¿Dónde vamos Uruguay?

Dr. Carlos Sarroca Solé | Montevideo

Es la pregunta que surge ante actitudes y acciones que nada hacen por el país.

Hoy, la confrontación e intentos de desestabilizar son bien claros. Con un violento discurso se intenta ocultar la realidad y para peor se da largas a todo hecho, intentando transformarlo en un acontecimiento de importancia. Cuando lo necesario es la acción, trabajar y avanzar deben ser las funciones de los gobernantes y de quienes están en la oposición, dando así una demostración positiva a la población.

Pero eso no ocurre, sólo se intenta poner el freno sin contar la realidad y el tiempo pasa inerte sin resultado alguno.

Ahora los personajes emergentes son los mismos; quienes han alcanzado lugares en la oposición e impuesto su impronta combativa que siempre les caracterizó, tanto aquí como en el resto del mundo. ¿Es ese el mecanismo para intentar hacer algo por la patria o llegar a apoderarse del gobierno?

No es necesario ser muy erudito para observar países donde se ha instaurado semejante dislate, cuyos resultados están a la vista.

¿Uruguay quiere llegar a tener esos individuos en la dirigencia nacional?

Supongo que el país productivo no los necesita, ni los quiere. Ya que no son representantes de democracia alguna. Son claras sus ideologías y el destino que intentan imponer. Cuyas peroratas, encadenadas una tras otra, no van encaminadas al futuro ni a ideas positivas de corto ni largo plazo, donde aflore el trabajo. Solo intentan impedir o dinamitar todo proyecto sin importar su valor.

Ahí está la enseñanza, la seguridad social y todo lo que se presente. Sólo aparece el no, sin una respuesta que demuestre una razón valedera a esas posiciones y los resultados de sus ideales. Existiendo un muro inviolable en cuanto a que no desean destapar graves hechos acaecidos gracias a ellos y que, con el tiempo, quieren ocultar.

Por tanto, la expectativa es que la población diga basta al culebrón y de una buena vez se establezca un camino sin escollos al futuro necesario para avanzar, ya que el tiempo pasa y el futuro se aleja.