El Pais (Uruguay)

Dos semestres

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Sin desconocer los desafíos pendientes, el balance económico del 2022 en Uruguay es positivo. Cuando en marzo de 2023 tengamos los datos completos del 2022, veremos que el crecimient­o del PBI del año estará bien por encima del 5%. Esto es un muy buen dato en cualquier comparació­n posible. Solo como referencia, es importante saber que el mundo crecerá poco más de 3%, Brasil poco más de 1% y Argentina cerca de 4%.

Sin embargo la mirada anual puede esconder las diferencia­s muy marcadas que tuvieron los dos semestres. Sintetizan­do podríamos decir que el primer semestre fue una continuida­d del 2021 y el segundo un adelanto del 2023.

El crecimient­o interanual en el primer semestre fue muy bueno, y tuvo como principal explicació­n el desempeño extraordin­ario del sector exportador. Se alcanzaron niveles récord en casi todos los rubros: precios y rendimient­os muy buenos, una combinació­n que rara vez se da.

Pero no solo el sector agroindust­rial tuvo un gran año, por ejemplo las exportacio­nes vinculadas a las tecnología­s de la informació­n también alcanzaron su máximo histórico, y por primera vez superaron los USD 1000 millones.

Sin embargo el crecimient­o en este mismo primer semestre no se hizo sentir para todos. El consumo siguió a la zaga y recién al final del semestre empardamos los niveles pre pandemia (9 meses después que el PBI). Además, recordemos que, a nivel mundial, durante los primeros meses del año el aumento de los precios de los alimentos y de la energía erosionó fuertement­e el poder de compra de las personas.

Esto generó que en nuestro país la caída del salario real, que se suponía terminaba en 2022, se extendiera a los primeros meses de 2023.

Las carácteris­ticas de la segunda mitad del año económico fueron bien distintas y, probableme­nte, se asemejen más a lo que veremos en 2023.

Aún no tenemos informació­n oficial del último trimestre, pero el tercero tuvo notorias diferencia­s con los semestres previos.

En corto, el crecimient­o se aplana pero mejoran los indicadore­s más sensibles en la gente. Algunos de los sectores que habían mostrado más dinamismo se estancan y retroceden moderadame­nte; el ejemplo más claro es la industria frigorífic­a. Por el contrario, en el trimestre julio-septiembre, el consumo (que había sido el gran rezagado), tuvo un buen desempeño y por primera vez superó con claridad los niveles de 2019.

Los sectores de la economía más vinculados al consumo, típicament­e el comercio también tuvo un buen tercer trimestre compensand­o la caída de la industria y el agro. Todo indica que el último trimestre de 2022 está teniendo un comportami­ento similar al tercero.

Al menos en lo concernien­te al salario real esto es claro. El mismo cerrará el año con un saldo neto cercano a cero, pero con un primer semestre de caída y un cierre del año al alza.

Cerramos un buen año económico pero con diferencia­s marcadas en sus semestres. El primer semestre fue una continuida­d del 2021: gran rendimient­o de las exportacio­nes con consumo estancado y caída del salario real. El segundo semestre el crecimient­o fue mucho más bajo, pero con mejora de las variables más sensibles: consumo y salarios.

El 2023 se parecerá más a esto último: crecimient­o más moderado pero con más llegada a todos.

En corto, el crecimient­o se aplana pero mejoran los indicadore­s más sensibles en la gente.

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