Un disco pionero que ahora vuelve a la vida en vinilo
Se reeditó “Ni un minuto más de dolor”, de Travesía
■ El cantante argentino Rodrigo Tapari inicia el miércoles 18 su gira por nuestro país. La primera parada será en el teatro Florencio Sánchez de Paysandú y seguirá el jueves 19 en el Teatro 28 de Febrero de la ciudad de Mercedes. Entradas por Tickantel a 660 pesos.
■ El próximo viernes 19 de mayo en la Sala Vaz Ferreira se estrena drama escrito por Alberto Paredes y considerado uno de los clásicos de la dramaturgia uruguaya. La dirige Jorge Bolani y protagoniza Andrea Rodríguez Mendoza. Entradas a la venta por Tickantel a 400 pesos.
Teatro II. Bolani dirige obra de Paredes
Solo tienen un disco, pero su legado es ineludible para todos los interesados en la historia de la música popular uruguaya. Es que Ni un minuto más de dolor, de Travesía, es el primer álbum interpretado y arreglado únicamente por mujeres. Sin embargo, estuvo fuera de catálogo durante más de dos décadas. “Era un disco muerto”, le comenta a El País Estela Magnone, que formó el trío junto a Mariana Ingold y Mayra Hugo. “Pero que se reedite ahora es una especie de reivindicación”.
Hasta hace poco más de un mes, la única forma de acceder a ese álbum de 1983 era a través de una digitalización casera publicada en Youtube o en cassettes y vinilos que aparecen cada tanto en la feria de Tristán Narvaja. Sin embargo, en marzo las cosas cambiaron cuando el sello Little Butterfly Records — que ya había rescatado a una de sus canciones para la recopilación América Invertida— lo reeditó en vinilo junto a fotos de la época y una reseña a cargo del periodista Andrés Torrón. “A las tres nos sorprende la nueva vida que está teniendo el disco”, revela Magnone.
Existen varios puntos de referencia de Travesía en discos clásicos de los ochenta. Ellas son, por ejemplo, las de las voces angelicales que protagonizan el final de “Quince abriles”, de Jaime Roos; las que dialogan con el fraseo ancestral de
Eduardo Mateo en “Un canto para Iemanjá”; y las que construyen el clima hipnótico de “Un son”, de Jorge Galemire. Además, Ni un minuto más de dolor incluye las primeras versiones de “Andenes” y “Carbón y sal”, que luego serían versionadas por varios artistas.
“Éramos una cosa rara, porque hasta ese momento no existía un conjunto de tres mujeres que se autoabastecieran, tocaran todos los instrumentos e hicieran los arreglos. Además, como veníamos de coros, no desafinábamos en el estudio, trabajábamos rápido y hacíamos muchos arreglos de voces”, explica sobre su aporte en discos de otros músicos.
El trío empezó a presentarse en vivo en 1981. Su repertorio, que entrelazaba influencias de la música culta, la música uruguaya y brasileña —su nombre viene de “Travessia”, de Milton Nascimento— y The Beatles, llamó la atención enseguida.
El punto de inflexión les llegó al año siguiente, cuando grabaron “Quince abriles” con Roos. “Él era re hincha de Travesía e hizo la gestión para que hagamos un disco para Ayuí”, recuerda Magnone. “Nos dieron muy pocas horas de grabación, pero no importó porque estábamos recontra ensayadas”.
El álbum incluye composiciones de leyendas como Eduardo Darnauchans, Fernando Cabrera, Jorge Galemire, Jaime Roos y de la propia Estela. “Nosotras teníamos algo muy particular, que era la cosa compartida; no importaba de quién era la canción o los arreglos, el punto era hacerla sonar como queríamos”, explica.
A casi 40 años de su publicación, la clave de la atemporalidad de Ni un minuto más de dolor está en su abordaje acústico y en los cálidos arreglos vocales del trío. “Lo grabamos de esa manera porque así es como nos presentábamos en vivo. Y eso hace que el disco no perdiera vigencia; es una cosa que podría ser de ahora”, asegura.
Travesía se separó en 1984 luego de un cambio en su formación —Flavia Ripa entró al grupo para reemplazar a Mayra Hugo—, pero se volvió un faro para artistas locales. “Esta reedición tiene el plus de la reivindicación de la mujer, aunque en ese momento no lo veíamos de esa manera”, advierte Magnone. “Pero nos han llegado pila de comentarios de artistas jóvenes que lo toman como punto de partida para el trabajo de la mujer en la música uruguaya”.
Por eso, el regreso de Ni un minuto más de dolor al vinilo tiene un sabor todavía más especial: es la celebración y la revalorización de un proyecto que hizo historia.
Fue el primer grupo de la música popular uruguaya en estar a cargo de mujeres.