EE.UU. afloja sus sanciones a los regímenes de Venezuela y Cuba
Levantó parcialmente el embargo petrolero a Maduro y retomó vuelos y remesas a la isla
Desde que Donald Trump dejó la Casa Blanca en enero de 2021, se especuló mucho si el demócrata Joe Biden mantendría hacia los regímenes de Cuba y Venezuela la política de mano dura del republicano. Esta semana Biden terminó con esas especulaciones, al anunciar el levantamiento de algunas de las sanciones que Estados Unidos había impuesto a esos dos países.
En concreto, Estados Unidos anunció ayer martes un alivio limitado de las sanciones contra Venezuela, entre ellas una vinculada a la petrolera Chevron, que presentó como un gesto para promover una inminente reanudación del diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición apoyada por Washington.
La administración Biden informó de estas medidas con relación a Venezuela al día siguiente del levantamiento de una serie de restricciones a Cuba.
Y aunque los funcionarios estadounidenses hablen de “coincidencias”, la aproximación de la IX Cumbre de las Américas, de la que Biden será anfitrión en junio en Los Ángeles, puede tener algo que ver.
La Casa Blanca no comunicó aún la lista de invitados, pero el jefe de la diplomacia para las Américas, Brian Nichols, afirmó a principios de mes que no espera que Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Con relación a Venezuela, un alto funcionario estadounidense dijo a periodistas que la decisión está “vinculada a un acuerdo entre ambas partes para reanudar las negociaciones” en México para encontrar una solución a la crisis política venezolana, “que deberían anunciar muy pronto”.
Precisó que la administración Biden había tomado estas medidas “a pedido del gobierno interino” venezolano encabezado por el opositor Juan Guaidó, que Estados Unidos reconoce como presidente legítimo de Venezuela luego de que Maduro asumiera un segundo mandato en 2019.
El régimen de Maduro, reelegido hasta 2025 en comicios denunciados como fraudulentos por varios países, y la Plataforma Unitaria de Venezuela, que agrupa a la oposición, iniciaron a mediados de agosto conversaciones en México con miras a superar una aguda crisis política, económica y humanitaria.
Sin embargo, estas conversaciones están estancadas desde octubre, cuando Maduro las suspendió en rechazo a la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, acusado de ser su testaferro.
Pero una sorpresiva visita de emisarios de la administración Biden a Caracas en marzo llevó a la liberación de dos estadounidenses detenidos desde hacía años en Venezuela y la promesa de reanudar el diálogo con la oposición.
El “alivio de sanciones” a Venezuela anunciado ayer martes se refiere sobre todo a una “licencia limitada” otorgada al grupo petrolero estadounidense Chevron en el contexto del embargo al crudo venezolano, impuesto en 2019 con la esperanza de sacar del poder a Maduro.
La exención “autoriza a Chevron a negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela” pero “no permite cerrar ningún nuevo acuerdo con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA”, explicó el alto responsable estadounidense bajo condición de anonimato.
El Departamento del Tesoro estadounidense tiene previsto revelar “otra medida” más adelante, añadió. Según reportes de prensa, Estados Unidos eliminaría de su lista de personas sancionadas a Carlos Erik Malpica Flores, un sobrino de la primera dama de Venezuela y exfuncionario de alto rango de PDVSA.
“Ninguno de estos alivios de presión conduciría a un aumento de ingresos para el régimen”, aseguró el alto funcionario de Biden.
E insistió: “Nuestro enfoque ha sido apoyar al gobierno interino y a la Plataforma Unitaria para lograr que el régimen tome medidas para lograr elecciones libres y justas, a través de negociaciones”.
“Obama estaba preparado para ir más. Obama habló de levantar el embargo a Cuba, algo que Biden nunca ha respaldado”.
CUBA. Con respecto a Cuba, el presidente Biden ha dado los primeros pasos en la apertura que prometió durante su campaña electoral, pero por ahora no parece dispuesto a impulsar un deshielo a nivel diplomático como en el gobierno de Barack Obama.
Las medidas anunciadas por la Casa Blanca para Cuba —que incluyen la eliminación de los límites a las remesas— son el resultado de una larga revisión de la política hacia la isla que duró más de un año, y responden a dos factores principales, según expertos.
El primero es la creciente llegada de migrantes cubanos indocumentados a la frontera sur de Estados Unidos, una crisis que el analista William Leogrande compara con el éxodo de Mariel de 1980 y el de los balseros en 1994.
Mark Feierstein, ex asesor de Obama en temas latinoamericanos
Marco Rubio, senador republicano
“El segundo es el daño que estaba haciendo la política de línea dura hacia Cuba a la relación de Estados Unidos con el resto de Latinoamérica” previo a la cumbre de junio en Los Ángeles, dijo a EFE Leogrande, experto en Cuba en la American University
En concreto, Biden anunció que levantará una serie de restricciones a Cuba impuestas durante la era Trump, facilitando procedimientos de inmigración, transferencias de dinero y vuelos a la isla.
El anuncio de Washington surge de la revisión de la política hacia La Habana prometida por Biden al llegar a la Casa Blanca en enero de 2021, pero que comenzó a tomar forma tras las históricas protestas que sacudieron a Cuba en julio pasado.
El gobierno de Biden restablecerá el programa CFRP, suspendido desde 2017 y que permite a ciudadanos y residentes estadounidenses reunirse en Estados Unidos con sus familiares cubanos a través de canales regulares de migración.
También indicó que aumentará la capacidad de procesamiento de solicitudes de visa en La Habana, mientras sigue haciendo la mayoría de estos trámites migratorios en Guyana.
Biden prevé asimismo eliminar el límite de remesas familiares de 1.000 dólares por trimestre para el par emisor-receptor, y autorizar las remesas no familiares para apoyar “a los empresarios cubanos independientes”. (AFP, EFE)
“No podemos seguir permitiendo que los simpatizantes marxistas de la administración Biden dirijan la política exterior de Estados Unidos”.