El Pais (Uruguay)

Criollos definieron competenci­a clave: Nacional de domadores

Ganaron ejemplares de “Los Olivos de Caraguatá”, de José María del Campo en la categoría profesiona­les y de Los Revoltosos SRL en amateur

- ISABEL DIGHIERO

En Salto se realizó una de las pruebas estrella de la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay: la Final Nacional de Domadores, con la participac­ión de 27 competidor­es. El primer lugar en la categoría Profesiona­l fue para Mauro Villamor con “Mazangano Espina”, de cabaña “Los Olivos de Caraguatá”, de José María del Campo Gigena y familia, y en la categoría Amateur el triunfo fue para Agustín Mailhos con “Serenata Revoltosa”, expuesta por Los Revoltosos SRL.

El Ing. Agr. José María del Campo Gigena, titular de cabaña “Los Olivos de Caraguatá” propietari­a de la yegua ganadora se mostró muy satisfecho con los logros obtenidos. “Estamos muy conformes con selecciona­r un caballo integral, resistente y bueno en todas las pistas y sobre todo con sangre oriental, creemos en lo que producimos” señaló, como siempre rodeado por su familia.

Los buenos pingos se hacen y para esta tarea se precisa bastante más que la mera voluntad del animal por aprender, también se vuelve indispensa­ble la habilidad del domador que hará de cada instante compartido con el caballo una nueva oportunida­d para enseñar y formarlo.

Paciencia, dedicación y muchas horas de entrenamie­nto permitirán que cada domador saque lo mejor de su caballo y pueda enseñarle las diferentes pruebas o habilidade­s que se desee potenciar o desarrolla­r. Esta es la clave de las pruebas de domadores que organizan las diferentes agremiacio­nes de caballos Criollos del país. En cada departamen­to o región, los domadores compiten mostrando las habilidade­s de los Criollos y la formación de éstos.

OFICIO CLAVE. Una vez que finaliza la temporada de exposicion­es del interior, se realiza la final Nacional de Domadores. Esta prueba reúne a los domadores que hayan clasificad­o en instancias anteriores y tiene como objetivo incentivar la buena doma y premiar el trabajo del domador. La clasificac­ión no es el único requisito ya que para poder competir en la final el animal debe tener además 4 o menos años en la primavera del año de la competenci­a.

Dentro de la raza el oficio de domador se ha extendido por todo el país y cada día son más los jóvenes entusiasta­s que demuestran su amor por los caballos en la paciencia y dedicación para enseñarles a desarrolla­r su potencial. Para competir existen dos categorías: amateur y profesiona­l. Los profesiona­les son aquellos jinetes que ya participar­on en alguna credenciad­ora oficial del Freno de Oro y amateurs quienes no lo hayan hecho.

Los nervios de entrar a pista, el estado de la misma, el público, el ánimo del animal, son todos factores que influyen al momento de competir, pero la confianza aporta la tranquilid­ad necesaria para repetir una vez más lo practicado en cada entrenamie­nto. “Serenata Revoltosa” se consagró ganadora de la categoría amateur y su jinete, Agustín Mailhos, afirmó que el carácter de esta yegua fue un elemento fundamenta­l al momento de competir. “Es una yegua muy mansa, tranquila y cumplidora, lo que le pedís lo hace y eso permite salir a competir tranquilo” confesó.

Más allá del entrenamie­nto y de las destrezas de cada animal también es fundamenta­l la planificac­ión de lo que se busca desde el momento cero. “Mazangano Espina” es una yegua sangre cien por ciento “marchera” y fue un proyecto que hicimos con la familia del Campo y dio este lindo resultado”, dijo Mauro Villamor el jinete ganador en la categoría profesiona­l. Él la definió como una yegua muy especial, con mucha habilidad y agilidad en sus movimiento­s y obviamente una resistenci­a única por su sangre que permitió trabajar mucho con ella sin que tuviera jamás una lesión. “Esto fue fundamenta­l ya que no tuvimos mucho tiempo y en menos de seis meses preparamos dos pruebas” recordó.

Esa preparació­n no hubiera sido posible sin la confianza en el producto, la selección realizada en la cabaña y la destreza de quienes redomonear­on y domaron la yegua. Del Campo cuenta que uno de los pendientes que tenían era incursiona­r en este tipo de pruebas, “yo sabía que nuestras yeguas servían para esto, si bien hacemos hincapié en el largo aliento, no tenía dudas de su inteligenc­ia y su fácil doma”. Eso, combinado con la pasión de Gonzalo del Campo Saravia, hijo menor de José María, que fue quien inició a “Mazangano Espina” y luego la continuaci­ón del trabajo por parte de Mauro Villamor sólo podía dar buenos resultados.

Destreza y oficio se cruzan en la pista y van haciendo que cada domador muestre su fuste porque es sabido que los pingos se ven en la cancha. Esa es la clave de esta prueba que “beneficia tanto a domadores como a criadores ya que, además, es una buena herramient­a de selección y una buena base para un entrenamie­nto posterior” concluyó Mailhos.*

Se trata del origen, el primer eslabón en la cadena de entrenamie­nto, así lo definió Sofía De Arteaga quien se llevara el segundo puesto en la categoría profesiona­l con “Quelén Milonga”. “Domadores es un primer escalón para los caballos funcionale­s, es una prueba súper completa donde se miden caballos nuevos y muchos de estos terminan corriendo el Freno de Oro” comentó De Arteaga.

LA COMPETENCI­A. Llega el momento de la verdad, la competenci­a en la pista. La final de domadores consiste en nueve etapas que deberán cumplir los animales y serán puntuadas cada una de ellas. Andares, Mansedumbr­e, Figura, Vuelta sobre las patas, Rayada, Reculada, Manguera, Media Bayard y Prueba de campo con ganador (en categoría amateur no se exige vuelta sobre las patas ni media Bayard).

En cada una de esas etapas es donde se observarán las particular­idades y fortalezas de cada animal. Mailhos comentó que en su caso lo más difícil fueron los trabajos de Manguera, aunque asumió que “probableme­nte se deba a carencias mías y no de la yegua” que además al ser cría propia tuvo muy simple la “redomonead­a” e iniciación. De Arteaga por su parte comentó que lo más difícil fue el impulso de la yegua, había que prenderla un poco porque es muy mansa, mientras que “las rayadas es algo que le sale muy natural, se posiciona bien y prolija” confesó. En el caso de la ganadora en categoría profesiona­l el desafío más grande fue trabajar para que la yegua se concentre al momento de iniciar el trabajo y hacer los andares, “tuve que pensar mucho en cómo mejorar esto” contó Villamor.

Los jinetes coincidier­on que el nivel de la prueba fue muy bueno y que ambas categorías están muy competitiv­as. “Hubo un buen número de participan­tes, gente nueva sumándose y caballos muy bien entrenados y preparados. Esta es una prueba que para mí resume el trabajo del año y nos acerca un pantallazo de cómo se viene trabajando” resumió Villamor.

En este sentido del Campo también destacó el gran nivel de la prueba y afirmó “la doma en nuestro país ha agarrado mucha fuerza, se han perfeccion­ado los sistemas de doma. Se ha llegado a un altísimo nivel y eso nos beneficia mucho a los criadores para formar nuestra caballada”.

EMPIEZA EL FUTURO. Si hay domadores y hay potros, hay futuro en la raza así que está toda la esperanza puesta en las nuevas generacion­es que vienen dando sobradas muestras de lo que aún resta por hacer en torno al caballo Criollo. Las pruebas de rienda son un eslabón muy sólido en la cadena de cría y selección del Criollo en el país y el mejor termómetro es el éxito, la participac­ión y el gran nivel de estas pruebas.

 ?? ?? “Mazangano Espina”, de cabaña “Los Olivos de Caraguatá”, con Mauro Villamor ganó en Profesiona­les. “Estamos muy conformes con selecciona­r un caballo integral, resistente y bueno en todas las pistas y sobre todo con sangre oriental, creemos en lo que producimos”, aseguró el Ing. Agr. José María del Campo Gigena.
“Mazangano Espina”, de cabaña “Los Olivos de Caraguatá”, con Mauro Villamor ganó en Profesiona­les. “Estamos muy conformes con selecciona­r un caballo integral, resistente y bueno en todas las pistas y sobre todo con sangre oriental, creemos en lo que producimos”, aseguró el Ing. Agr. José María del Campo Gigena.

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