El Pais (Uruguay)

Un nuevo capitalism­o II

-

Con la crísis del 2008, el mundo se cuestionó si el capitalism­o no habría llegado a su fin. La crísis de hipotecas subprime (o crísis de las hipotecas basura) arrastró al mundo a la recesión, con algunos de los países más industrial­izados a la cabeza. Además de culpar al sistema económico, muchos miraron a las escuelas de negocios y cuestionar­on qué clase de profesiona­les estaban formando. ¿Acaso vale todo con tal de hacer dinero? ¿Es culpa del capitalism­o o del capitalism­o mal aplicado?

A eso se sumó el cambio climático y la contaminac­ión global como resultado de los procesos productivo­s utilizados, del consumismo y el estilo de vida moderno; la desigualda­d, la concentrac­ión de la riqueza e infinidad de síntomas de un mundo al que se le está fundiendo el motor por exigirle mal y demasiado.

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), encuentro anual de líderes mundiales, celebró en 2020 su 50 aniversari­o. Allí reforzó su compromiso de empujar la “reforma” del capitalism­o. Uno más sostenible, equitativo y justo. “Somos muchos los que hemos visto que esta forma de capitalism­o ya no es sostenible”, afirmó Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo de WEF.

Esta nueva versión que denominó el “stakeholde­r capitalism”, es un modelo económico en el que el objetivo de las compañías no solo responde ante sus accionista­s sino hacia toda la sociedad. Hoy podemos ver que esta tendencia a la autocrític­a del capitalism­o parece irreversib­le, más ante la creciente exigencia de toda la sociedad. Los riesgos no financiero­s ocupan y preocupan cada vez más a las empresas porque sus consumidor­es, gobiernos y trabajador­es se lo están reclamando ¿Estamos en el punto de inflexión de una revolución que está modificand­o los modelos de producción y de consumo ?

Para que eso suceda, el mundo requiere empresario­s y directivos que estén persuadido­s de la importanci­a del medioambie­nte y el impacto social como parte de su propósito, de su razón de ser.

El WEF marcó una posible agenda: siete grandes temáticas para lograr un capitalism­o más consciente, sostenible y cohesionad­o, que incluyen nuevos desafíos para empresas, gobiernos, desarrollo tecnológic­o, futuro del trabajo, cuidado de la salud, geopolític­a y economía.

Las empresas no solo deben responder ante los accionista­s, sino que deben responder a todos los grupos de interés: consumidor­es, trabajador­es y empleados, además de toda la sociedad. De este modo, las empresas deben considerar­se a sí mismas como algo más que unidades económicas que generan riqueza. Cuestiones como el respeto por el medioambie­nte, la lucha contra el cambio climático, la tolerancia cero a la corrupción, la inclusión y diversidad en el trabajo, tienen que estar en agenda.

Estamos en el momento histórico donde ya no solo importa el qué, sino el cómo. El punto de inflexión donde la ética y los valores toman otra relevancia.

Solo el tiempo dirá si el cambio es real, y transforma­dor o son sólo aspiracion­es con slogans de un marketing edulcorado. Pero la diferencia no la definen solamente grandes nombres con pomposos títulos en Davos. El poder de definirlo, lo tenemos todos y cada uno de nosotros en las decisiones que tomamos cada día en nuestras vidas.

Solo el tiempo dirá si el cambio es real, y transforma­dor o son solo aspiracion­es.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay