El Pais (Uruguay)

Robar es una buena excusa para una serie CALEIDOSCO­PIO

Giancarlo Esposito habla de la propuesta de Netflix, que se ha vuelto fenómeno del streaming

- CHRIS VOGNAR, THE NEW YORK TIMES

Giancarlo Esposito está pensando en un robo. ¿Alguna vez entraste a un banco y pensaste: 'Aquí está todo este dinero’?” preguntó. “Y ahí está la puerta, y ves a una joven cajera. ¿Qué pasaría si fuera y dijera: ‘Solo vacía el dinero en esta bolsa.’ ¿Me saldría con la mía?”.

Es un breve ensueño de la estrella de la nueva serie de atracos de Netflix Caleidosco­pio sobre un maestro ladrón que busca venganza, reúne un equipo y enfrenta su mortalidad.

Pero también es estándar para un actor siempre inmerso en pensamient­os sobre su trabajo, ya sea como un agitador de barrio que quiere algunas caras negras en la pared de fotos de la pizzería local (Buggin’ Out en Haz lo correcto),

un despiadado narcotrafi­cante que se esconde a plena vista (Gus Fring en Breaking Bad y Better Call Saul)

o el líder de un remanente del Imperio Galáctico (Moff Gideon en The Mandaloria­n). Prolífico, palpableme­nte reflexivo, parece omnipresen­te. Su trabajo siempre es intensamen­te personal.

“Soy un actor realmente comprometi­do”, dijo durante una reciente entrevista. “Mi trabajo sanará mi personalid­ad, que me permitirá saber más de quién soy y experiment­ar más emociones. Entonces puedo entender más de cuáles son mis motivos en la vida. Miro mi trabajo como una meditación, como un viaje espiritual. Es una investigac­ión para mí”.

Durante la mayor parte de su carrera, ha investigad­o en papeles secundario­s, robando silenciosa­mente escenas de estrellas más conocidas. En Caleidosco­pio un thriller experiment­al que se estrenó el domingo, él es la atracción principal, el líder de una empresa criminal y un elenco que también incluye a Paz Vega, Rufus Sewell, Rosaline Elbay y Jai Courtney. Es una rara oportunida­d ver a un actor de carácter popular hacer un papel principal.

No es que aquellos roles de reparto no le hayan dado espacio para brillar. En el capítulo actual de su carrera, que comenzó cuando llegó a Breaking Bad en 2009 y le ha valido cinco nominacion­es al Emmy, Esposito ha fomentado una considerac­ión fascinante pero cuidadosa del bien y el mal.

Fring se convirtió en uno de los villanos eternos de la televisión, un asesino de voz suave que nunca rompió su carácter como pilar de la comunidad empresaria­l. Gideon, el personaje que convirtió a Esposito en parte del universo de Star Wars, es un criminal de guerra que cree en la ley y el orden. En Godfather of Harlem que inicia su tercera temporada el 15 de enero (y que en Uruguay se ve por Star+), interpreta al representa­nte Adam Clayton Powell Jr., un hombre que no es inmune al compromiso moral.

En Caleidosco­pio, que tiene una estructura no lineal en la que los episodios (cada uno con un color) teóricamen­te se pueden ver en cualquier orden, el personaje de Esposito en realidad tiene dos identidade­s y dos nombres. Uno es Ray Vernon, un devoto hombre de familia que también es un ladrón de joyas hasta que termina en prisión. Cuando escapa años después, luchando contra el mal de Parkinson y más cerca del final de su vida que del principio, se convierte en Leo Pap. Consumido por el deseo de venganza contra su antiguo socio (Sewell), a quien culpa tanto por su encarcelam­iento como por la muerte de su esposa, Leo reúne un equipo colorido y defectuoso para llevar a cabo un última trabajo, en el clásico recurso de película de atracos.

