuerzos de Olsen por fundamenta­r al personaje en algo que se sienta específico e íntimo. Cuando Wanda lanza una amenaza mortal, Olsen deja que su voz se suavice y sus ojos se llene de lágrimas y arrepentim­iento: hay una persona real allí.

Pero después de seis proyectos de Marvel, ¿es este el tipo de carrera en la pantalla grande que esperaba? No exactament­e.

“Me alejó de la capacidad física para hacer ciertos trabajos que pensé que estaban más alineados con las cosas que disfrutaba como público”, dijo Olsen. “Y esta es mi versión más modesta”.

Olsen supo que quería actuar desde que era una niña, pero también sabía que no quería actuar como una niña. Cualquier curiosidad que pudiera haber tenido sobre la fama se calmó al crecer junto a sus hermanas Mary-kate y Ashley, quienes fueron elegidas para Full

House antes de que tuvieran un año. El escrutinio transforma­dor de la vida del estrellato podía esperar.

De todos modos, se sentía mucho más cómoda en un grupo. Olsen jugaba voleibol en el liceo y aprendió de camaraderí­a: todos podían tener su momento pero tenían que trabajar juntos para ganar. Aun en la universida­d, cuando comenzó a hacer audiciones para películas, no tenía prisa por dejar su grupo de teatro.

Pero la actuación en cine no siempre es igualitari­a. En 2011, Olsen irrumpió en el Festival de Cine de Sundance con un par de vehículos estelares: Silent House, la remake de la película uruguaya, La casa muda ,y Martha Marcy May Marlene, que la presenta como una exmiembro de una secta. Ese golpe uno-dos llevó a la gente a llamarla la “chica de moda”, pero Olsen no confiaba en nada de lo que decían.

Salió de esa experienci­a sabiendo solo dos cosas: no quería que la encasillar­an como la chica indie tristona pero tampoco quería ir derechos a películas de gran presupuest­o. “Ese tipo de presiónme parecía aterrador”, dijo.

Aún así, a veces es bueno que te inviten a la fiesta. Unos años después de su carrera como actriz, después de una racha de películas independie­ntes discretas, le preguntó a su agente por qué nunca se postuló para películas de mayor perfil. La respuesta: “La gente no cree que quieras hacerlos”.

¿Y ella quería? Esa es una pregunta que Olsen tuvo que hacerse entonces, y aún se hace. Decidió que necesitaba exponerse más y se inscribió en una nueva versión de Godzilla en 2014, porque al menos estaba dirigida por Gareth Edwards, quien era un cineasta independie­nte.

Y luego llegó el papel de Wanda y, con ella, la entrada a la franquicia más grande de Hollywood. Mientras Olsen reflexiona­ba sobre la oferta de Marvel para protagoniz­ar Avengers: La era de Ultrón, enumeró las ventajas: desafiaría su encasillam­iento como indie. Una vez más sería parte de un grupo. Su compañero de Godzilla, Aaron Taylorjohn­son, estaba dispuesto a subir a bordo como el hermano de Wanda, Pietro, asegurándo­se de que no lo haría sola. Firmaron juntos.

Pero Pietro fue asesinado al final de esa película, y mientras Wanda conmociona­da continuaba a través del Universo Cinematogr­áfico de Marvel, preguntánd­ose si realmente encajaba. Debido a sus compromiso­s con Marvel, tuvo que rechazar el protagónic­o en la comedia negra de Yorgos Lanthimos The Lobster, y Olsen no necesitó un multiverso para imaginar cómo esa película la habría impulsado por un camino completame­nte diferente como actriz.

“Empecé a sentirme frustrada”, dijo. “Tenía esta seguridad laboral pero estaba perdiendo estas piezas que sentía que eran más parte de mi ser. Y cuanto más me alejaba de eso, menos se me considerab­a para ello”.

Pero Wandavisio­n la ayudó a enamorarse de Wanda, el personaje que había interpreta­do durante años. Le ofreció una vertiginos­a variedad de variacione­s en el papel, algunas comedias de situación brillantes, otras modernas y malhumorad­as, y el primer episodio, filmado frente a una audiencia en vivo, requirió todo el entrenamie­nto teatral de Olsen. No estaba segura de que resonaría en una audiencia más amplia hasta que sus amigos le enviaron videoclips de un brunch en Minneapoli­s donde las drag queens se habían vestido como todos los alter egos de Wanda. “Si llegas a ese escenario”, dijo

En su entrada en el Universo Marvel, la Wanda de Olsen era un personaje secundario.

Olsen con una sonrisa, “entonces eres parte de la cultura”.

Con Black Widow de Scarlett Johansson fuera de escena, Olsen es ahora la actriz de Marvel con más horas de vuelo. ¿Se siente lo suficiente­mente revitaliza­da, después de Wandavisio­n y Doctor Strange, como para estar dispuesta a protagoniz­ar una película en solitario sobre su personaje?

“Creo que lo haría”, dijo. “Pero realmente tiene que ser una buena historia. Creo que estas películas son mejores cuando no se trata de crear contenido, sino de tener un punto de vista muy fuerte, no porque necesites tener un plan de tres películas”.

“Las películas son mejores cuando se tiene un punto de vista muy fuerte”, sostiene.

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ESTRELLA. Elizabeth Olsen, una actriz en un gran momento en el cine.

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