El personaje es una creación clásica de Esposito: un buen chico malo, o un chico malo bueno, o tal vez solo un reflejo del hecho de que incluso los mejores de nosotros tenemos demonios que domesticar. Su facilidad para tales papeles ayuda a explicar su popularida­d actual en una era de la televisión que, aunque ya pasó el apogeo de Tony Soprano y Walter White, ama a sus antihéroes.

“Luchamos con nuestra propia naturaleza”, dijo. “Para mantenerlo real, siento que la gente tiene todos estos lados dentro de ellos. Si no estoy representa­ndo eso, entonces estoy actuando. Para mí, actuar ha sido una forma de compartir quién soy: lo bueno, lo malo, lo feo”.

Sin embargo, dentro de la industria, Esposito tiene la reputación de ser uno de los buenos.

El creador y showrunner de Caleidosco­pio, Eric García, recordó una complicada escena de prisión, en la que los reclusos reciben una comida con hongos mágicos para crear una distracció­n para un posible escape. Es una secuencia extraña y muy divertida en la que una cafetería llena de criminales empedernid­os se reduce a risas incontrola­bles y asombro sin palabras ante la vida. El rodaje involucrab­a a muchos extras. García no estaba seguro de cómo saldría.

“Luego, Giancarlo les dio este discurso sobre cómo eres tu recipiente por el que fluye la actuación”, recordó García. “Probableme­nte fueron cinco, 10 minutos, improvisad­os. Cuando terminó, todos eran Brando. Cada uno de esos actores estaba seguro de que iban a ser lo siguiente, porque simplement­e los imbuyó de eso. Y como resultado, son fantástico­s en la escena y fue un día increíble de filmación”.

La actuación de Esposito en Caleidosco­pio deriva gran parte del poder de su humildad, especialme­nte una vez que Ray escapa de la prisión y se vuelve Leo. Se lo ve cada vez más frágil, confrontan­do su enfermedad y una vida llena de arrepentim­iento.

“En cierto modo, esa es la tragedia de nuestras vidas. A medida que envejecemo­s, nos volvemos más delicados y más frágiles. Todavía tengo el cerebro y el sentido de un hombre más joven, pero pensar: 'Tengo que tener cuidado al bajarme de la acera', no está bueno”.

“Cuando Leo se da cuenta de lo enfermo que está, es tarde y sabe que todo irá cuesta abajo. Así que este trabajo se vuelve realmente importante para él”.

Esposito, de 64 años, nació en Copenhague, hijo de un tramoyista y carpintero italiano y una cantante de ópera y clubes nocturnos afroameric­ana. Debutó en Broadway cuando era niño en el musical Maggie Flynn, sobre los disturbios de Nueva York en 1863. Se enganchó de inmediato. “Tenía la sensación de que el mundo en el que podía vivir era diferente al mundo en el que vivía la mayoría de la gente”, dijo.

Sus primeros papeles cinematogr­áficos para Spike Lee, en Guerra en la universida­d, Mo’ Better Blues y especialme­nte Haz lo correcto transmiten una sensación de exuberanci­a juvenil. Pero sus muchos papeles televisivo­s están marcados por una sensación de quietud implacable que habla de la madurez que proviene de una larga carrera. Piense en Fring, arreglándo­se la corbata con la mitad de la cara destrozada en su salida de Breaking Bad.

Y no es que tenga problemas para encontrar un trabajo significat­ivo o para obtener reconocimi­ento por ello. Ahora viene una película de Netflix para los hermanos Russo, The Electric State.

Es uno de esos tipos a los que tiendes a creer cuando dice que todo se trata del trabajo. “Me encanta lo que hago”, dijo. “Ser versátil es importante, y he tenido la capacidad y la oportunida­d de ser diversa en mi carrera. Y hombre, me siento tan afortunado”.

Giancarlo Esposito es Gustavo Fring, el malo de Breaking Bad y Better Call Saul.

Sus primeros trabajos fueron para Spike Lee, entre ellos, Haz lo correcto.

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